A
continuación un extracto del artículo de Juan Linares, SDB, que nos entrega en
Semana Santa una enseñanza magnífica para nuestra vida y una “herramienta”
importante para nuestra felicidad:
Nos
dice:
Son
muchas las características de estos días, y ciertamente una de ellas es la del
perdón. Estos días son días de perdón. Nuestro Dios, en su infinita
misericordia nos concede el don de perdonarnos, pues precisamente para eso
murió en la cruz. Acudamos a la fuente del perdón que es el Sacramento de la
Reconciliación y experimentemos esta gracia.
Acudamos,
de la misma manera, al hermano al que hemos ofendido y pidámosle perdón.
También nosotros hemos lastimado a mucha gente, con intención o sin ella, hemos
herido profundamente el alma de nuestros seres queridos; hay que pedirles
perdón. Las situaciones que recordamos en las que estamos conscientes que los
hemos ofendido, necesitamos anotarlas, y debemos decirles: “perdóname”. Y en
estos días lo podemos hacer.
Pero,
también nosotros podemos convertirnos en “perdonadores”. Estos son días
propicios para personar a todos.
Cuando perdonamos,
entramos en un camino de sabiduría y de felicidad.
Perdonando nos convertimos en misericordiosos y liberamos al hermano de la
falta que contra nosotros ha cometido y, al mismo tiempo nos liberamos nosotros
de la amargura que dejó la ofensa en nuestro corazón. Cuando no perdonamos la
ofensa, es fácil que aparezca en nosotros el rencor y el deseo de venganza.
El perdón es un
mecanismo para que nuestro corazón sane las heridas, para que nuestra alma
brille, para que nuestra vida vaya creciendo, para que todos podamos
desarrollar este potencial que poseemos y que nadie nos puede quitar nunca.
La
etimología de conceder el perdón lo expresa muy bien “per donare”, que implica
siempre una donación gratuita, un acto de generosidad. Por este motivo, el
perdón es un verdadero lujo que se convierte en exclusivo de las personas
maduras y liberadas y no de las personas infantiles o reprimidas.
Todos
necesitamos el perdón y todos hemos de creer en el perdón. El Credo nos invita
a “creer en el perdón de los pecados”.
Dado que todos
queremos ser felices, tenemos en nuestras manos una de las claves más bellas
para lograrlo: el perdón.
La
fuente del perdón está en el amor. Solo quien verdaderamente ama es capaz de
perdonar. Transmitamos esta convicción y seamos educadores del perdón.
Referencia:
-
Citado en: Juan Linares, SDB, “Perdón:
fuente de felicidad“, http://www.listindiario.com.do/puntos-de-vista/2014/4/16/318580/Perdon-fuente-de-felicidad,
16 Abril 2014.
-
Imagen obtenida de: http://masalladeldesierto.blogspot.com/2010/11/solamante-quien-ama-perdona.html,
17 Abril 2014.
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