A
continuación un extracto del artículo de Sandra Ramírez Carreño, que entrega
antecedentes obtenidos en una entrevista a la especialista en neurociencia Emiliana
Simon-Thomas, que manifiesta que los aspectos que más aportan a la felicidad
son: positividad, conexión social y resiliencia.
Emiliana
Simon-Thomas, es directora de ciencia del Greater Good Science Center de la
Universidad de California en Berkeley, y es experta en neurociencia y
psicología de la compasión.
¿De
dónde surgió la idea de estudiar la felicidad?
Hace unos 50 años
apareció un interés por pensar en la salud mental de una manera distinta a la
que se hacía tradicionalmente, pues los psicólogos se superponían mucho con la
medicina y con la idea de acercarse a la salud mental, a través de una lente
con la que se buscaba resolver dificultades y deshacerse de los elementos
negativos de la salud mental. Se pensaba, entonces, en cómo hacer para que la
gente no se deprimiera o experimentara ansiedad.
El
estudio de la felicidad comenzó con un campo que se llamó psicología positiva,
desde donde se pensó en cómo fortalecer las características de la gente para
ayudarla a darse cuenta de la felicidad y para que la experimentara de una
manera correcta.
En los últimos 50 años
se ha dado un enfoque a cómo se entiende la felicidad, cómo se diferencia de no
simplemente estar triste y cuáles son esos factores que en realidad dictan la
posibilidad de que alguien caiga en la categoría de ser feliz.
¿Cómo
se puede definir la felicidad?
La
felicidad es un poco difícil de definir. Desde una perspectiva científica, la
felicidad es pensada como algo que tiene tres partes relacionadas. Se mezclan
un sentido de la positividad, es decir, la facilidad de experimentar estados
positivos; un sentido de entender cuándo la vida es significativa, cuándo se
tiene un propósito y una habilidad para recuperarse de ciertas dificultades; y
un sentido social, el cual tiene que ver con la capacidad de conectarse con los
otros. Entonces, la felicidad tiene que ver con positividad, resiliencia y
conexión.
¿Cuáles
son las claves para entender que la felicidad no es blanco o negro?
La
felicidad no es un momento sobre algo bueno que ha pasado, sino una combinación
de varios momentos diferentes, que juntos crean el sentido de propósito,
significado y resiliencia.
Es muy importante no quedarse con la idea de que conseguir sentirse feliz es
tratar de poner juntos tantos momentos de alegría como sea posible.
Las personas más
felices tienen un rango más grande de emoción que esa, y también tienen
experiencias valiosas de tristeza. La
felicidad no está exenta de tristeza. En la vida hay dificultades, y hay muy
poco que podamos hacer para evitarlas. No importa cuánto dinero tenemos o qué
tan bonitos somos, al final todos sufrimos por dificultades y pérdidas. Lo
importante es cómo enfrentamos esas situaciones.
Lo mismo sucede con la
rabia. La gente que es más feliz experimenta rabia cuando la injusticia es una
característica particular en algún momento. Es muy importante experimentar la
rabia y dejarla que nos motive a buscar una solución para esa injusticia.
La
tristeza y la rabia no son emociones que se deben suprimir o con las que se
debe pretender que no pasaron, pero tampoco se las debe dejar invadir toda
nuestra experiencia mental como para sentir que no se tiene esperanza.
Algunas personas creen
que la felicidad tiene que ver con ser entusiasta y alegre, y con estar
emocionado todo el tiempo, y que tienen que tratar de olvidar lo que las hace
sentirse tristes, pero la investigación muestra que esas experiencias de
emociones negativas son buenas para la noción de felicidad, pero cómo las
manejamos es importante.
¿Qué
dicen las investigaciones sobre cómo se ve reflejada la felicidad en el cuerpo
y en el cerebro?
Como una observación
general, las personas que son más
felices tienen un sistema inmune más fuerte. El cuerpo se comporta de una
mejor manera al enfrentar enfermedades y protegiéndose de ellas. Las personas que son más felices tienen
métricas fisiológicas de menor estrés, no tienen la presión alta, tienen menor
riesgo de enfermedades cardiovasculares y viven más tiempo.
Tener
una sensación de conexión social protege a las personas de las enfermedades. Pero cuando alguien es solitario,
según nuevas investigaciones, puede presentar vulnerabilidad a enfermedades
cardiovasculares, el sistema inmune no funciona bien y hay señales de tendencia
al estrés.
Nuestro sistema
nervioso, a un nivel fundamental, espera tener acceso a salud y comida, pero
también espera tener acceso a otras personas. Nosotros evolucionamos para
buscar oportunidades, para cooperar y formar relaciones sociales
significativas.
Hay mucha gente que
tiene la idea de que las amistades, las relaciones y la familia son algo
opcional. Pero eso no es lo que la investigación muestra. No somos aislados o
especies solitarias, sino especies multisociales.
Referencias:
-
Citado en: Sandra Ramírez Carreño, “Las
claves de la ciencia de la felicidad”, http://www.eltiempo.com/mundo/ee-uu-y-canada/cuales-son-las-claves-de-la-felicidad/16774961,
16 diciembre 2016.
-
Imagen obtenida de: http://www.eltiempo.com/noticias/felicidad,
04 enero 2017.
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