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sábado, 29 de septiembre de 2012

¿Atajos para llegar a la Felicidad?

En elblogalternativo.com, se citan aspectos importantes del libro de Mónica L. Esgueva, “Cuando sea feliz”:
 
“Es necesario renovar nuestro compromiso de ser felices, asumiendo que se trata de nuestra sola responsabilidad”
 “No existen atajos para llegar a la felicidad; sin inversión no se consiguen beneficios”
 
A pesar de que todo el mundo quiere ser feliz, son pocos los que lo consiguen. El problema radica, tal como explica Mónica L. Esgueva en “Cuando sea feliz”, en los medios utilizados. Las fórmulas mágicas para ser feliz de la noche a la mañana simplemente no existen. Conseguir la felicidad requiere de esfuerzo personal. De nada sirve leerse mil y un libros de autoayuda si luego no se ponen en práctica.
 
Citado en:
27 Septiembre 2012
 

21 pasos para llevar una vida más Feliz

A continuación se reproduce el artículo de Sitio de UNIVERSIA Colombia:
Las investigaciones sugieren que la felicidad puede ser alimentada por ciertos hábitos que puedes incorporar en tu vida cotidiana para focalizarte de manera optimista. Si quieres ser más feliz, sigue estos pasos.
 
1. Revisa tus valores.
Cuestiónate sobre qué valores están rigiendo tu vida y si éstos te están ayudando a ser mejor persona.
 
2. Invierte tiempo en las relaciones.
Recuerda que para generar buenos vínculos debes invertir energías en ellos.
 
3. Asegúrate de no estar solo en la vida.
Si no tienes amigos, búscalos. Nadie puede andar solo por la vida.
 
4. Considera qué rol tiene el trabajo en tu vida.
Cuestiónate si estás siendo feliz desempeñando tu profesión.
 
5. Evalúa qué tan bien puedes lidiar con la adversidad.
Muchas veces es inevitable pasar por momentos difíciles.
 
6. Cultívate.
No dejes de interesarte por aprender nuevas cosas. Ve al cine, lee y aprecia las artes.
 
7. Ten claro quienes son tus amigos.
Prioriza los vínculos más importantes de tu vida y dales el lugar que se merecen.
 
8. Evalúa si te interesaría formar tu propia familia.
Es bueno que comiences a evaluar cuales son tus metas en la vida más allá de lo profesional.
 
9. Establece una buena comunicación.
Dale un lugar importante a tus seres queridos. Procura no separarte de tu familia cercana con el correr de los años.
 
10. Valores.
Si tienes hijos, asegúrate de estar enseñándoles buenos valores que los ayuden a transitar mejor por la vida.
    
11. Relación de pareja.
Analiza si los sentimientos que tienes por tu pareja han cambiado con el paso del tiempo.
 
12. Genera nuevos vínculos.
No dejes de interesarte por conocer nuevas personas.
 
13. Planea nuevas actividades.
Nunca te acostumbres a la rutina y procura probar cosas nuevas siempre.
 
14. Realiza trabajo voluntario.
Ayudar a otros es una forma de retribución muy gratificante.
 
15. Metas profesionales.
Piensa hasta donde te gustaría llegar profesionalmente.
 
16. Ordena tu economía.
Si bien el dinero no lo puede todo, procura ser ordenado con tus finanzas.
 
17. Preocúpate por ser una persona interesante.
Demuestra interés por descubrir nuevas cosas.
 
18. Desestrésate.
No dejes que el estrés de la vida laboral consuma tu felicidad.
 
19. Revisa tu espiritualidad.
Cuestiona tus creencias y tu necesidad de renovación.
 
20. Ejercítate.
Ve al gimnasio, corre o camina por la vereda, pero nunca dejes de realizar ejercicio físico.
 
21. Establece nuevas metas.
No dejes de aspirar a llegar a más en cualquier ámbito de la vida.
 
Referencia:

La Felicidad siempre está.

