Jesús como el gran líder, nos indica como
avanzar cada día en el sendero de la felicidad.
Resumen:
Tantas enseñanzas
han quedado plasmada en los diferentes Evangelios y en La Biblia en general.
Hay aspectos que
sólo tienen una mayor comprensión por los cristianos, porque son aspectos de
fe, que se mueven en el plano espiritual, en los que los no creyentes no
transitan.
Se presenta un
análisis, del liderazgo de Jesús, y las relaciones existentes entre el Amor, la
Felicidad y el sufrimiento, que nos llevan a concluir que debemos prepararnos para vivir la Semana Santa como
una mejor persona, que es la base del camino del cristiano para ser cada día
más feliz.
La Semana Santa:
Cuantas
interpretaciones le podemos dar a un acontecimiento trascendental para los cristianos
como lo ocurrido en la Semana Santa, en la que el hijo de Dios muere por el
amor a todos nosotros.
Desde el punto de
vista de Liderazgo, se considera a Jesús uno de los Líderes más grandes de
todos los tiempos, y uno de los motivos de su “grandeza” es el haber dado la
vida por los demás.
Si reflexionamos
sobre este aspecto y nos preguntáramos: ¿que estoy dispuesto a dar por los
demás?, lograremos de alguna manera tener la sensibilidad de la grandeza de dar
la vida por los demás.
Es también válido
preguntarse: ¿porqué Jesús dio la vida por nosotros?. Quizás esta sea la
pregunta más difícil de responder para un no creyente, pero muy fácil para un cristiano:
Dios nos ama tanto a todos nosotros, que dio la vida de su hijo Jesucristo por
nosotros, para el perdón de nuestros pecados.
Para conocer más de lo
indicado, podemos recurrir a “La Biblia”, específicamente en Nuevo Testamento, Primera Carta de Juan, 08-16, en la que
podemos leer (1):
El
que no ama no ha conocido a Dios, pues
Dios es amor.
Miren
cómo se manifestó el amor de Dios entre nosotros: Dios envió a su Hijo único a este mundo para que tengamos vida por
medio de él.
En
esto está el amor: no es que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó
primero y envió a su Hijo como víctima
por nuestros pecados.
Queridos,
si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos mutuamente.
A
Dios no lo ha visto nadie jamás; pero si nos amamos unos a otros, Dios está entre nosotros y su amor ha
llegado a su plenitud en nosotros.
Y
¿cómo sabemos que permanecemos en Dios y él en nosotros? Porque nos ha
comunicado su Espíritu.
Pero
también hemos visto nosotros y declaramos que el Padre envió a su Hijo como
Salvador del mundo.
Quien
confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.
Por
nuestra parte, hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído en él.
Dios es amor: el que permanece en el
amor permanece en Dios y Dios en él.
Nuestra vida está basada en el amor de
Dios, y este amor es el combustible de nuestra vida y es la materia prima para
llevar a cabo nuestro objetivo principal que es la felicidad:
Si consultamos Wikipedia “Felicidad - Según la Religión”,
encontramos la siguiente relación Religión y Felicidad (2):
Para las religiones teístas, la felicidad sólo se logra en
la unión con Dios, y no es posible ser feliz sin esta comunión. La felicidad es considerada la obtención
definitiva de la plenitud, y el estado de satisfacción de todo tipo de necesidades que es alcanzable sólo
en ese grado después de la muerte.
Sin embargo, hay diferentes puntos de vista según
la religión analizada. Para el cristianismo, por ejemplo, la
felicidad se expresa en la vivencia de las bienaventuranzas y las enseñanzas de la Biblia (especialmente los evangelios) y
en el seguimiento y comunión con Cristo (resucitado a través del Espíritu
Santo).
Otro aspecto que
también está presente, es la coexistencia de la felicidad y el sufrimiento.
Del artículo “Sufrimiento y
felicidad”, obtenemos que (3):
Para el creyente el tema del sufrimiento, le es
más fácil de enfocar, comprender y subsiguientemente asimilar, en la medida en
que la fe de él, esté más o menos arraigada. Cuanto mayor sea el grado de fe, mayor será el
grado de perfección de esta asimilación. El
que se apoya en su fe, sabe perfectamente que Dios le creó para ser eternamente
feliz, y que esta eterna y plena felicidad, solo la encontrará cuando encuentre
a su Creador. Su actitud frente al sufrimiento, no siempre es pues la
misma, varía pues, de acuerdo con la intensidad de su fe, pero en general el
que cree, termina siempre encontrando consuelo, en comprender que también su
Redentor sufrió por amor a él, y que el sufrimiento aceptado cristianamente,
tiene un extraño poder redimidor de nuestros tropiezos.
Nuestra línea de
vida:
Para un
creyente, existen a lo menos los siguientes planos en la que coexiste el ser
humano: físico, emocional, mental y espiritual. Para una persona no creyente,
que podemos decir que no consideran la existencia del plano espiritual, se le
hace difícil poder entender los aspectos de fe de un creyente, que están
“radicados” en el plano espiritual.
Es complejo para
un no cristiano, poder entender que Dios es amor y por ese amor es que su hijo
Jesucristo ha dado la vida por el perdón de nuestros pecados, para que se cumpla
el deseo de nuestro Padre Celestial de que seamos felices en la Vida.
Preparémonos
para vivir la Semana Santa como un mejor cristiano, entendiendo que el
sufrimiento es parte de la vida y que muchas veces es lo que nos hace
reflexionar para ser cada vez mejores personas, que es la base de un cristiano
y que es el camino más directo para ser cada día más feliz.
Un abrazo,
Referencias:
(1) Juan del Carmelo, “Sufrimiento y felicidad”, https://www.religionenlibertad.com/sufrimiento-y-felicidad-4572.htm, 20 septiembre 2009.
(2) Wikipedia “Felicidad - Según la Religión”, https://es.wikipedia.org/wiki/Felicidad, Consultado 23 marzo 2018.
(3) Citado en: http://biblia.catholic.net/: Nuevo Testamento, Primera Carta de Juan, 08-16, Consultado
26 marzo 2018.
(4) Imagen obtenida de: http://www.jardinfantasiadecolores.edu.co/feliz-semana-santa/, 19 marzo 2016.
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