Se deben poco a poco ir superando las inseguridades y así evitar que afecten nuestros niveles de felicidad.
Resumen:
Sabemos que existen aspectos conocidos que disminuyen nuestros niveles de felicidad. Están los miedos, las inseguridades, entre otros.
Se entregan mayores antecedentes de las inseguridades, las que son monstruos dañinos que existen sólo en la cabeza de quien los crea.
Las inseguridades van asociadas a comparaciones en la que uno siempre se siente que está en desventaja.
Las recomendaciones para superar las inseguridades:
- Entender que las inseguridades no se vencen de golpe, sino poco a poco.
- Repetir incesantemente la poderosísima frase: «NO PASA NADA».
- No te preocupes de lo que otros piensen de ti.
Los miedos e inseguridades:
Hay variados aspectos que son conocidos porque nos disminuyen nuestros niveles de felicidad. Entre ellos están los miedos, las inseguridades, otros.
En relación con el miedo, es interesante considerar lo indicado por Anthony de Mello (1931-1987) - Sacerdote Jesuita Indio y Psicoterapeuta (1):
Tú eres feliz aquí y ahora; pero no lo sabes, porque tus falsas creencias y tu manera deformada de percibir las cosas te han llenado de miedos, de preocupaciones, de ataduras, de conflictos, de culpabilidades y una serie de juegos que has ido programando para jugar.
Respecto la inseguridad, podemos revisar la enciclopedia Wikipedia (2), que indica lo siguiente:
La inseguridad emocional es una sensación de nerviosismo o temeridad asociado a multitud de contextos, que puede ser desencadenada por la percepción de que uno mismo es vulnerable, o una sensación de vulnerabilidad e inestabilidad que amenaza la propia autoimagen o el yo.
A continuación, se entrega un extracto del artículo de Anxo Pérez, “Peldaño 17: Esto es lo que las inseguridades hacen con tu felicidad”, que explica como las inseguridades hacen que disminuyan nuestros niveles de felicidad.
Peldaño 17: Esto es lo que las inseguridades hacen con tu felicidad (2):
Una mitad del mundo piensa que el resto tiene más amigos, más dinero y más éxito que ellos. ¿Sabes qué piensa la otra mitad? Exactamente lo mismo.
¿En qué me baso para realizar esta afirmación?
En que, por cada adolescente atormentada por el tamaño de sus pechos, hay millones con exactamente el mismo tamaño que son perfectamente felices. Por cada chico al que le da vergüenza aparecer con acné en público, hay millones que lo hacen tan tranquilos cada día, y su felicidad no decrece. Las inseguridades te crean un problema a costa de tu felicidad, haciendo el problema más grande, y tu felicidad, más pequeña.
Por tanto, si alguien define su inseguridad como un problema y sufre por ello, y sin embargo millones de personas con exactamente el mismo supuesto problema son felices, el único problema que existe no es el problema en sí, sino lo que tú le cuentas a tu cerebro sobre tu «problema». Espera, que esto hay que repetirlo: el daño no procede del supuesto problema, sino de que tú convenzas a tu cerebro de que lo es. Existe un lenguaje interior que es el que convence al cerebro de que tienes un problema. Este lenguaje es puro veneno.
¿Cómo puedo eliminar el problema?
Eliminando el veneno.
Esto es lo que tienes que hacer. Primero, identifica el veneno. No se puede eliminar algo de lo que no se es consciente.
Párate a reflexionar y cuenta las veces que detectas tu voz interior alimentando con veneno tu cerebro:
— Si fuera tan alta como Marta...
— Si tuviera la inteligencia de Sergio...
— Qué mal salgo en las fotos...
— Seguro que odian mi timbre de voz...
Luego, trabaja por adiestrar esa voz para que pase de envenenadora a apaciguadora.
¿Cómo? Así:
Si no te gusta tu altura, taladra al cerebro con esta otra frase:
— Por cada persona insatisfecha con esta misma altura hay millones perfectamente felices con ella.
Si no te gustan tus canas, dile esto a tu mente:
— De toda la sala sólo hay una persona que se fije en cada una de ellas: yo.
