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martes, 31 de enero de 2017

Las Emociones Positivas y la Felicidad

A continuación se presenta un resumen del artículo de Gerry Velazco, que revisa el modelo de la Dra. Barbara Fredrickson, psicóloga que ha trabajado en la evolución de la felicidad y cuya teoría denominada “broaden and built” considera que la felicidad “amplía” la mente y “construye” nuestra personalidad, y ayuda a explicar como las emociones positivas aumentan nuestras capacidades cognitivas y nos permiten acumular recursos psicológicos para ayudar a neutralizar los períodos menos luminosos (más difíciles) del futuro.
 
La especialista:
La doctora Barbara Fredrickson Lee es profesora del departamento de psicología en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill de Norteamericana y ha trabajado en entender las bases evolutivas de la felicidad y es la creadora de la teoría denominada “broaden and built” (ampliación y construcción).
 
Las emociones:
Toda emoción se asocia, necesariamente, a tendencias de acción específicas, como por ejemplo: luchar o escapar.
 
Se considera que las emociones positivas provocan cambios en la actividad cognitiva, los cuales, en un segundo momento, pueden producir cambios en la actividad física. Amplían el rango de pensamientos y acciones.
 
Según Barbara Fredrickson, tanto las emociones negativas y como las emociones positivas tienen una función adaptativa, pero actúan en escalas de tiempo distintas.
Las emociones negativas como el miedo, la ira o la ansiedad nos preparan para realizar una conducta de supervivencia en una situación de peligro. Nos preparan para una reacción inmediata. En cambio, los beneficios adaptativos de las emociones positivas son a más largo plazo. Las emociones positivas ayudan a construir un conjunto de recursos personales (físicos, intelectuales y sociales) que el individuo puede aprovechar posteriormente para afrontar una dificultad, escogiendo opciones más creativas.
 
El modelo “broaden and built” (ampliación y construcción):
 
 
Este modelo explica la función que cumplen las emociones positivas, en contraposición con la función que se le atribuye a las negativas.
 
El modelo explica los tres efectos secuenciales de las emociones positivas:
-          Ampliación:
Las emociones positivas amplían las tendencias de pensamiento y acción.
 
-          Construcción:
Debido a la ampliación, se favorece la construcción de recursos personales para afrontar situaciones difíciles o problemáticas.
 
-          Transformación:
Esta construcción produce la transformación de la persona, que se torna más creativa, muestra un conocimiento más profundo de las situaciones, es más resistente a las dificultades y socialmente mejor integrado, con lo que llega a una “espiral ascendente” que lleva a que se experimenten nuevas emociones positivas.
 
Emociones Positivas estudiadas:
 
Algunas de las Emociones Positivas que la Dra. Fredrickson ha estudiado:
 
1.   Alegría:
La alegría se experimenta como radiante y ligera, los colores parecen más vivos, caminas con fuerza, tu cara se ilumina con una sonrisa y un brillo interior.
 
2.   Gratitud:
La gratitud llega cuando agradecemos algo que ha venido a nuestro encuentro como un regalo. Abre tu corazón y genera el impulso de corresponder, hacer algo bueno a cambio, ya sea por la persona que te ayudó o por alguien más.
 
3.   Serenidad:
Es cuando sueltas ese largo suspiro porque estás en una situación de lo más agradable y adecuada. La serenidad es la emoción luminiscente y suele venir después de otras formas de positividad, como la alegría y el orgullo.
 
4.   Esperanza:
La esperanza te sostiene, te impide rendirte a la desesperación, y te motiva a aprovechar tus propias capacidades e ingenio. Gracias a la esperanza encontramos la energía necesaria para hacer todo lo posible por forjarnos una buena vida para nosotros mismos y quienes nos rodean.
 
5.   Inspiración:
Cautiva nuestra atención, reconforta nuestro corazón y nos involucra. Crea el impulso de dar lo mejor de nosotros mismos.
 
6.   Amor: Es la integración de todas las emociones positivas anteriores. El contexto transforma todas las formas de positividad en amor, despierta una relación segura y abierta.
 
Beneficios de las Emociones Positivas:
La positividad, ya sea que se presente como cualquiera de las emociones positivas anteriormente descritas, amplía nuestra mente y expande nuestro campo de posibilidades, nos ofrece un nuevo panorama para enfrentar la vida.
 
