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martes, 26 de junio de 2018

Carta de un Papá a su Hija


Querida hija:

Cuando se terminar un  ciclo, como el caso del término de tu  especialización de Cirugía, uno se vuelve más agradecido y reflexivo en la vida.

La vida nos da muchas cosas de las que debemos estar agradecidos de nuestro Padre Dios, nos da hijos que nos hacen sentirnos felices por sus logros en sus propias vidas  las que están entrelazadas a las nuestras.

Recuerdo cuando te licenciaste  de enseñanza secundaria, te hice una analogía de la vida con un avión,  en la que una persona va fortaleciendo “su motor” que nos da la fuerza (la potencia),  y sus “alerones” que nos dan la estabilidad,  hasta que se logra volar.  Trabajo constante y no exento de sacrificios, para  así emprender el vuelo a nuevos horizontes y a nuevos desafíos.
No es menor la valentía de volar, porque como dicen los entendidos en un 80% del tiempo de vuelo uno anda perdido y sólo se salva cuando se sabe donde se quiere llegar.
En ese entonces te decía que en el perfeccionamiento del  esquema de volar, no debemos olvidar que no siempre se va a estar en vuelo y se requerirá donde aterrizar y siempre debe considerar que una pista disponible es la de nuestro hogar.

Hoy solo compartir que con el correr del tiempo, que sabemos que pasa rápidamente, una variable que se hace cada vez más esencial en nuestro viaje de la vida,  es la de  aprender a ser feliz. Para ellos quizás los aspectos esenciales, después de definir que se quiere ser feliz, es el de disfrutar del camino, más que acelerar para pronto llegar, y cultivar relaciones armoniosas y profundas con nuestros amigos, familiares y seres queridos.

Gracias Padre Dios por todo lo que nos das. 

Gracias hija por tus logros, que nos hacen en nuestro camino disfrutar.

Un Abrazo,

Tu Papá Terrenal

Víctor Hugo Ramón Vergara Medina

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