Una interesante reflexión sobre la posibilidad de lograr la Felicidad realizada por Kléver Silva Zaldumbide, en lo que algunos aspectos se transcriben a continuación:
-      A la mayoría nos cuesta ser feliz y es quizás porque creemos que la felicidad es estar alegre, riéndose, contento y conforme con todo, pero más bien parece ser que la felicidad tiene que ver con estar sereno, ya que la serenidad es estar en el camino que uno eligió así no nos vaya tan bien en el sentido material.
 
-      Esperamos tanto de la felicidad que la hemos hecho imposible y la felicidad no es un derecho sino una obligación, es algo que tiene que ver de la piel para adentro nuestro y no de la piel para afuera, lamentablemente creemos que tiene mucho que ver lo que pasa afuera y lo que verdaderamente es importante es cómo vemos nosotros lo que pasa afuera.
 
-      Tenemos tres enemigos de la felicidad, el miedo, la vergüenza y la culpa, es decir todo aquello que no nos deja ser como realmente somos.
 
-      John Lennon comentaba: “Estamos muy preocupados por saber si hay felicidad incluso después de la muerte, mientras se nos va la vida sin aprovecharla. La felicidad es lo que pasa mientras estamos en otras cosas” y Anthony de Mello nos recalcaba que los que no saben qué hacer con esta vida son precisamente los que más desean otra vida que dure eternamente, creyendo que la felicidad es estar conforme con todo, estar alegre, contento y pasarla bien.
 
El artículo completo se puede ver en:
Kléver Silva Zaldumbide, “La felicidad, imposible?”, 26 Septiembre 2012, http://www.elheraldo.com.ec/index.php?fecha=2012-09-26&seccion=Editoriales&noticia=19097

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Para tener Felicidad hay que estar Alerta de la “carrera de ratas”

A continuación se reproduce el artículo de “El Aviso Magazine”, sobre el cuidado que hay que tener y la confusión que se produce en relación al querer pasar algunos momentos de bienestar,  con el de lograr la Felicidad duradera:
Durante mucho tiempo se han realizado cientos de investigaciones sobre el sentimiento que producen determinados  alimentos a nuestro estado de ánimo.
 El último estudio dio como resultado que cuando comemos una hamburguesa con mucha grasa, sabemos que a largo plazo eso no nos hará felices, pero en el momento sí. O sea, beneficio presente versus perjuicio a futuro. Esta actitud repetida durante la vida forma personas hedonistas, aquellos que sólo buscan el placer inmediato aunque sacrifiquen su beneficio futuro.
Ahora bien si en vez de comer una hamburguesa de carne llena de grasa, comiera una vegetariana sacrificaría el sabor y el placer inmediato porque está concentrado en su futuro. Podría parecer lo “más feliz que puede ser”, pero en el fondo lo pasa mal toda la vida. Este es el rat racer (*):
Es el prototipo más peligroso, porque encuentra gran aprobación social: sacrifica su vida por una gran meta. Se confunde con el éxito, los pares lo felicitan porque ha logrado su objetivo y nadie pregunta cómo lo pasó en el proceso. “La sociedad premia los resultados, no los procesos; las llegadas y no el viaje. Cuando alcanzamos el objetivo y llegamos a la meta experimentamos un alivio que confundimos con felicidad”, señala el doctor Ben Shahar, profesor del curso psicología positiva, de la Universidad de Harvard.
Y el alivio, dice, es una felicidad negativa pues proviene de la ausencia de stress, dolor o ansiedad, presupone una experiencia negativa anterior y, además, es temporal y su efecto dura poco. Al confundir alivio con felicidad, continua inventándose objetivos por los cuales luchan, creyendo que cuando los consiga podrá ser feliz de nuevo. Esto es como meter la cabeza a la tina y estar feliz porque al sacarla uno puede respirar de nuevo.
Cuando siente que no llega la felicidad que esperaba piensa que llegará en la próxima promoción, con la próxima compra, en el próximo triunfo. Y la felicidad está mucho más determinada por nuestro estado mental que por nuestra cuenta bancaria o nuestros ascensos en la oficina. Está extensivamente demostrado que una vez que las necesidades de abrigo, techo y comida están satisfechas la plata adicional no hace diferencia en los niveles de felicidad de nadie”.
La peor hamburguesa es la del escéptico, el que cree que la vida no tiene sentido, que la felicidad no existe. El escéptico se come una hamburguesa mala, se queja por la comida chatarra y más encima sabe que le hará pésimo a futuro, pero piensa que en estos tiempos no hay alternativa: perjuicio presente y futuro.
El doctor afirma que la felicidad es un estado formado por dos emociones primordiales: el placer inmediato y la noción de significado o trascendencia. Una vida feliz se compone de actividades que complementan estas cosas y otras que las combinan.
  “Es cierto, hay actividades inevitables que no nos darán ni placer ni significado, como pagar los impuestos, pero hay muchas otras como ver insatisfecho tres horas de TV que sí podemos evitar”. Por lo tanto, “Para ser más felices hay que aumentar las horas que pasamos en aquello que nos da placer o significado, y disminuir las otras”. La tarea es hacerlo.
Referencia:
 
