A
continuación un extracto del artículo de Sara Cáceres, que nos comenta que: “Los niños son tremendamente felices. No
necesitan a nadie que les eduque en esa materia porque ellos son los auténticos gurús, los expertos de
la vida, los coaches de la felicidad, y somos los adultos los que
deberíamos aprender de ellos y reeducar nuestro concepto de felicidad”.
¿Qué
aprender de los niños?
ü Ellos
toman el té y mantienen largas conversaciones con su osito de peluche sin que
les preocupe en absoluto lo que piensen los demás. Un poco de sin sentido y locura en la vida nos ayudará a destensarnos y
olvidarnos de nuestras preocupaciones.
ü Ellos
son espontáneos y graciosos de forma
natural, sin esforzarse por aparentar y saben reírse de sí mismos sin
sentirse mal. ¡Llenan su vida de humor!.
ü En
cuanto pueden muestran pública y
abiertamente sus sentimientos, desde una sinceridad absoluta. Hablan sin
tapujos pero son expertos equilibrando la balanza entre lo bueno y lo malo; Te
dicen que tienes los dientes amarillos y al instante que eres guapísima.
ü No les importa el color, el grupo social o el
dinero. No creo que sepan el peso que esto tiene entre
los adultos hasta que alguien se lo cuenta. Así que son tremendamente sociales
porque no escogen con quien relacionarse. Ellos lo hacen con todo el mundo, en
cualquier sitio y en el momento que sea.
ü Tampoco temen al rechazo o fracaso. Son atrevidos y actúan más por los sentidos
que por la razón. Tienen menos miedos coleccionados y no miden
obsesivamente las consecuencias de sus actos. Simplemente lo hacen y
experimentan.
ü Sus porqués se formulan desde la curiosidad
y no desde el martirio. Las preocupaciones no suelen permanecer mucho tiempo en
la cabeza y los enfados se esfuman igual que llegan; En un instante.
ü Son
conformistas y se adaptan rápidamente a
los cambios o circunstancias porque se guían por hábitos. Entienden las
realidades y son solidarios y
agradecidos.
ü No se aburren ante nada. Son entusiastas, se ilusionan y sorprenden con facilidad.
ü Hacen que cualquier cosa sea divertido,
disfrutando de los verdaderos y simples placeres de la vida,
y les encanta ensuciarse.
ü Son curiosos: observan y descubren. Se toman su tiempo en cada cosa que hacen,
viviendo sin prisa y disfrutando de cada momento. Ellos no piensan en qué
van a hacer después; Ellos ponen verdadera pasión y energía en todo cuanto
hacen, sin importar lo pequeño que sea.
En
definitiva; Ven la vida más fácil. Lo
mejor de cada cosa y persona. No se preocupan en exceso por las cosas, sino por
disfrutar de lo que nos ofrece la vida; las relaciones, el entorno… Si caen
se levantan con más energía para volver a intentarlo, y son crédulos y honestos
hasta la médula; Por eso triunfan.
Referencia:
-
Citado en: Sara Cáceres, “Aprendamos
de los niños a reeducar nuestra felicidad “, http://www.bloguismo.com/motivacion/reeducar-felicidad/,
3 Junio 2014
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