Resumen:
Independiente
de qué tipo de receta, la realidad indica que vamos acumulando estas fórmulas para
todo. Sabemos que son particulares para cada persona y que las vamos perfeccionado
con nuestra experiencia, lo que nos va marcando la forma en que vivimos.
Se
entrega una receta para la felicidad denominada “Viva disfrutando”. Si logramos
aplicarla como se menciona en uno de sus pasos: “Mezcle cada día, una parte de
coraje, una de trabajo, una de constancia y una de paciencia”, nuestras vidas se llenarán de felicidad.
La
magia de las recetas:
Cuando
se habla de recetas lo primero que se nos viene a la mente son aquellas
preparaciones de comidas que realizaban nuestras abuelas o nuestra madre.
Siempre nos parecían algo de arte, de magia, en que el mezclar ingredientes,
que nos siempre nos parecían agradables, se convertían en un resultados
fantásticos que nos hacían disfrutar de la preparación. Nos hacían felices. Y
cuando se agradecía y se le pedía la receta, siempre se nos indicaba que lo
principal es que se hacían con mucho amor.
¿Qué
pasaría si encontráramos una receta de la felicidad?
La
gran cantidad de recetas:
Si
se hace una consulta sobre recetas de la felicidad en internet, se encontrará
con la sorpresa que hay una enormidad, hay millones. De hecho la consulta al
buscador google responde con el número de 1 240 000. Y deben ser muchas más, porque de la revisión
realizada no encontré la siguiente que recibí por correo electrónico de un
amigo:
Receta
de la Felicidad “Viva disfrutando”
De un año cualquiera,
tome unos cuantos meses enteros, límpielos de amargura, de rumores, de odios y
de celos hasta dejarlos lo mejor posible.
-
Corte
cada mes en 28, 30 o 31 partes, según corresponda.
-
No intente cocinar toda la jornada
del año de una vez prepare sólo una porción a la vez.
-
Mezcle
cada día, una parte de coraje, una de trabajo, una de constancia y una de
paciencia.
-
Agregue
partes iguales de esperanza, solidaridad, bondad y fidelidad.
-
Aromatice
con una parte de oración, una meditación y algunas buenas acciones.
-
Sazone
la mezcla con bastante humor, un chorrito de inconsciencia y un toque de
locura.
-
Viértalo
en un gran recipiente untado de amor y cocínelo con entusiasmo.
-
Decórelo
con alguna sonrisa y sírvalo con calma, generosidad y alegría.
¡Listo, a disfrutar el
manjar!
¿Se
imaginan como cambiarían nuestras vidas si lográramos aplicar la receta y disfrutar
de la maravillosa preparación?.
Algunos
énfasis de la receta:
Me
encanta lo que la receta indica: “No intente cocinar toda la jornada del año
de una vez prepare sólo una porción a la vez”, porque nos obliga a
consumirla también día a día, a medida que se va preparando.
Cuantas
veces nos encontramos viviendo días, semanas, meses y a veces años en forma adelantado.
Esto nos genera niveles de ansiedad que sabemos que no es saludable, y nos
olvidamos que el mejor
antídoto para estos es vivir el aquí y el ahora. Como indicaba mi abuela: “hay
que vivir cada día con su afán y no con el afán de otros días”.
La invitación está hecha y la receta conocida, sólo
falta que: “Mezcle
cada día, una parte de coraje, una de trabajo, una de constancia y una de
paciencia”,
y su vida se llenará de felicidad.
Atrévase
y se sorprenderá…
Un
abrazo,
Referencia:
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