Qué
bueno que científicos cada vez avancen en demostrar lo que la metafísica
siempre lo ha sabido:
La
Fe mueve montañas…
No
convertimos en lo que pensamos…
Las
emociones hacen la acción…
El
cuerpo es el resultado de nuestra Fe, de nuestros Pensamientos y de nuestras
Emociones.
La
“fuerza” del ser humano viene de “arriba hacia abajo”. Y la ciencia va
trabajando de “abajo hacia arriba”.
Cada vez se demuestra
“científicamente”, que la Fe cura todo, nos hace que nuestra felicidad sea
permanente.
A
continuación extractos de la entrevista de Montse Cano, realizada a Bruce
Lipton, doctor en Biología Celular que investiga en la medicina que tiene en
cuenta la energía y su capacidad para curar. Es autor de libros como La
biología de la creencia y La biología de la transformación.
Cuál es el entorno de
la célula que hay que cuidar?
Dentro
de mí hay 50 trillones de células y el entorno celular para nosotros es la
sangre, por ello la composición de la sangre cambia el destino de la célula. ¿Y
qué controla la sangre? Pues el sistema nervioso, que crea una química
diferente según el sistema exterior. La célula y el ser humano son la misma
cosa. Por ello, si pongo al ser humano
en un entorno nocivo, igual que la célula, también enferma. Si lo trasladas a
un entorno sano, entonces sana. Por tanto, la medicina culpa a las células
por la enfermedad y trata de cambiar la química de las células, pero ese no es
el problema, el problema es el entorno. Y si cambias a la persona de entorno,
sin medicamentos, el cerebro cambia la química. El cerebro de la célula y el de
la persona leen y entienden el entorno.
En un entorno sano,
¿nos curamos automáticamente? ¿Así de fácil?
No
es tan fácil, porque la mente interpreta. Puede suceder que estemos en un
entorno muy sano y que la mente lo lea como un entorno negativo o perjudicial.
Entonces crea una química que hará a mi cuerpo enfermar. La diferencia entre la
célula y el ser humano es que este tiene una mente que hace una interpretación
y la célula lee el entorno directamente. Si metes un programa con errores en la
mente, entonces la química que genera no está en armonía con la vida. Y esto
nos sirve para entender cómo funciona un placebo. Cambio mi creencia y pienso que esto me va a sanar, tomo una píldora
porque creo que esto me va a traer salud, y me mejora y me sana, pero la
píldora podría ser de azúcar, en realidad no ha hecho nada, han sido mis
creencias. Y a eso lo llamamos pensamientos positivos y efecto placebo.
Explíquenos cómo
funciona ese poder que dice que tiene la mente para la autocuración.
He
hablado de que la mente controla: si piensa de una manera, se va en una
dirección y, si piensa de otra, se va en otra. Por ejemplo, cierro los ojos, los abro y veo a alguien a quien amo.
Entonces mi cerebro segrega dopamina, oxitocina, etc. Lo puedo sentir en mi
cuerpo, puedo sentir el amor, y esa química trae salud a las células. Por eso,
quien se enamora se siente tan bien. Pero si abro los ojos y veo algo que
me asusta, segrego hormonas del estrés. Y estas hacen dos cosas. La primera es
que frenan el crecimiento del cuerpo. Porque si me está persiguiendo un león,
necesito toda la energía para poder escaparme, y mi organismo apaga todo lo que
no sea imprescindible para correr más rápido, así que se paraliza todo lo que
tiene que ver con el crecimiento. La gente no lo sabe, pero tienes que crecer
todos los días, porque, si no, te mueres. Cada
día cientos de billones de células mueren y tienes que ir produciendo nuevas.
Cada tres días, el sistema digestivo renueva sus células, pero si se intefiere
con ese crecimiento, entonces no puedo estar sano porque estoy perdiendo
demasiadas células al día, por eso la quimioterapia hace que se caiga el pelo y
crea problemas de digestión, porque mata todas las células, no solo las del
cáncer. La segunda consecuencia de las hormonas del estrés es que se cierra
todo aquello que usa energía, y el sistema inmunitario usa muchísima energía:
cuando estás enfermo, te sientes muy cansado porque tu energía la está usando
el sistema inmunitario.
Eso significa que el
estrés nos hace enfermar, ¿no?
Las hormonas del
estrés apagan el sistema inmunitario, incluso la medicina
usa este efecto en algunas ocasiones. Por ejemplo, si me trasplantaran un
corazón, mi sistema inmunitario lo rechazaría. En esos casos, los médicos dan
hormonas del estrés y eso impide que funcione el sistema inmunitario. Es tan
claro que suprime el sistema inmunitario que lo usamos como un medicamento. Cuando la persona está bajo estrés, afecta
de dos maneras: la primera es que deja de haber crecimiento y la segunda es que
se apaga el sistema inmunitario. De esta forma, virus nocivos pueden
atacarme fácilmente. Cuando estás bajo mucho estrés, te enfermas. Y debo decir
que, si tomamos una muestra de sangre de cada persona, descubrimos que todos
tenemos células cancerígenas. Las tenemos siempre, pero si está funcionando el
sistema inmunitario, no pueden crecer. Una vez que se apaga el sistema inmunitario, proliferan. Es como el catarro:
no tienes que coger el virus, ya lo tienes dentro. Son organismos oportunistas.
El 90 por ciento de la gente que va al
médico es debido al estrés, y también el cáncer funciona igual.
Explíquenos qué es la
medicina cuántica o medicina de la energía.
