Se
reproduce a continuación un muy interesante artículo de www.alimentatesano.cl, sobre “Actividades
que favorecen el bienestar y la felicidad”:
La
felicidad es un acto disciplinado, que requiere práctica y una intención. No es
algo que se busque, es algo que se tiene adentro y que debemos ejercitar para
desarrollarla.
A
continuación presentamos 13 actividades, fáciles de practicar, que requieren
voluntad y compromiso, y que han demostrado ser efectivas en el aumento del
bienestar y la felicidad de las personas.
1. Dar las GRACIAS
La
gratitud es un sentimiento de asombro, agradecimiento y aprecio por la vida. Es
asombro, es mirar el lado bueno de un contratiempo, es comprender la abundancia,
es no dar nada por sentado. Para dar las gracias es necesario haberse detenido
en el presente, haber tomado conciencia de nuestra fortuna y luego haber
expresado (con o sin palabras) nuestro sentido de gratitud hacia otro (o hacia
la vida). Dar las gracias provoca felicidad no solo en quien la recibe, sino
también en quien la expresa.
Pensar
con gratitud le ayudará a saborear las experiencias positivas de la vida.
2. Cultivar el OPTIMISMO
Se
refiere a mirar el lado bueno de las cosas, realizando un esfuerzo consciente
por encontrar el aspecto positivo de cada situación. También tiene que ver con
“anticipar un futuro mejor”, en muchos ámbitos de su vida y la de otros.
Esencialmente,
su grado de optimismo depende de la manera cómo Ud. interpreta los
acontecimientos negativos propios de la vida, como también los eventos
positivos que le ocurren.
Estrategia ABCDE para
el desarrollo del optimismo
La
estrategia ABCDE (abreviatura de las iniciales de sus componentes en inglés:
Adversity, Beliefs, Consequences, Dispute, Energization) constituye un técnica
validada y efectiva para enfrentar un estilo mental pesimista y desarrollar más
optimismo.
El
primero paso consiste en identificar y definir específicamente la adversidad
que gatilla un pensamiento pesimista.
Enseguida,
se debe tomar conciencia de las creencias o maneras negativas (carácter
general, permanente y personalizado) con que se interpreta dicha adversidad
para luego establecer las consecuencias o sentimientos y acciones que se
derivan de dichas creencias. Posteriormente, se debe aplicar una estrategia de
confrontación buscando evidencias o pruebas en contra de las creencias
negativas, que permitan disputar sobre las supuestas causas o las implicancias
que hemos atribuimos inicialmente a la adversidad, que caracteriza el estilo
pesimista.
Esta
confrontación debe incluir la elaboración del posible beneficio de crecimiento
personal derivado de enfrentar y superar el evento adverso, todo lo cual
llevará a una resignificación de lo ocurrido y de sus eventuales consecuencias.
Una adecuada confrontación y resignificación del pensamiento pesimista puede
cambiar las emociones y sentimientos negativos por otros más esperanzadores,
llevando a una resolución final, energización positiva y sentido de logro por
haber desarrollado una apreciación más optimista de la situación original.
La
aplicación de esta estrategia se ilustra con el siguiente ejemplo concreto:
Adversidad:
"Mi jefe me hizo una broma en la reunión de grupo y todos se rieron de
mí".
Creencias:
"Mi jefe no me estima ni yo me hago respetar. Ahora nadie me tomarán en
serio y se seguirán riendo de mí".
Consecuencias:
"Me sentí muy mal, triste y con rabia y hubiese querido desaparecer en el
mismo momento". Mañana me declararé enfermo y no iré al trabajo.
Confrontación:
"El que mi jefe me haya hecho una broma, no quiere decir que no me estime
ni respete, ni que lo haya hecho a propósito. Él hace bromas a casi todos y nos
ha dicho que nos aprecia como grupo de trabajo. Me parece que yo estaba un poco
sensible y autorreferente y que no es necesariamente su culpa. Además, no creo
realmente que los demás vayan a recordar especial y eternamente lo ocurrido y
se sigan riendo de mí por lo ocurrido".
Resolución
y Energización: "Todavía sigo algo sentido con lo que me pasó, pero la
sensación ya es mucho menor que al principio. No tengo por qué avergonzarme. De
hecho, me siento mejor por haber reevaluado y estar superando la
situación". Por supuesto que iré a trabajar mañana”.