Referencias:
-          Citado en: Gerry Velazco, https://gerryvelasco.wordpress.com/2014/09/13/las-emociones-positivas-de-barbara-fredrickson/, 13 septiembre 2014.
-          Imagen obtenida de: https://es.pinterest.com/pin/365636063478047838/, 30 enero 2017.

martes, 24 de enero de 2017

Historia de la Felicidad

 
A continuación se entrega un resumen del interesante artículo de Cristina Sáez, sobre la historia de la felicidad, que concluye que: “El ser humano siempre ha aspirado a alcanzar la felicidad; de hecho, es un instinto evolutivo que ha permitido a nuestra especie sobrevivir”, comentando a su vez que el concepto de felicidad ha cambiado desde los inicios del ser humano.
 
Nos dice:
 
El origen de la “Felicidad”:
Desde que el ser humano pisa la faz de la Tierra ha tratado de algún modo u otro de encontrar la dicha. Y de eso hace ya 400.000 años. Dicen los científicos que si no, no hubiéramos podido sobrevivir. Que si la mayoría de los individuos de la especie no se hubieran sentido satisfechos o no hubieran tratado de conseguirlo, se habrían autodestruido, habrían perdido interés por la procreación y, probablemente, se habrían extinguido. Tratar de ser feliz es un mecanismo evolutivo impreso en nuestros genes.
 
 Y, sin embargo, "el concepto es tan indeterminado que aunque todo el mundo desee conseguirla, nadie puede decir de forma definitiva y firme qué es lo que realmente desea y persigue", advirtió ya en el siglo XVIII el filósofo alemán Immanuel Kant. No sólo nos resulta complicado definir qué es la felicidad, sino también qué nos hace felices.
 
La idea de la Felicidad:
Aunque solemos dar por sentado que tenemos derecho a ser felices, se trata de una idea bastante reciente, como explica el historiador Darrin Mc-Mahon en Una historia de la felicidad (Taurus, 2005). Es más, esa idea procede de la Ilustración, en el siglo XVIII. Sin embargo, del concepto de felicidad se empezó a hablar mucho antes. La mención más antigua que se conserva es del siglo VIII a. C., y, como ocurrió durante toda la antigüedad, estaba ligada a la tragedia. De llegar, era algo que simplemente sucedía, no se podía hacer nada por conseguirla, de manera que la gente, impotente, esperaba resignada.
 
Orígenes de la palabra Felicidad:
La relación entre la dicha y la fortuna marcó el nacimiento de vocablos en la mayoría de las lenguas indoeuropeas para designar este concepto. Happiness proviene del inglés medio happ que significa ocasión, fortuna. El término francés, bonheur, procede de bon (bueno) y heur (suerte o fortuna). En italiano, español, portugués y catalán, felicità, felicidad, felicidade y felicitat derivan del término en latín felix, que a veces significa suerte y, otras, destino. Y, curiosamente, aunque es en los albores de la humanidad cuando se empieza a relacionar la felicidad con el azar, la mayoría de las palabras que surgen para denominar este concepto no aparecen hasta mucho después, hasta la edad media, una época en que la gente era de todo menos feliz en este planeta.
 
La Felicidad y su relación con Dios:
Durante siglos, el cristianismo establecería una asociación, apuntada ya por Aristóteles, entre felicidad y Dios, y la asociaría a paraísos prometidos. En la edad media, todo el mundo tenía derecho no a ser feliz, sino a albergar la esperanza de serlo en otra vida. Y por aquella recompensa las personas soportaban todo tipo de sufrimientos terrenales.
 
La Felicidad en el Renacimiento:
El humanista, orador, educador y filósofo italiano Lorenzo Valla y más tarde el pensador inglés John Locke, considerado el padre del empirismo y del liberalismo moderno, pensaban que la felicidad era el máximo placer que se podía obtener. En este sentido, es una postura ante la vida mucho más hedonista; y la felicidad empieza a tener un significado más social: es aquel placer o estado placentero que se puede extender a un mayor número de personas".
 