(*)Una carrera de ratas es una búsqueda sin fin, contraproducente o inútil. Evoca la imagen de los esfuerzos inútiles de una rata de laboratorio tratando de escapar durante la ejecución de un laberinto o en una rueda.

martes, 25 de septiembre de 2012

La Felicidad según Séneca y San Agustín


A continuación se reproduce un análisis de Felicidad, según Séneca - Lucio Anneo Séneca (4 a. de C.- 65) - Filósofo, Moralista y Dramaturgo Latino, y San Agustín (354-430) - Obispo de Hipona y Santo de la Iglesia Católica, realizado por Francisco Rodriguez – Licenciado en Geografía e Historia y Derecho, en el Diario SIGO XXI.com

El Sr. Rodriguez plantea:

Dice Séneca que vivir feliz todo el mundo lo desea, pero descubrir en qué consiste lo que hace la vida feliz nadie lo ve claro, pues cuanto más la buscamos más nos alejamos de ella. Para estudiar en qué consiste el objeto de nuestras aspiraciones escribe su pequeño tratado “De la vida feliz”.

En una de sus primeras consideraciones advierte que debemos cuidarnos de no seguir como borregos el parecer de la mayoría, pues no suele ser nunca un criterio fiable de verdad, sino todo lo contrario.

Piensa Séneca que hay una mejor luz para discernir lo verdadero de lo falso, en la propia alma, donde se puede revisar la vida y descubrir que muchos deseos y trabajos no nos dan ninguna felicidad.

De acuerdo con los estoicos, una vida feliz es la que está de acuerdo con su naturaleza y se llega a ella si el alma está sana y ocupada, sin inquietud, en la búsqueda del soberano bien del alma. El fundamento inmutable de una vida feliz es, para Séneca, la rectitud y firmeza de juicio y advierte que todo fallará si se busca como lo mejor aquello que no nos hará mejores.

Hay en Séneca un alto concepto de la capacidad del hombre para elevarse por encima de sus pasiones utilizando el juicio, la razón, la voluntad que configuran su naturaleza, de acuerdo con la cual debe vivir, pero no es fácil y los hombres se desvían buscando la felicidad en el poseer, en el saber, en el poder, en el placer y cosechando dolor e infelicidad.

San Agustín también buscó la felicidad por diversos caminos. Aplicó su formidable inteligencia a indagar sobre ella y llegó a la conclusión de que la vida feliz consiste en gozar de la Verdad (con mayúscula)

Aunque todos confiesen preferir la verdad a la mentira, no buscan la verdad absoluta que sirva de fundamento a todas las demás.

Antes y ahora solemos aceptar las verdades que nos benefician y nos son cómodas y rechazamos las que pueden imponernos deberes o cuestionar nuestra conducta.

El relativismo que nos corroe proclama, sin rebozo, que todas las verdades son equivalentes e invocando la tolerancia, nos disuade buscar la verdad absoluta sobre la que edificar nuestra vida. Naturalmente, cada día somos menos felices y hemos llegado hasta confundir la felicidad con el estado de bienestar, cada día más deteriorado.