Para
aprender en mayor profundidad sobre el optimismo y el pesimismo, y conocer
otras estrategias que le permitirán ser más optimista.
3. Saborear lo BUENO DE LA VIDA
Consiste
en focalizarse en el presente y disfrutarlo, más que pensar que lo más
importante ocurrirá en el futuro y que el mañana será mejor que hoy.
Tomar
plena conciencia de los muchos motivos que tiene usted para gozar en la vida es
el primer paso para disfrutarla. Esto requiere una práctica consciente y con
voluntad para volver a apreciar lo bueno de la vida, especialmente si son cosas
muy simples que por costumbre se dan por sentado.
4. Realizar ACTIVIDAD FÍSICA
Se
trata de practicar un deporte o realizar una actividad física en forma regular,
no sólo por la sensación de bienestar corporal evidente que ello produce, sino
porque es la actividad más eficaz para incentivar la felicidad en forma
instantánea.
El
ejercicio practicado en forma regular genera múltiples efectos en el cuerpo y
en la mente:
ü Aumenta
la resistencia cardiovascular, la flexibilidad y la fuerza
ü
Genera una sensación de control del
propio cuerpo y de la salud
ü Reduce la ansiedad y el estrés, y
aumenta la producción de neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo
ü
Es una distracción positiva que aleja
las preocupaciones y elucubraciones mentales innecesarias
ü
Posiblemente lo ayudará a tener una
vejez más saludable
5. AFRONTAR
Las
personas que utilizan estrategias adecuadas para afrontan las dificultades
propias de la vida, experimentan un crecimiento y fortalecimiento personal
importante después de superar sus dificultades.
6. Comprometerse con sus OBJETIVOS
Las
personas que se esfuerzan por conseguir algo que para ellas es importante, ya
sea aprender otro oficio, cambiar de carrera o criar hijos con valores morales,
son mucho más felices que aquellas que no tienen sueños ni aspiraciones firmes.
7. Cultivar las RELACIONES SOCIALES
Tener
a nuestro alrededor personas que nos importen y a las que nosotros también les
importemos, y con las que podamos compartir nuestras vidas, aumenta nuestro
bienestar sicológico.
8. Evitar la RUMIACIÓN y la
COMPARACIÓN SOCIAL
Las
personas que son realmente felices evitan la rumiación, es decir, tienen la
capacidad de distraerse y concentrarse en actividades que apartan su energía y
concentración de las reflexiones sombrías o ansiosas. Las personas felices
tampoco se comparan con otros, sino que usan su propio estándar interno para
juzgarse a sí mismas.
9. Practicar la MEDITACIÓN
La
práctica habitual de la meditación produce verdadera felicidad. Las personas
que meditan pueden lograr al mismo tiempo un estado profundo de descanso
fisiológico, y un mayor estado de conciencia y atención y distanciamiento.
10. Practicar la GENEROSIDAD Y AMABILIDAD
Para
nadie es un secreto que ser bondadoso hace que uno se sienta bien, pero hoy en
día existen experimentos científicos que han demostrado que hacer actos amables
aumenta la felicidad del que los realiza.
11.
Practicar
la RELIGIÓN y la ESPIRITUALIDAD
Numerosas
investigaciones de sicología demuestran que las personas religiosas son más
felices, más sanas y se recuperan mejor de los traumas que las que no lo son.
Además las personas que practican la religión sobreviven más tiempo con
diversas enfermedades.
12. FLUIR MÁS
Estar
en flujo consiste en un estado de ensimismamiento y de concentración intensos
en el momento presente. Fluir es agradable y satisfactorio, y el placer que
brinda es duradero y fortalecedor.
13. Aprender a PERDONAR
Perdonar,
en sicología positiva, significa un cambio en la forma en que miramos a la
ofensa y al ofensor, y que atenúa en nosotros los deseos de venganza y
evitación.
Nota:
En la referencia, puede descargar actividades asociadas a cada uno de los puntos
señalados.
Referencia:
“Actividades
que favorecen el bienestar y la felicidad”, http://www.alimentatesano.cl/actividades_bienestar.php,
19 Enero 2013.
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