Si crees que fulanito es mejor que tú en todo, oblígate a pensar esto otro:
— Por cada cosa que yo hago mal y él bien, hay al menos otra que yo hago bien y él no (si bien mi felicidad no debería depender de ello).
Reflexiona sobre esta pregunta, verás qué interesante: ¿cómo puede ser que haya dos personas completamente calvas y sin embargo una esté feliz con ello y la otra no?
Respuesta: porque la felicidad no tiene que ver con el cabello, sino con la actitud.
En ningún momento estoy diciendo que, si no te gusta tu peso, no adelgaces. Todo aquello que puedas cambiar para mejorar, deberías cambiarlo, pero con aquello que no, trabaja tu aceptación. Y sí, es un trabajo (pero uno que realmente vale la pena).
Aquí tres consejos de cierre para llevar todo esto a la práctica.
Primero. Cuando te enfrentes a una inseguridad, tómatela como un apetecible baño en un precioso océano, pero con el agua muy fría (el Atlántico de Fisterra, por ejemplo). Entiende que las inseguridades no se vencen de golpe, sino entrando poco a poco, y que, cuanto más te vas sumergiendo, más tu cuerpo se va adaptando.
Una vez dentro, el frío ya no te afecta, pero lo maravilloso de esto es que la temperatura del agua no ha cambiado.
Segundo. Repite incesantemente esta poderosísima frase a tu cerebro: «NO PASA NADA». Si puedes adentrarte en el océano sin morir en el intento, es porque tu cerebro sabe que por entrar en el océano uno no se muere, o sea, porque NO PASA NADA. Lo mismo ocurre con las inseguridades. No tapes tu calva, no ocultes tu verruga, no escondas tu cojera. ¿Por qué? Porque, aunque tu voz interior quiera sabotear a tu cerebro, éste ahora conoce la verdad. ¿Y qué dice la verdad? Que, si lo piensas, realmente... NUNCA PASA NADA. Exponte y lo comprobarás.
Y tercero. ¿Te preocupa lo que otros piensen de ti?
Reconoce que, si cada persona que te conoce a ti conoce a mil más, a ti no te tocaría ni el 1 % de sus pensamientos.
Así que respira(te), ama(te) y disfruta(te).
No dejes de bailar porque te sientas inseguro con tu ritmo. Aprende de las aves. Ni siquiera una deja de cantar porque se sienta insegura con su voz.
Las inseguridades:
Las inseguridades son monstruos terribles, dañinos y abominables..., pero que existen sólo en la cabeza de quien los crea. No existen. Nunca. No tienen un solo gramo de validez.
Las inseguridades van asociadas a comparaciones en que siempre se considera que uno está en desventajas.
Las recomendaciones entregdas para superar las inseguridades son:
- Entender que las inseguridades no se vencen de golpe, sino poco a poco.
- Repetir incesantemente la poderosísima frase: «NO PASA NADA».
- No te preocupes de lo que otros piensen de ti.
Referencias:
(1) Víctor Hugo Ramón Vergara Medina, “Sin miedo nos acercamos más a la Felicidad”, https://prisma101-1.blogspot.com/2019/12/sin-miedo-nos-acercamos-mas-la-felicidad.html, 13 diciembre 2019.
(2) Citado en: “Inseguridad Emocional”, Wikipedia, https://es.wikipedia.org/wiki/Inseguridad_emocional#:~:text=La%20inseguridad%20emocional%20es%20una,propia%20autoimagen%20o%20el%20yo.Consultado 3 mayo 2020.
(3) Citado en: Anxo Pérez, “Peldaño 17: Esto es lo que las inseguridades hacen con tu felicidad”, https://www.abc.es/bienestar/psicologia-sexo/psicologia/abci-esto-inseguridades-hacen-felicidad-202005220756_noticia.html, 22 mayo 2020.
(4) Imagen obtenida de: https://www.vix.com/es/pareja/190420/tu-pareja-odia-su-cuerpo-asi-puedes-ayudarle-a-superar-sus-inseguridades, consultado 5 junio 2020.
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