La Felicidad como derecho del individuo:
En la Ilustración filósofos como Voltaire y Rousseau afirman que felicidad no es un capricho del destino, ni tampoco un don divino que uno recibe como premio a un buena conducta en vida, sino algo que todos deberíamos alcanzar en la Tierra, aquí y ahora. "El ser humano tiene derecho a ser feliz y es misión del gobernante conseguirlo", puntualiza Queralt. La importancia que se le da a este concepto es tanta que dos textos fundamentales en la política de la época - y también en la actualidad- como son la Declaración de Independencia de Estados Unidos (1776) y la Declaración de los Derechos del Hombre (Francia, 1789) establecen el derecho a "la felicidad de todos". "Los seres humanos iniciaban una grandiosa búsqueda que todavía continúa", señala McMahon.
 
La Felicidad en el siglo XIX:
Nuestros abuelos vivieron épocas de penurias y una guerra civil, y tal vez, su prioridad sería poder vivir con tranquilidad satisfaciendo sus necesidades básicas y alimentar a su familia gracias a un empleo fijo. Tal vez su felicidad se encontraba justo ahí, en ese pequeño negocio o en ese puesto de trabajo para toda la vida, un concepto que hoy parece pertenecer a la noche de los tiempos.
 
La Felicidad en el siglo XX:
Para nosotros, en cambio, las prioridades han cambiado. En el primer mundo, con una esperanza de vida al nacer que prácticamente dobla la de principios de siglo y con las necesidades básicas más que cubiertas, la felicidad, además, está en otras cosas: disfrutar de los placeres de la vida, tender hacia la realización personal... No es casualidad probablemente que la segunda mitad del siglo XX haya visto florecer las aficiones y los hobbies, y posiblemente tampoco lo sea que, con una esperanza de vida que supera los 80 años, la gente tenga bastante claro que una pareja no tiene que ser necesariamente para toda la vida.
 
Pero, en buena parte, en la segunda mitad del siglo pasado, nuestra felicidad ha tenido que ver con el consumo. Para el filósofo francés Pascal Bruckner, autor del libro La euforia perpetua sobre el deber de ser feliz (Tusquets, 2001), el problema es en buena medida que se ha confundido bienestar con felicidad. "Hay una aparición de las nuevas necesidades que tiene que ver con el confort, que son bienes materiales. Y es como si esos bienes se personalizaran de tal manera que nos individualizan, como el ordenador, el iPod, o el móvil".
 
Desde la década de los 50, la esperanza de vida ha aumentado en cantidad pero también en calidad. La Segunda Guerra Mundial, señala María Pilar Queralt, acabó con los fascismos, y se pensó que quedaba entonces garantizado un mundo libre; se había superado la crisis del 29, por lo que se abrió un periodo de bonanza económica sin precedentes; el auge de la ciencia y la técnica permitía augurar un mundo sin enfermedades y sin distancias. Todo eso propició la sensación de que ya estaba todo conseguido y que aquel era un mundo en el que el esfuerzo no era un mérito, como podía serlo en el siglo XIX. Por ello, "ahora tienes que ser feliz, es casi una obligación".
 
Se estableció un sistema basado en el incentivo del consumo, en el que el mercado se convertía en una fuerza reguladora de la economía, y la oferta y la demanda se generan mutuamente. Por primera vez en la historia, apareció un sistema de consumo masivo basado en el pleno empleo y en el aumento del poder adquisitivo de los ciudadanos. Y la felicidad requería, en buena medida, poder consumir. "Se confundía el tener con el ser", opina Queralt.
 
La Felicidad en el siglo XXI:
No obstante, desde comienzos del siglo XXI, para Asun Mena, el concepto de felicidad en los países occidentales está cambiando de nuevo, y el consumo no tiene ese papel protagonista, un cambio que, el tiempo lo dirá, posiblemente se esté viendo favorecido por la actual crisis económica. A comienzos de los años 90 aún imperaba el modelo consumista capitalista heredado tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. "La felicidad radicaba en conseguir ser alguien, en tener un estatus y la exigencia social era muy elevada, tanto que a veces teníamos que renunciar a la vida familiar y personal. Antes la trayectoria para llegar a la meta suponía dolor y sacrificio. Se basaba en el consumo, eras feliz si podías consumir". Pero ese modelo consumista, considera esta psicóloga social, se agotó.
 
