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jueves, 11 de enero de 2018

Cuidar el jardín mental para la Felicidad

Si cuidamos nuestro jardín mental, cosecharemos felicidad más duradera.

Resumen:
Uno de los planos de la vida en la que coexistimos los seres humanos es el plano mental, el cual es muy relevante y que debe ser considerado para lograr una felicidad más duradera.

Para el plano mental se presentan las enseñanzas de la filosofía Budista, en base a la opinión del Dalai Lama, así como el punto de vista científico que se presentan a través de una teoría unificada de la felicidad del neurocientista Dr. Richard J. Davidson.

Nuestro jardín mental:
En un artículo publicado anteriormente (1) se mencionaba:

“… lo aprendido al cultivar un jardín terrenal, nos permite aplicarlo para ser jardineros de nuestro corazón, de nuestra mente y de nuestra alma y así lograr que nuestra felicidad sea más duradera”.

El Dalai Lama ha manifestado la importancia de tener una buena salud mental, indicando (2):
Si disfrutas de una buena salud, los virus no pueden dañarte. En cambio, si tu estado general es más bien débil, hasta el virus más pequeño resulta peligroso. Del mismo modo, si tu salud mental está en buenas condiciones, cuando tengas algún contratiempo, este te afecta pero te recuperaras en seguida. Pero si tu salud mental no es buena, hasta el problema más pequeño te causará mucho dolor y sufrimiento. Tendrás miedo, estarás triste y preocupado, enfadado e irritable”.
  
Una forma de tener una buena salud mental, es cuidar adecuadamente nuestro “jardín mental”, cuidando las flores plantadas (pensamientos) e ir eliminando continuamente las malezas (por ejemplo el pesimismo) que pueden debilitar las flores que se quieren conservar.

Una forma del cuidado de nuestro “jardín mental” es a través de la teoría unificada de la felicidad que se presenta a continuación.

La teoría unificada de la Felicidad (3):
Del artículo de José Silié Ruíz, presenta los antecedentes de la teoría unificada de la felicidad siguiente:

El neurocientista Dr. Richard J. Davidson, profesor de psiquiatría de la Universidad de Wisconsin, autoridad en el campo del estudio de las emociones combinadas con las modernas neuroimágenes sostiene que podemos “entrenar” nuestro cerebro, para que podamos ser más resistentes, menos negativos y posiblemente más felices. Él ha creado una teoría unificada de la felicidad, basada en cuatros aspectos principales:
  1. primer circuito, nuestra habilidad para mantener estados positivos de alegría; 
  2. segundo circuito, la capacidad de recuperarnos de un estado negativo,
  3. tercer circuito, se refiere a la capacidad de concentrarnos mentalmente, para evitar la dispersión mental y 
  4. cuarto y último circuito, es la habilidad de ser generosos.
Veamos estos puntos de vista, al parecer nacemos equipados para la cooperación social, la compasión y la generosidad, experimentamos un gran bienestar cuando ayudamos al prójimo. Procurar la alegría de los demás, es la forma más rápida de experimentar nosotros felicidad. El primero de los circuitos es ese estado positivo es una emoción agradable que debemos procurar, no podemos decretar la felicidad, ni puede ser como un acto de magia, debe ser la consecuencia de un viaje a nuestro interior navegando dentro de nuestro propio ser, con deseos de conocernos y aceptarnos como somos.

En cada persona, hay una naturaleza única e inimitable que tiene sus elementos propios. Cuando esa naturaleza se desarrolla en un mundo dinámico, armonioso y creativo, la persona alcanza su plenitud. Por desgracia, somos nosotros mismos los que nos creamos las condiciones que socavan la alegría y la felicidad y ello se debe principalmente a las tendencias negativas de nuestra mente, a la reactividad emocional equivocada, a nuestra incapacidad para apreciar y hacer uso de los recursos que tenemos en nuestro interior. La felicidad radica solo en el yo íntimo, en una visión de equilibrio, creador de la ansiada serena paz interior, como una ofrenda voluntaria a uno mismo. ¡Seamos felices por el amor, la generosidad y la mansedumbre! La felicidad duradera, se halla tan solo en nuestra mente y el corazón.

Los planos de la vida:
Debemos tener presente lo indicado por el Dr. Richard J. Davidson, que indica que debemos mantener estados mentales positivos, potenciando la capacidad de recuperarnos de los estados negativos, evitando la dispersión mental y cultivando la habilidad de ser generosos.

Pero también, si hablamos de felicidad, no sólo debemos hablar del plano mental, sino que necesariamente debemos referirnos a los diferentes planos en que coexistimos los seres humanos, como se menciona en el modelo MIFE – Modelo Integrado de la Felicidad (4). Sabemos que mientras más elevado sean los planos (físico-emocional-mental-espiritual), podemos obtener una felicidad más prolongada.
Si estamos en el plano físico, que es el plano base, siempre debemos considerar que la felicidad serán momentos, pero a medida que avanzamos a los planos emocionales (corazón), mentales y espirituales, lograremos que nuestra felicidad sea más duradera.

Un abrazo,








Referencias:
(1)  Víctor Hugo Ramón Vergara Medina, “Cultiva tu jardín, que te dará Felicidad”, http://prisma101-1.blogspot.cl/2017/07/cultiva-tu-jardin-que-te-dara-felicidad.html, 24 julio 2017.
(2)  Dala Lama, Desmond Tutu, “El libro de la Alegría”, Pinguin Random House Grupo Editorial S.A., Santiago Chile, 2017.
(3)  José Silié Ruíz, “El cerebro de la felicidad”, http://hoy.com.do/el-cerebro-de-la-felicidad/, 23 diciembre 2017.
(4)  Víctor Hugo Ramón Vergara Medina, “Sensibilidades sobre la Felicidad y el Modelo MIFE”, http://prisma101-1.blogspot.cl/2017/04/sensibilidades-sobre-la-felicidad-y-el.html, 18 abril 2017.

(5)  Imagen obtenida de: http://www.imgrum.org/media/1531285127694835967_4874820063, consultado 9 enero 2018.

1 comentario:

  1. gracias por toda la información yo actualmente estoy usando una manguera de goteo que compre en esta tienda https://www.latiendadeljardin.com/goteros eso me ha permitido ahorrar tiempo

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