Hay que reconocer el esfuerzo de Séneca y los estoicos para encontrar la felicidad en la virtud y no en los placeres y enfrentarse a la muerte con entereza, pero San Agustín va más allá pues, al interrogarse sobre sí mismo, concluye que todos somos criaturas de Alguien que nos hizo para Sí. Por eso exclama ¡nos hiciste para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que no descanse en Ti! Descansar en Dios es la bienaventuranza eterna. La muerte no es el final de nada.

Pero empeñados en borrar a Dios de nuestro mundo, para ser nuestros propios dioses, hemos inventado fábulas inverosímiles que no dan razón alguna sobre el hecho maravilloso de existir. El universo no es por puro azar, ni el hombre el producto ciego de la evolución de la materia. Dios está cerca de cada uno de nosotros, dentro de nosotros. Solo hace falta que nos abramos a su acción repitiendo con San Agustín: ¡tarde os amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde os amé! La vida, alegrías y sufrimientos, es distinta si ponemos en Dios nuestra esperanza.

Referencia:
Francisco Rodríguez , “La felicidad. Séneca y San Agustín“,24 Septiembre 2012, http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/89142/la-felicidad-seneca-y-san-agustin

domingo, 23 de septiembre de 2012

Pequeños cambios ayudan a la Felicidad


Paul Hoffman, el famoso orador, músico y autor, y el equipo Omsica, recomiendan las 15 claves para ser feliz.
Paul nos indica:

Ser feliz no es una meta, sino un estilo de vida.
 Y para convertir tu felicidad en tu estilo de vida, necesitas hacer unos pequeños “ajustes” en tu rutina.

 En eso consisten las 15 claves para ser feliz que te comparto. Estoy seguro que algunas ya las conocías y otras las pones en práctica a menudo… Pero la mayoría de nosotros tenemos tendencia a olvidarlas, y esta es una buena manera de que siempre las lleves contigo.
Una vez apliques estas 15 claves estoy convencido que tu vida mejorará y te sentirás mucho más feliz.

Mi recomendación es que las leas, reflexiones unos minutos sobre ellas y las pongas en práctica.
Referencia:
Paul Hoffman, “15 claves para ser feliz”, 18 Septiembre 2012, http://www.omsica.com/blog/omsica-claves-felicidad-6549?source_biz=oms&utm_source=email-broadcast&utm_campaign=infografia-felicidad&utm_content=infografia&utm_medium=blog

sábado, 22 de septiembre de 2012

El vivir bien se puede y da Felicidad

El Sacerdote Católico Vicente S. Reale, nos indica que el vivir bien nos da felicidad y que podemos hacerlo.
Nos dice que para vivir bien se debe considerar que:
* Vivir bien es experimentar una vida más sencilla. Es buscar la convivencia en comunidad, donde todos los integrantes se preocupan por todos. Es un camino de armonía con la naturaleza y la vida, para salvar al planeta y dar prioridad a la humanidad.

* Vivir bien es buscar el consenso entre todos, lo que implica que aunque las personas tengan diferencias, al momento de dialogar se llegue a un punto común en el que todos coincidan y no se provoquen conflictos.

* Vivir bien es respetar al otro/a, saber escuchar a todo el que desee hablar, sin discriminación o algún tipo de sometimiento. No la tolerancia sino el respeto, que nos pone al mismo nivel que los otros.

* Vivir bien es priorizar la complementariedad, que postula que todos los seres que viven en el planeta se complementan unos con otros. Todos necesitamos de nuestro hábitat con sus minerales, con el agua, con el oxígeno, con sus plantas y animales. Esta "casa" necesita de nuestro cuidado para permanecer y avanzar, respetando las semejanzas y diferencias entre todos los seres que viven en el mismo entorno. Esto significa que los seres semejantes o diferentes jamás deben lastimarse.

* Vivir bien es promover que los pueblos se unan en una gran familia, ya sean las poblaciones que conforman un departamento, una provincia, una nación o el conjunto de naciones. Aunque parezca utópico, el porvenir de la humanidad y de nuestro planeta está en la unidad. "Si cada cual intenta siempre llevar agua a su molino, todos pereceremos de sed", dijo alguien.