En cambio, opina esta psicóloga social, el concepto que la sociedad occidental actual tiene del consumo se está transformando y dirigiendo hacia "ser tú mismo y experimentar. Damos más importancia al viaje que al destino en sí. Sabemos que queremos conseguir algo, pero el cómo lo hagamos es lo importante". Eso, dice Mena, nos causa menos frustración.
 
El Resumen:
Y es que, resume Queralt del Hierro, "el ser humano es cambiante, absorbe su entorno, los avances de su época, nunca puede tener un concepto anclado, estático, aunque se sigue pensando, fundamentalmente, tal y como decía Aristóteles, que para ser feliz había que tener tres clases de bienes: externos, como la riqueza o los honores; del cuerpo, como el placer y la salud; y del alma, como la contemplación y la sabiduría. La relación entre esos tres elementos en cada época cobra un valor diferente y se adapta para llegar al equilibrio. En historia, te das cuenta de que la felicidad es una posición ante la vida".
 
Referencia:
-      Citado en: Cristina Sáez, “Historia de la Felicidad”, http://www.lavanguardia.com/vida/20100710/53961629105/historia-de-la-felicidad.html?utm_campaign=botones_sociales, 10 julio 2010.
-      Imagen obtenida de: http://es.slideshare.net/albertofilosofia/el-ser-humano-3411336, 24 enero 2017.

martes, 17 de enero de 2017

El Sentido de la Vida es la Felicidad


Se revisan antecedentes que concluyen que los seres humanos hemos sido creados para ser felices, que lo logramos al definirlo como un objetivo de vida y trabajar día a día para lograrlo.

Cuando nos preguntamos por el sentido de la vida, obtenemos de la literatura que es una cuestión religiosa y filosófica sobre el objetivo y el significado de la vida, pero no logramos una respuesta sino que aun más preguntas: ¿Qué es la vida?, ¿Cuál es el origen de la vida?, ¿Quiénes somos?, ¿Por qué y para qué estamos aquí, ¿Cuál es el valor de la vida?, y tantas otras.

Al recurrir a las fuentes normales de conocimiento encontramos las siguientes orientaciones:

Del pensamiento Religioso:
Dios nos ha creado para ser felices; al llamarnos a la vida nos llama también a la felicidad. (1)

Del budismo tibetano del Dalai Lama:
“Desconozco si el universo, con sus incontables estrellas y galaxias, tiene un sentido específico, pero al menos el del ser humano es ser plenamente feliz”. (2)

De la corriente filosófica de Aristóteles (384-322 a.de C.) - Filósofo Griego:
La felicidad es el sentido y la finalidad de la vida, el objetivo y el fin de la existencia humana. (3)

De los aspectos señalados, podemos intuir que hemos sido creados para ser felices.

Una vez conocida está orientación de nuestro sentido de la vida, nuestra mente inquieta y lógica nos pregunta: ¿Cómo logramos ser felices?

En este caso para obtener algunas respuestas podemos recurrir a la filosofía Aristotélica, la que presenta similitudes con lo manifestado en otras religiones:

§  La verdadera felicidad consiste en hacer el bien. (4)
§  Sólo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un juego.(5)
§  La felicidad consiste en una realización activa y comprometida de las capacidades innatas del hombre. (6)
§  La felicidad depende de nosotros mismos. (7)

Podemos decir que los seres humanos hemos sido creados para ser felices, que lo podemos lograr al definirlo como un objetivo que depende sólo de nosotros, y que el camino para mejorar nuestro nivel de felicidad es el de trabajar día a día en este desafío con las virtudes dadas por nuestro Creador.

