Buscar este blog

miércoles, 28 de marzo de 2018

El legado de Felicidad de Jesús


Jesús como el gran líder, nos indica como avanzar cada día en el sendero de la felicidad.

Resumen:
Tantas enseñanzas han quedado plasmada en los diferentes Evangelios y en La Biblia en general.

Hay aspectos que sólo tienen una mayor comprensión por los cristianos, porque son aspectos de fe, que se mueven en el plano espiritual, en los que los no creyentes no transitan.

Se presenta un análisis, del liderazgo de Jesús, y las relaciones existentes entre el Amor, la Felicidad y el sufrimiento, que nos llevan a concluir que debemos prepararnos para vivir la Semana Santa como una mejor persona, que es la base del camino del cristiano para ser cada día más feliz.

La Semana Santa:
Cuantas interpretaciones le podemos dar a un acontecimiento trascendental para los cristianos como lo ocurrido en la Semana Santa, en la que el hijo de Dios muere por el amor a todos nosotros.

Desde el punto de vista de Liderazgo, se considera a Jesús uno de los Líderes más grandes de todos los tiempos, y uno de los motivos de su “grandeza” es el haber dado la vida por los demás.
Si reflexionamos sobre este aspecto y nos preguntáramos: ¿que estoy dispuesto a dar por los demás?, lograremos de alguna manera tener la sensibilidad de la grandeza de dar la vida por los demás.

Es también válido preguntarse: ¿porqué Jesús dio la vida por nosotros?. Quizás esta sea la pregunta más difícil de responder para un no creyente, pero muy fácil para un cristiano: Dios nos ama tanto a todos nosotros, que dio la vida de su hijo Jesucristo por nosotros, para el perdón de nuestros pecados.

Para conocer más de lo indicado, podemos recurrir a “La Biblia”, específicamente en Nuevo Testamento, Primera Carta de Juan, 08-16, en la que podemos leer (1):

El que no ama no ha conocido a Dios, pues Dios es amor.
Miren cómo se manifestó el amor de Dios entre nosotros: Dios envió a su Hijo único a este mundo para que tengamos vida por medio de él.
En esto está el amor: no es que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó primero y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados.
Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos mutuamente.
A Dios no lo ha visto nadie jamás; pero si nos amamos unos a otros, Dios está entre nosotros y su amor ha llegado a su plenitud en nosotros.
Y ¿cómo sabemos que permanecemos en Dios y él en nosotros? Porque nos ha comunicado su Espíritu.
Pero también hemos visto nosotros y declaramos que el Padre envió a su Hijo como Salvador del mundo.
Quien confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.
Por nuestra parte, hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído en él. Dios es amor: el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.

Nuestra vida está basada en el amor de Dios, y este amor es el combustible de nuestra vida y es la materia prima para llevar a cabo nuestro objetivo principal que es la felicidad:

Si consultamos Wikipedia “Felicidad - Según la Religión”, encontramos la siguiente relación Religión y Felicidad (2):

Para las religiones teístas, la felicidad sólo se logra en la unión con Dios, y no es posible ser feliz sin esta comunión. La felicidad es considerada la obtención definitiva de la plenitud, y el estado de satisfacción de todo tipo de necesidades que es alcanzable sólo en ese grado después de la muerte.
Sin embargo, hay diferentes puntos de vista según la religión analizada. Para el cristianismo, por ejemplo, la felicidad se expresa en la vivencia de las bienaventuranzas y las enseñanzas de la Biblia (especialmente los evangelios) y en el seguimiento y comunión con Cristo (resucitado a través del Espíritu Santo).

Otro aspecto que también está presente, es la coexistencia de la felicidad y el sufrimiento.

Del artículo “Sufrimiento y felicidad”, obtenemos que (3):

Para el creyente el tema del sufrimiento, le es más fácil de enfocar, comprender y subsiguientemente asimilar, en la medida en que la fe de él, esté más o menos arraigada. Cuanto mayor sea el grado de fe, mayor será el grado de perfección de esta asimilación. El que se apoya en su fe, sabe perfectamente que Dios le creó para ser eternamente feliz, y que esta eterna y plena felicidad, solo la encontrará cuando encuentre a su Creador. Su actitud frente al sufrimiento, no siempre es pues la misma, varía pues, de acuerdo con la intensidad de su fe, pero en general el que cree, termina siempre encontrando consuelo, en comprender que también su Redentor sufrió por amor a él, y que el sufrimiento aceptado cristianamente, tiene un extraño poder redimidor de nuestros tropiezos.

Nuestra línea de vida:
Para un creyente, existen a lo menos los siguientes planos en la que coexiste el ser humano: físico, emocional, mental y espiritual. Para una persona no creyente, que podemos decir que no consideran la existencia del plano espiritual, se le hace difícil poder entender los aspectos de fe de un creyente, que están “radicados” en el plano espiritual.

Es complejo para un no cristiano, poder entender que Dios es amor y por ese amor es que su hijo Jesucristo ha dado la vida por el perdón de nuestros pecados, para que se cumpla el deseo de nuestro Padre Celestial de que seamos felices en la Vida.

Preparémonos para vivir la Semana Santa como un mejor cristiano, entendiendo que el sufrimiento es parte de la vida y que muchas veces es lo que nos hace reflexionar para ser cada vez mejores personas, que es la base de un cristiano y que es el camino más directo para ser cada día más feliz.

Un abrazo,






Referencias:
(1)  Juan del Carmelo, “Sufrimiento y felicidad”, https://www.religionenlibertad.com/sufrimiento-y-felicidad-4572.htm, 20 septiembre 2009.
(2)  Wikipedia “Felicidad - Según la Religión”, https://es.wikipedia.org/wiki/Felicidad, Consultado 23 marzo 2018.
(3)  Citado en: http://biblia.catholic.net/: Nuevo Testamento, Primera Carta de Juan, 08-16, Consultado 26 marzo 2018.
(4)  Imagen obtenida de: http://www.jardinfantasiadecolores.edu.co/feliz-semana-santa/, 19 marzo 2016.

No hay comentarios:

Publicar un comentario