* Vivir bien es saber comunicarse. No sólo, y no principalmente, porque dispongamos de toda la tecnología que nos posibilite información y que nos acerque unos a otros, sino por ser capaces de fomentar un diálogo sincero, respetuoso y constructivo. Comunicarnos es hablarnos como personas y no como máquinas. Es entregarnos a la genuina comunicación verbal y gestual. Es la comunicación que va de un alma a otra.

* Vivir bien es realizar una verificación obligatoria y responsable entre los habitantes de la comunidad. Unos con otros debemos ayudarnos a hacer las cosas bien, a hacerlas con la seriedad y la responsabilidad que ellas requieren, verificación que corre en triple sentido: de unos con otros, de ciudadanos hacia gobernantes y de gobernantes hacia ciudadanos. La verdadera democracia no se puede entender de manera distinta.

* Vivir bien es cimentar la existencia en el "no robar y no mentir", realidades de las que todos adolecemos. Si no, no se entendería la difícil situación social en la que estamos inmersos. En nuestro país y en todos los países. No mentir y no robar explícitamente. Pero también no ser mentirosos o ladrones "de guante blanco”.
 
Referencia:
Vicente S. Reale, “Esa insaciable búsqueda de felicidad”, Jueves 20 septiembre 2012, http://www.losandes.com.ar/notas/2012/9/20/insaciable-busqueda-felicidad-668294.asp

Encontrar la Felicidad es fácil



“Encontrar la Felicidad, es más fácil de lo que creemos”

Henry David Thoreau (1817-1862) - Escritor, Filósofo y Naturalista Estadounidense.

Referencia:

Felicidad en los Años Dorados

A continuación la transcripción de antecedentes sobre la Felicidad en los “años dorados”,  basada en la entrevista realizada a la Psicóloga Nuria Pedrals en los “Años Dorados de Agricultura”.
 
El ser humano de una u otra forma está programado para ver el vaso medio vacío. Siempre nos fijamos en los defectos y no en las virtudes, en los errores pero no en lo que hacemos bien.
¿Podremos darle una vuelta a esta negatividad que nos corre por las venas?
La psicología positiva plantea que si, que son las emociones positivas las que florecen en el ser humano, y estas lo hacen funcionar mejor. Pero para obtener los beneficios de la vida positiva, hay que dar un gran paso, cambiar la forma en que pensamos y actuamos ante los demás.
 
El estilo de vida actual nos lleva a no pensar ni valorar lo que tenemos, sino en lo que no tenemos. Los sucesos negativos son comunicados y expandidos de forma viral. La Psicóloga Nuria Predals plantea que si se puede ser feliz si se decide serlo, pero depende de la vuelta de tuerca que debemos dar a nuestra forma de ver y vivir.
Esta profesional dice que las emociones positivas mejoran la salud, nos dan fuerza, energía. Una sonrisa, mejora las capacidades interpersonales, e incluso se es más creativo, productivo, etc.
 
¿Pero qué pasa si ya no pudimos cambiar nuestras vidas?
Nunca es tarde para cambiar nuestras vidas, la felicidad es tener una actitud positiva. Muchos adultos mayores a veces se quedan entrapados en la amargura, en las quejas, siempre fueron así, por qué cambiar ahora. Ya dijimos que la positividad mejora la salud. Bajo este punto de vista, las actitudes negativas nos enferman más. Un punto importante que debemos reflexionar es sobres las quejas, pues uno de los miedos del adulto mayor es quedarse sólo “y la queja no convoca, aleja”.
 
Para los adultos mayores y sus cercanos la salud siempre es un tema: el doctor, los exámenes, y los medicamentos suelen ser motivo de amargura. Sin embargo, un buen consejo es no estar todo el día pendiente, la alegría y optimismo es un remedio para el alma. Disfruten la vida, la comida, caminar, disfrutar el tiempo. Ahora es cuando se tiene.
 