Víctor Hugo Ramón Vergara Medina
Vvergara101@gmail.com

Referencias:
(3)  Citado en: Sonja Lyubomirsky, “La ciencia de la Felicidad”, Ediciones Urano S.A., 2008, Barcelona, España, pp18.
(5)  Citado en: http://www.felicidadenlavida.com/search/label/Frases%20felicidad, 07 Abril 2014.
(6)  Citado en: David Vergara, “Los Griegos y la Felicidad”, http://davidvergaradc.blogspot.cl/2008/03/aaa.html, 23 Marzo 2008.
(7)  Citado en: Noelia Conrado, “El secreto de la felicidad, según 12 de los filósofos más sabios de la historia”, http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-07-04/secreto-felicidad-filosofos-nietzsche-kant-aristoteles_1226385/, 04 Julio 2016.
Imagen obtenida de: https://apaceipmarcosfrechin.com/escuela-de-padres/, 17 enero 2017.

martes, 10 de enero de 2017

La Felicidad te activa tu energía interior


Cuando somos felices realizando cosas que nos gustan, despertamos nuestra energía interior (nuestra motivación), facilitando alcanzar los desafíos en nuestra vida.

Sabemos que la motivación es esa energía interior que anima a una persona a actuar o realizar algo. Lo que no es del todo conocido es como lograr capturar la energía que nos permita actuar para alcanzar nuestros desafíos en la vida.

Un avance es saber que la palabra motivación debería ser realmente automotivación. Esto porque somos nosotros los únicos que podemos motivarnos y del exterior sólo nos pueden llegar los estímulos que nos permitan motivarnos.

Una forma de lograr la motivación es lo indicado por el Sacerdote Víctor Manuel Fernández, que indica que al pensar en cosas agradables que podríamos hacer, es el camino para lograr el “combustible” de querer realizarlas.

Nos dice:

No es bueno comenzar el día sin ganas, sin algo que nos estimule, aunque sea muy pequeño o muy simple.

Por ejemplo, piensa en la posibilidad de encontrarte con alguien que te agrada, en el proyecto de colocar una planta en el jardín o de leer un libro que te guste, de contemplar el atardecer en calma, de hacer feliz a alguien, de encender una vela en una iglesia, de preparar algo sabroso para comer, de escuchar música que te haga bien, etc.

Hay muchas cosas bellas, agradables y valiosas que podría imaginar y que podría llegar a realizar a lo largo del día. Piensa en esas cosas y deja que broten las ganas de realizarlas. Recuerda que Dios te dice: “Hijo, trátate bien con lo que tengas… No te prives de pasarte un buen día” (Eclo 14,11.14).

Si crees sinceramente que algo es realmente bueno, y es posible, entonces no lo postergues, no te lo niegues, no te límites. Búscalo y saca lo mejor de esas experiencias. Si miras por la ventana y ves algo lícito que te guste, no tienes por qué quedarte en la ventana. No lo dejes pasar. Sal a la calle antes que sea tarde.

Es como cuando éramos niño que siempre estábamos jugando, siempre estábamos haciendo las cosas que nos gustaban.

Si usas tu imaginación para identificar tus estímulos (las cosas que te gusta hacer) que te llenan de energía interior, tienes asegurado una gran día y un día lleno de felicidad.

Víctor Vergara Medina
Vvergara101@gmail.com

Referencias:
-      Citado en: Víctor Manuel Fernández , “Un Estímulo todos los días, Propuestas para vivir mejor”, San Pablo, Riobamba, Buenos Aire, 2007, pp17.
-      Imagen obtenida de: http://biocreacion.org/tag/fluye-mi-energia/, 10 enero 2017.

miércoles, 4 de enero de 2017

Claves para ser más Feliz

A continuación un extracto del artículo de Sandra Ramírez Carreño, que entrega antecedentes obtenidos en una entrevista a la especialista en neurociencia Emiliana Simon-Thomas, que manifiesta que los aspectos que más aportan a la felicidad son: positividad, conexión social y resiliencia.
 
Emiliana Simon-Thomas, es directora de ciencia del Greater Good Science Center de la Universidad de California en Berkeley, y es experta en neurociencia y psicología de la compasión.
 
¿De dónde surgió la idea de estudiar la felicidad?
 
Hace unos 50 años apareció un interés por pensar en la salud mental de una manera distinta a la que se hacía tradicionalmente, pues los psicólogos se superponían mucho con la medicina y con la idea de acercarse a la salud mental, a través de una lente con la que se buscaba resolver dificultades y deshacerse de los elementos negativos de la salud mental. Se pensaba, entonces, en cómo hacer para que la gente no se deprimiera o experimentara ansiedad.
 
