Saludo de Feliz Año Nuevo
Al terminar el ciclo anual, nuestra mente está llena
de reflexiones.
Que sea lo primero la gratitud a nuestro Padre Supremo
por todos los buenos momentos del año que vivimos y de todas las enseñanzas que
recibimos.
Y que para el año que viene:
Abramos las ventanas de nuestras almas, para que entren
las bendiciones que Dios nos tiene para todos.
Se aquieten las nubes de nuestras mentes, para conectarnos
con todos los pensamientos positivos y lograr nuestros desafíos.
Abramos la puerta de nuestros corazones, para tener
siempre actitud positiva y recibir la armonía de nuestras emociones.
Abramos los espacios de nuestros caminos, para
compartir, avanzar y disfrutar de la vida.
Porque así,
Dios siempre nos llevará de la mano y nuestros caminos
estarán llenos de paz, amor y felicidad en cada uno de nuestros hogares y sobre
todo en nuestros corazones.
¿Cómo enfrentar el próximo año?
Estos son tiempos de reflexión y una de las preguntas
que uno tiende realizar cuando se está terminando el año es: ¿cómo enfrentar el
nuevo año que llega?
Una de las respuestas que he encontrado, combina lo
expresado por la novelista británica Jane Austen (1775-1817) que indicó (1):
"No me importa caminar. No hay distancias cuando
se tiene un motivo."
Qué mejor que caminar a la distancia que sea si se
tiene un motivo para hacerlo. Es lo que nos da la energía para avanzar.
Y lo expresado por el proverbio (2):
“Cualquier cosa que valga la pena hacerse, vale la
pena hacerla, aunque sea mala al principio”.
A veces los primeros pasos que damos se nos
dificultan, pero posteriormente no sólo caminamos, sino que corremos y hasta
volamos.
Desde luego con un motivo y una buena actitud, siempre
se avanzará y se disfrutará del camino.
Debemos tener presente que los años son “espacios” de
tiempo, que debemos “caminarlos” con la mejor de nuestras actitudes,
disfrutando cada instante y sin esperar que pase sin darnos cuenta.
Comparto con ustedes el cuento: “Un encargo
insignificante”, de Pedro Pablo Sacristán, que nos proporciona un lindo ejemplo
de los resultados que se obtienen al enfrentar la vida con un motivo y una muy
buena actitud.
Un encargo insignificante (3)
El día de los encargos era uno de los más esperados
por todos los niños en clase. Se celebraba durante la primera semana del curso,
y ese día cada niño y cada niña recibía un encargo del que debía hacerse
responsable durante ese año. Como con todas las cosas, había encargos más o
menos interesantes, y los niños se hacían ilusiones con recibir uno de los
mejores. A la hora de repartirlos, la maestra tenía muy en cuenta quiénes
habían sido los alumnos más responsables del año anterior, y éstos eran los que
con más ilusión esperaban aquel día. Y entre ellos destacaba Rita, una niña amable
y tranquila, que el año anterior había cumplido a la perfección cuanto la
maestra le había encomendado. Todos sabían que era la favorita para recibir el
gran encargo: cuidar del perro de la clase.
Pero aquel año, la sorpresa fue mayúscula. Cada uno
recibió alguno de los encargos habituales, como preparar los libros o la radio
para las clases, avisar de la hora, limpiar la pizarra o cuidar alguna de las
mascotas. Pero el encargo de Rita fue muy diferente: una cajita con arena y una
hormiga. Y aunque la profesora insistió muchísimo en que era una hormiga muy
especial, Rita no dejó de sentirse desilusionada.
La mayoría de sus compañeros lo sintió mucho por ella,
y le compadecían y comentaban con ella la injusticia de aquella asignación.
Incluso su propio padre se enfadó muchísimo con la profesora, y animó a Rita a
no hacer caso de la insignificante mascotilla en señal de protesta. Pero Rita,
que quería mucho a su profesora, prefería mostrarle su error haciendo algo
especial con aquel encargo tan poco interesante:
- Convertiré este pequeño encargo en algo grande
-decía Rita.
Así que Rita investigó sobre su hormiga: aprendió
sobre las distintas especies y estudió todo lo referente a sus hábitat y
costumbres, y adaptó su pequeña cajita para que fuera perfecta. Cuidaba con
mimo toda la comida que le daba, y realmente la hormiga llegó a crecer bastante
más de lo que ninguno hubiera esperado...
Un día de primavera, mientras estaban en el aula, se
abrió la puerta y apareció un señor con aspecto de ser alguien importante. La
profesora interrumpió la clase con gran alegría y dijo:
- Este es el doctor Martínez. Ha venido a contarnos
una noticia estupenda ¿verdad?
- Efectivamente. Hoy se han publicado los resultados
del concurso, y esta clase ha sido seleccionada para acompañarme este verano a
un viaje por la selva tropical, donde investigaremos todo tipo de insectos. De
entre todas las escuelas de la región, sin duda es aquí donde mejor habéis
sabido cuidar la delicada hormiga gigante que se os encomendó. ¡Felicidades!
¡Seréis unos ayudantes estupendos!
Ese día todo fue fiesta y alegría en el colegio: todos
felicitaban a la maestra por su idea de apuntarles al concurso, y a Rita por
haber sido tan paciente y responsable. Muchos aprendieron que, para recibir las
tareas más importantes, hay que saber ser responsable con las más pequeñas,
pero sin duda la que más disfrutó fue Rita, quien repetía para sus adentros
"convertiré ese pequeño encargo en algo grande".
Referencias:
(1) Citado en: Sira Robles, “¡Feliz año nuevo 2023! Frases
inspiradoras para felicitar el año nuevo con alegría”, https://www.cuerpomente.com/frases/feliz-ano-nuevo-frases-inspiradoras-felicitar-ano_9404, 16 diciembre 2022.
(2) Citado en: Brian Tracy, "Metas", Ediciones
Urano, S.A., Barcelona, España, pp153.
(3) Citado en: “Videocuento Un encargo insignificante.
Acento latino “, https://cuentosparadormir.com/videocuentos/espanol-neutro/videocuento-un-encargo-insignificante-acento-latino, consultado 25 diciembre 2022.
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