Como
decía, la primera razón por la que la medicina de hoy es cuestionable es porque
los médicos no saben cómo funcionan las células. La segunda es que la medicina
está basada en la física de Newton. No reconoce la energía, esa parte
invisible, las señales electromagnéticas. Pero, a principios del siglo XX, apareció la física cuántica, que dice que
todo es energía, lo que podemos ver y también lo invisible. Si miras dentro
del átomo, hay electrones, protones, neutrones. ¿Y qué hay dentro? Energía. La
ciencia más reciente indica que el cuerpo responde a la física cuántica, no a
la newtoniania. La medicina dice que quiere cambiar la química del organismo con
drogas y la nueva medicina dice que hay que cambiar la energía. Y esta nueva
medicina, la cuántica, es mucho más poderosa, porque responde primero el campo
energético que el físico.
Si todo es energía,
¿los pensamientos también? ¿Cómo influyen en nuestra salud?
La mente es energía.
Cuando piensas, transmites energía, y los pensamientos son más poderosos que la
química. Así que esto es peor para las empresas
farmacéuticas porque no lo pueden vender. Por tanto, no les interesa una
conexión entre la mente y el cuerpo. Pero
es cierto que las propias creencias se convierten en un campo energético, una
transmisión, y esta se transforma en una señal que es capaz de cambiar el
organismo. Y así es como funcionaba la sanación antes del desarrollo de la
medicina. La gente sanaba con los chamanes, con las manos... pero eso no
puede vender y por eso la medicina no quiere ir por ese camino. Y es la razón
por la que yo cambié mi carrera. Estaba enseñando en la universidad que hay que
seguir con drogas y sabía que eso no era verdad. La medicina lo conoce, pero no
habla de ello. Sabe que el pensamiento
positivo, el placebo, puede sanar, y también que el pensamiento negativo puede
matar. Uno se llama placebo y el otro nocevo. En realidad, no es que sea
positivo o negativo, es la manera de pensar. Si el médico te dice que
tienes cáncer, aunque no tengas cáncer, si lo crees, crearás la química que
generará cáncer. Por tanto, el problema no es tanto el entorno real sino el que
tú interpretas.
Usted ha explicado
que, en la mente, quien realmente tiene el poder es el subconsciente, ¿por eso
es tan difícil cambiar hábitos de pensamiento?
Es millones de veces
más poderoso y más importante que la mente consciente. Utilizamos el
subconsciente el 95 por ciento del tiempo.
Pero no lo podemos
controlar.
Lo puedes
reprogramar. La información del subconsciente se recibe en los primeros seis
años de vida. Eso que aprendiste en esos años se convierte en el conocimiento
fundamental de tu vida. Por tanto, hay muchos estudios
que demuestran que las enfermedades que tenemos de adultos, como el cáncer,
tienen que ver con la programación y el entorno que vivimos en los primeros
seis años de vida.
Es
decir, los niños absorben también sus enfermedades o sus actitudes negativas, y
así se 'programa' su subconsciente. ¡Qué gran responsabilidad para los padres!
¿Podemos reprogramar
el subconsciente para estar más sanos o ser más felices con nuestra vida?
Los
comportamientos que vienen del subconsciente no los percibes y pueden estar
haciéndote daño. Quizás te sientes enfermo y echas la culpa a otra cosa. Al
cambiar estos programas erróneos en el subconsciente, puedes recrear toda tu
vida. Hay varias maneras de hacerlo. Se piensa que, cuando la mente consciente
registra algo, la subconsciente también filtra esa informacion, pero no es así.
La mente consciente es creativa y la
subconsciente trata de todos los hábitos. Si le enseñas al subconsciente
algo diferente, se lo enseñas también a la consciente, pero no al revés. Por
ello, la manera de reprogramar es repetir y repetir hasta que se crea un
hábito.
Los
pensamientos positivos, el conocimiento... solo funcionan el 5% del tiempo,
pero el 95% son los hábitos que tengo desde mi niñez. Y esa es la razón por la
que los pensamientos positivos no son suficientes. Ayudan, pero no ves muchos
resultados. Todo sigue igual hasta que no cambias el subconsciente. Técnicas de
psicología basadas en la energía como la hipnosis o el Psych-K son una manera
de cambiar el subconsciente, es como un aprendizaje rápido.
¿Eso le hizo creer
que tenemos espíritu?
Nunca
había creído en el espíritu, pero cuando comprobé esto en la célula, me cambió
la vida entera. La pregunta que me planteé es: ¿por qué esa duplicidad?, ¿por
qué tener un espíritu y un cuerpo? Y la respuesta vino de mis células: si solo
existiera el espíritu, ¿a qué sabe el chocolate? Solo con la parte espiritual, ¿cómo vivir una
puesta de sol? ¿Qué se siente cuando se está enamorado? Todas esas sensaciones
vienen de las células del cuerpo, que puede oler, sentir, tener experiencias.
Recoge todo eso, lo transmite al cerebro. Se convierte en vibraciones y lo
transmite a la fuente del ser. Si se muere mi cuerpo, mi fuente de ser y mi
espíritu tienen la memoria hasta que tenga otro cuerpo. La lección más importante es que estar vivo es un regalo, una alegría
por todo lo que podemos sentir. Cuando hagamos eso, todo el mundo estará
sano.
Referencias:
-
Citado en: Montse Cano, “Los
pensamientos curan más que los medicamentos”, http://elcorreodelsol.com/articulo/los-pensamientos-curan-mas-que-los-medicamentos, 30 octubre 2014.
-
Imagen obtenida de: http://www.taringa.net/posts/info/14691515/Lo-que-pensamos-Define-nuestra-Biologia.html,
3 Abril 2015.
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