No
existe una droga de la felicidad, simplemente son antidepresivos, pero hay que decir que no son
muy eficaces, a no ser que se administren a pacientes con una extremada
gravedad. Y aun así, su eficacia no es muy alta. Hay ‘drogas’ muy ‘baratas’, que son la compañía, el intentar que tu
actividad diaria, sea la que sea, tenga algún sentido, y esas sí pueden ser
eficaces.
Hay una idea de que la felicidad es automáticamente
alcanzable. Necesitamos ser felices aquí y ahora. Una pastilla, en el mejor de
los casos, puede mejorar el estado de ánimo, pero no dar sentido a la vida.
Si
hubiera que elegir un ingrediente básico de la felicidad humana sería la
posibilidad de amar y ser amado y eso significa compañía,
cercanía. Quizá sea mejor hablar de bienestar, la palabra felicidad está
más gastada. El mantenerse activo y el dar, el ser generoso, son elementos
fundamentales para la felicidad.
Si tuviéramos una tarta que explicase qué es la
felicidad, probablemente el 50% viene con nuestros genes, el temperamento y las
experiencias muy tempranas. Luego, hay un 10% que tiene que ver con si eres
hombre o mujer, si tienes una educación alta o baja, o si tienes mucho o poco
dinero. Pero el 40% restante tiene que ver con las cosas que intencionalmente
hacemos en nuestro día a día.
Referencia:
Carmelo Vázquez, “La
droga de la felicidad no existe”, 3 Enero 2013, http://www.analitica.com/va/sociedad/articulos/2821185.asp
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