Un aspecto positivo en que los adultos mayores deberían enfocarse es que, en el minuto que están viviendo tienen algo que las nuevas generaciones no poseen: tienen tiempo. Muchas veces nos quejamos que no nos visitan, pero cuando lo hacen, cuantas veces en lugar de disfrutar aquello, no nos dedicamos a alegar por el tiempo que ha pasado de la última visita.
 
Cuando se ha vivido por más tiempo, no sólo son años los que se acumulan, también experiencia y se aprende que los problemas son transitorios y que no nos deben hundir, esto hay que traspasarlo a las nuevas generaciones que muchas veces se ahogan en un vaso de agua.
 
El adulto mayor es más libre, ya no tiene que ganarle a nadie, debe ver la felicidad en cosas simples. Si hizo cosas mal, no sentir culpa, ya no se arregla lo que se hizo y lo que no, pero si se puede pedir perdón, por que el perdón, conlleva una carga, y cuando se es libre de ella, produce felicidad.
 
Referencia:
AMANOZ, “La terapia de la felicidad”, 13 Septiembre 2012, http://www.amanoz.cl/?p=760

Hay que decidir ser Feliz y hacerlo ahora

A continuación se transcribe un maravilloso artículo de Fer Martínez B.,  denominado “No aplaces a mañana tu felicidad”:
A veces nos complicamos demasiado la vida, le damos demasiadas vueltas a las cuestiones que nos preocupan, pensamos demasiado y asfixiamos nuestro corazón.
Lo que importa es lo que sientes: deja atrás el pasado y suelta los errores del ayer; ahora puedes ser feliz con lo mucho o lo poco que tienes. Es tu decisión, pero nunca es mala decisión escoger vivir con alegría.
Este preciso instante es nuestra oportunidad para ser felices, para sonreírle a la vida, porque la vida es maravillosa aun con sus infortunios.
- Tú decides si ser feliz o no:
Es nuestra decisión ser felices a pesar de todo lo aparentemente negativo; con la sabiduría del tiempo entenderemos que todo obra para bien y que todo lo que creemos malo no es más que parte del camino que debemos recorrer para ser fieles a nosotras mismas.
Tú decides si soltar o encadenarte al pasado:
No es recomendable vivir atrapadas en el pasado, ni el intentar vivir en un futuro lleno de preocupaciones, atormentados por lo que pueda suceder; tampoco es bueno vivir en un presente ruidoso y apresurado.
A veces pensamos demasiado:
Con frecuencia nos dedicamos a pensar y nos olvidamos de sentir, pensar de más no hace bien: pensamos porque anhelamos conocer y anhelamos conocer para poder controlar (nuestra vida, trabajo, proyectos, familia, cuestiones académicas). Afortunadamente, el conocimiento ya está ahí, sólo que necesitamos recordarlo y ocurre a través de la inspiración y llega en el momento adecuado; por ello es mejor sentir con el corazón, de modo que depositas tu concentración en tus sentidos y así logras apreciar mejor el mundo que te rodea, tu mundo.
Lo que importa es lo que ahora sientes.
Vivir en el presente con calma, sin prisas y con amor es la clave para ser felices, al admirar los detalles de la naturaleza y apreciar las señales que te conducen a la realización de tus sueños, pero sobre todo a tu propia evolución como persona.
El presente supone una oportunidad para ti:
El aquí y ahora es nuestro regalo, cada día es una oportunidad para ser mejor persona, para crecer espiritual, emocional y físicamente; para restaurar los daños que nos han hecho los demás a través del perdón pero sobre todo restaurar el daño que nos hemos hecho a nosotras mismas.
¿Quieres ser feliz, hoy o algún día…?
Es hora de despertar y de darnos cuenta de que podemos ser felices, que esa es la misión por la que todos deberíamos apostar al estar aquí en la tierra… Más que “deber” se trata de querer… No es que debo ser buena madre, es que QUIERO ser buena madre, quiero ganar el curso, quiero hacer las cosas bien, QUIERO SER FELIZ y me permito serlo.
 