El estudio de la felicidad comenzó con un campo que se llamó psicología positiva, desde donde se pensó en cómo fortalecer las características de la gente para ayudarla a darse cuenta de la felicidad y para que la experimentara de una manera correcta.
 
En los últimos 50 años se ha dado un enfoque a cómo se entiende la felicidad, cómo se diferencia de no simplemente estar triste y cuáles son esos factores que en realidad dictan la posibilidad de que alguien caiga en la categoría de ser feliz.
 
¿Cómo se puede definir la felicidad?
 
La felicidad es un poco difícil de definir. Desde una perspectiva científica, la felicidad es pensada como algo que tiene tres partes relacionadas. Se mezclan un sentido de la positividad, es decir, la facilidad de experimentar estados positivos; un sentido de entender cuándo la vida es significativa, cuándo se tiene un propósito y una habilidad para recuperarse de ciertas dificultades; y un sentido social, el cual tiene que ver con la capacidad de conectarse con los otros. Entonces, la felicidad tiene que ver con positividad, resiliencia y conexión.
 
¿Cuáles son las claves para entender que la felicidad no es blanco o negro?
 
La felicidad no es un momento sobre algo bueno que ha pasado, sino una combinación de varios momentos diferentes, que juntos crean el sentido de propósito, significado y resiliencia. Es muy importante no quedarse con la idea de que conseguir sentirse feliz es tratar de poner juntos tantos momentos de alegría como sea posible.
 
Las personas más felices tienen un rango más grande de emoción que esa, y también tienen experiencias valiosas de tristeza. La felicidad no está exenta de tristeza. En la vida hay dificultades, y hay muy poco que podamos hacer para evitarlas. No importa cuánto dinero tenemos o qué tan bonitos somos, al final todos sufrimos por dificultades y pérdidas. Lo importante es cómo enfrentamos esas situaciones.
 
Lo mismo sucede con la rabia. La gente que es más feliz experimenta rabia cuando la injusticia es una característica particular en algún momento. Es muy importante experimentar la rabia y dejarla que nos motive a buscar una solución para esa injusticia.
La tristeza y la rabia no son emociones que se deben suprimir o con las que se debe pretender que no pasaron, pero tampoco se las debe dejar invadir toda nuestra experiencia mental como para sentir que no se tiene esperanza.
 
Algunas personas creen que la felicidad tiene que ver con ser entusiasta y alegre, y con estar emocionado todo el tiempo, y que tienen que tratar de olvidar lo que las hace sentirse tristes, pero la investigación muestra que esas experiencias de emociones negativas son buenas para la noción de felicidad, pero cómo las manejamos es importante.
 
¿Qué dicen las investigaciones sobre cómo se ve reflejada la felicidad en el cuerpo y en el cerebro?
 
Como una observación general, las personas que son más felices tienen un sistema inmune más fuerte. El cuerpo se comporta de una mejor manera al enfrentar enfermedades y protegiéndose de ellas. Las personas que son más felices tienen métricas fisiológicas de menor estrés, no tienen la presión alta, tienen menor riesgo de enfermedades cardiovasculares y viven más tiempo.
 
Tener una sensación de conexión social protege a las personas de las enfermedades. Pero cuando alguien es solitario, según nuevas investigaciones, puede presentar vulnerabilidad a enfermedades cardiovasculares, el sistema inmune no funciona bien y hay señales de tendencia al estrés.
 
Nuestro sistema nervioso, a un nivel fundamental, espera tener acceso a salud y comida, pero también espera tener acceso a otras personas. Nosotros evolucionamos para buscar oportunidades, para cooperar y formar relaciones sociales significativas.
 
Hay mucha gente que tiene la idea de que las amistades, las relaciones y la familia son algo opcional. Pero eso no es lo que la investigación muestra. No somos aislados o especies solitarias, sino especies multisociales.
 
 
Referencias:
-      Citado en: Sandra Ramírez Carreño, “Las claves de la ciencia de la felicidad”, http://www.eltiempo.com/mundo/ee-uu-y-canada/cuales-son-las-claves-de-la-felicidad/16774961, 16 diciembre 2016.
-          Imagen obtenida de: http://www.eltiempo.com/noticias/felicidad, 04 enero 2017.