Resumen:
Para San Agustín la
felicidad es el proceso de tomar con alegría lo que la vida nos da. En esencia,
el camino a la felicidad es el estar con Dios.
San Agustín nos plantea
los siguientes aspectos a considerar para ser feliz, partiendo de la premisa
que ser feliz es un bien en sí mismo:
Desear el bien.
No tener miedo.
Disminuir los apegos.
Se debe elegir la fuente
de nuestra felicidad lo más trascendente que existe, lo que no se acaba, lo que
no tienes miedo de perder. Eso es sólo el amor de Dios.
Debemos vivir con
amor, que es el manantial inagotable, que al probarlo hace que terminemos viviendo
felices.
San Agustín
San Agustín es
considerado el máximo filósofo y pensador del cristianismo del primer milenio.
Fue su madre Mónica que
le enseñó los principios básicos de la religión cristiana y también a través de
su oración la que logró encausar a su hijo cuando se había separado del camino
del cristianismo, a tal punto que Agustín se llamaba a sí mismo “el hijo de las
lágrimas de su madre”.
Para San Agustín la
felicidad es el proceso de tomar con alegría lo que la vida nos da. En esencia,
el camino a la felicidad es el estar con Dios.
Una de sus citas es
(1):
“El
que no ama al hermano, no está en el amor, y el que no está en el amor no está
en Dios, porque Dios es amor”.
Se entregan a
continuación extractos del artículo de Guillermo Dellamary: “Lo que San Agustín
pensaba sobre la felicidad” (2), que proporciona mayores antecedentes de la
felicidad según San Agustín, principalmente basado en su obra “De la vida feliz”.
Lo que San
Agustín pensaba sobre la felicidad (2):
Realmente qué tan feliz
te sientes. ¿Consideras que ya has vivido esa maravillosa sensación o aún no?
¿Crees que es algo efímero y pasajero o se pueden llegar a vivir largos
períodos de felicidad?
Estamos de
acuerdo en que ser feliz es un bien en sí mismo, por lo que desear el bien ya
es un paso importante para alcanzar la felicidad,
pues buscando el mal no encontraremos más que sufrimiento. Aunque exista una
aparente felicidad, es sólo transitoria y superflua. «Desear lo que no conviene
es el colmo de la desventura».
Desear lo bueno es
mucho más importante que conseguir lo que no te conviene.
Quedarse en lo
pasajero no hace feliz
¿Podrá alguien ser
feliz si le falta lo que desea? Realmente no, pero tampoco se es feliz sólo por
conseguir todo lo que se desea.
Lo que también es
cierto es que el que no tiene lo que quiere, acaba por ser un desdichado. Por
lo que mucho de la felicidad está en lo que deseas. Si lo consigues, hay
muchas más posibilidades de disfrutar y gozar tus logros, que el que no logra
conseguir sus objetivos.
De aquí la importancia
que San Agustín le pone a qué debemos aspirar y alcanzar en esta vida, para ser
dichosos.
Se trata pues, de darle
mayor valor a lo que quieres que a las cosas que acontecen en forma fortuita y
derivadas de una supuesta buena o mala suerte. Es un ejercicio de la voluntad.
«Pues lo pasajero y
mortal no podemos poseerlo a nuestra voluntad, ni el tiempo que nos plazca».
El santo nos pregunta: ¿se
puede ser feliz al mismo tiempo que tienes miedo? Desde luego que parecen
incompatibles la felicidad y el miedo. Por lo que no se puede ser feliz si
vives con el miedo a perder lo que posees. Si los bienes materiales o
fortunas se pueden perder, entonces se tiene miedo a quedarse sin nada, por lo
que ese miedo le resta felicidad a quien se apega a las cosas materiales, o
a las fortunas que posee.
Así que un primer paso
muy importante para ser feliz nos enseña San Agustín, es estar
contento y satisfecho con lo que tienes y aprender a disfrutar con moderación
lo que ya posees. Para ser feliz, hay que obtener los bienes que sean
permanentes y que no sean arrebatados por los vaivenes de la vida y los
imprevistos fortuitos. En pocas palabras, se es más feliz cuantos menos
apegos tenemos.
Así que, si algo
hemos de elegir, como fuente de nuestra felicidad, es elegir lo más
trascendente que existe, lo que no se acaba, lo que no tienes miedo de perder.
Eso es sólo el amor de Dios. Así concluye el famoso teólogo y filósofo.
Ya sabes ahora que, para
dejar de ser un infeliz desdichado, mejor abraza con plenitud el vivir con
amor. Ese es un manantial inagotable que, al probarlo, hará que acabes por
vivir feliz.
San Agustín y la felicidad
Desear
el bien.
Desear
lo bueno es mucho más importante que conseguir lo que no te conviene.
La
felicidad está en lo que deseas. Si
lo consigues, hay muchas más posibilidades de disfrutar y gozar tus logros, que
el que no logra conseguir sus objetivos.
No
tener miedo.
No
se puede ser feliz si vives con el miedo a perder lo que posees.
Disminuir
los apegos.
Se
es más feliz cuantos menos apegos tenemos.
Se
debe elegir la fuente de nuestra felicidad lo más trascendente que existe,
lo que no se acaba, lo que no tienes miedo de perder. Eso es sólo el
amor de Dios.
Debemos
vivir con amor, que es el manantial inagotable, que al probarlo hace que terminemos
viviendo felices.
Un abrazo,
Referencias:
(1) Citado
en: "Agenda 2007 - 365 días con CRISTO y mis hermanos", Editorial SAN
PABLO, Buenos Aíre Argentina, AGO-2006, 24 Abril de 2007.
(2) Guillermo
Dellamary, “Lo que San Agustín pensaba sobre la felicidad”, https://es.aleteia.org/2022/04/04/lo-que-san-agustin-pensaba-sobre-la-felicidad/,
4 abril 2022.
(3) Imagen
obtenida de: https://www.psicoactiva.com/blog/100-frases-san-agustin-amor-la-fe/,
13 diciembre 2021.
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