“Siempre que desees algo para ti deséalo primero para los demás”, es parte de la armonía y de la abundancia que puedes recibir; mi deseo para ti es que HOY te permitas ser feliz, que HOY te liberes de toda culpa, de todo enfado, de todo resentimiento. Que HOY puedas ser libre, abrir las alas y volar tan lejos como tú quieras hacerlo.
Ya no te culpes por algo que pasó, ya no te refugies en el pasado, que por estar llorando el ayer no valoras el hoy y además el futuro es incierto, y es incierto porque en este momento lo estás construyendo allí mismo donde te encuentres y haces lo que estés haciendo.
SER FELIZ ES UNA DECISIÓN, es una actitud positiva con la que adoptas tu posición en el mundo y con la que sin duda te sentirás mejor: Decide ser feliz hoy, ¡El presente es todo lo que tenemos!
Citado en:

La Felicidad según Immanuel Kant y los Filósofos

A continuación se transcribe un análisis muy interesante sobre la Felicidad, de acuerdo a Immanuel Kant (1724-1804) - Filósofo Alemán, realizado y expresados por Mario Barghomz, Crítico, ensayista y filósofo.
Immanuel Kant
“La felicidad; más que un deseo, alegría o elección, es un deber”
 
A nivel ordinario, es decir, aquello que no necesita más estudio ni explicación que la experiencia misma, suele decirse que la felicidad es un derecho que tenemos todos los seres humanos por el simple y sencillo hecho de serlo.
Pero saber o entender que tengo tal derecho no me hace feliz. Porque eso mismo lo sabe un mendigo hambriento, un adolescente abandonado en la calle a su suerte o un hombre enfermo a punto de morir. El mero hecho de saber que todos tenemos derecho a ser felices no nos hace felices y ni siquiera nos pone en el camino de serlo.
Quizá, como decía Sócrates, nos ayude un poco ser sabios y buenos, porque de ese modo podemos entender mejor la felicidad, que depende mucho de la compasión y la prudencia con los demás, la virtud y la serenidad con uno mismo. Pero “uno no es feliz en la medida en que es bueno ni es bueno en la medida en que es feliz”.
-Entonces, ¿cómo llega a ser bueno o feliz un hombre? -pregunta Aristóteles.
La respuesta es simple: ¡siéndolo! Con lo que rebasa la simple idea platónica de sólo plantearlo. Pero cientos de años después, en el siglo XVIII, y luego de que la preocupación humana por la felicidad callera en definiciones puramente reduccionistas y religiosas, aparece Immanuel Kant con la extraordinaria idea ilustrada, racionalista y fenomenológica de que la felicidad humana está más allá del puro derecho natural a serlo o desearlo, del sólo albedrío de elegirlo.
La felicidad, dice Kant, es un deber y, como tal, una obligación. No es un mero derecho o albedrío natural del mundo empírico, es decir, una mera elección o destino; sino un acto de libertad auspiciado por la voluntad y la conciencia.
En este sentido hay que entender que para Kant la libertad no es una simple elección facultada por el albedrío, sino del ser consciente a través de la libertad amparada, también, por la responsabilidad.
Los hombres felices, en este sentido, no serán aquellos que simplemente lo elijan (¡quiero ser feliz!) o se sientan con derecho a ello, sino los que tengan conciencia de su responsabilidad en libertad para merecerlo. La felicidad de un hombre, según Kant, no es aquella que tanto se desea o apetece, sino la que se merece (¿soy digno de ser feliz?).
La felicidad para Kant es uno de tantos deberes del ser humano, un deber último y supremo que nos obliga a ser dignos de merecerla. Pero cuando Kant habla de deberes y obligaciones, se refiere a con uno mismo (con el “yo trascendental”), a la responsabilidad que le permite a un ser humano ser consciente y libre de su salud, bienestar y comportamiento, de su situación particular (noúmeno o razón práctica) y de su relación con los demás (mundo fenomenológico).
La felicidad en el mundo kantiano no depende del destino ni de los demás, de Dios o el destino, el dinero o de otros medios como nos ha hecho creer la propaganda de medios, sino del ethos mismo de la persona, es decir, su propio comportamiento y carácter.
No es una paradoja que el hombre más feliz del mundo sea un monje tibetano, lejos de ambiciones de poder, materialistas o de vanidad a pesar de que sea un hombre millonario por la alta venta de sus libros y su herencia familiar. Porque, como ya bien había dicho Sócrates: “No es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita”.-
 
Citado en:
Mario Barghomz , “Kant y la Felicidad”, Jueves 13 septiembre 2012, http://yucatan.com.mx/editoriales/kant-y-la-felicidad/

A ser Feliz se aprende desde niño

A continuación recomendaciones proporcionadas por un equipo multidisciplinario de expertos y que fueron plasmadas en la «Guía práctica del buen trato al niño».
 
La autora del artículo resume en:
Dar afecto y apoyo, dedicar tiempo a los hijos, hablar con ellos, establecer normas... Son las pautas del buen trato a los niños… Son los pilares de la crianza, educación y felicidad de nuestros hijos. Los principios que los padres nunca deben olvidar para que los niños desarrollen su personalidad, en equilibrio y armonía, y tengan un futuro.
 
A su vez, indica los cimientos que la familia debe ofrecer a diario para hacer feliz a sus hijos:
 
1.   Proporcionarles afecto y apoyo.
«Nuestros hijos quieren abrazos, caricias... que empaticemos con ellos. Así les damos seguridad», comenta Jesús García Pérez, coordinador de este trabajo y jefe de la Unidad de Pediatría Social del Hospital Niño Jesús de Madrid. Mantener una actitud amable y cariñosa, a la vez que firme y consciente, ayuda a establecer una relación de confianza y amor entre padres e hijos. Y eso proporciona a los niños (futuros adultos) autoestima, alegría, les ayuda a tolerar mejor las frustraciones, afrontan mejor las situaciones difíciles... Para ello se puede empezar jugando con los niños, intentando comprender lo que quieren decir, agradeciendo su ayuda y esfuerzo, compartiendo con ellos sentimientos y opiniones...
 
2.   Dedicar tiempo para interaccionar con los hijos.
Los expertos aconsejan estar tranquilos cuando estemos con los hijos, ya sea en el coche o andando de camino al colegio, cuando les llevemos al pediatra, haciendo la compra o las tareas domésticas... Se trata de disfrutar de la compañía en cualquier circunstancia ya sea ordenando un armario, poniendo la mesa o jugando con los peluches o los videojuegos, o viendo juntos la televisión...
 
3.   Comprender las características evolutivas del comportamiento de los hijos a cada edad determinada.
Es la mejor forma de entender las reacciones que tienen los niños y adolescentes. Hay comportamientos que son propios de una edad, conocerlos nos ayudará a saber reaccionar sin necesidad de enfadarnos, reñirles o castigarles. Por ejemplo, a los tres años es típico que se nieguen a colaborar con los padres: esto indica que están empezando a construir su propia personalidad.
4. Comunicarse abiertamente con los niños, escuchar y respetar sus puntos de vista y promover su participación en la toma de decisiones y en las dinámicas familiares. Y en esto también puede ayudar mucho valorar sus capacidades y su potencial con frases como: «Veo que has avanzado mucho en esta tarea» o «Es estupendo que hayas llegado a la hora que acordamos».
5. Establecer límites y normas según la edad para orientar el adecuado comportamiento de los hijos. Y eso empieza desde la más tierna infancia. Cuando exploran o experimentan se les pueden olvidar las normas. Muchas veces no están retando ni tienen intención de molestar, y otras sí. Pero reaccionar con gritos, riñas y amenazas solo puede conllevar que los niños también reproduzcan estos comportamientos. Cuando crecen incluso conviene comentar y decidir con ellos cuáles son las normas y las consecuencias que conlleva su incumplimiento.
 
Citado en:
M. J. PÉREZ-BARCO, “Cómo hacer felices a nuestros hijos”, 13 septiembre 2012, http://www.abc.es/20120913/familia-padres-hijos/abci-guia-buen-trato-201209131315.html