A continuación se reproduce el artículo de Sol
Echeverria, que hace énfasis que la felicidad es nuestra verdadera razón de
ser, que es diferente para cada uno y que debemos trabajar para aumentar
nuestros niveles de felicidad.
Nos
dice:
Ser felices es
nuestra verdadera razón de ser, el fin último en la vida.
Aristóteles en ‘Ética para Nicómaco’ planteó que la felicidad no tiene un
propósito más allá, es fin en sí misma, contrario al resto de las acciones y
las virtudes que sí tendrían un fin ulterior.
Ahora
bien, la felicidad es algo diferente
para cada uno, y la principal tarea en la vida es descubrir el significado de
la felicidad propia. Cada quien puede -y debe- darle contenido a esa
narrativa, contar la propia historia de su felicidad. Porque lo cierto es que la felicidad no depende de condiciones
objetivas, sino de mis expectativas subjetivas.
En
nuestros tiempos, tan orientados por el consumo, es muy fácil confundir la
felicidad del ser con el tener. Es como si la gratificación de tener lo que
quiero sustituyera la felicidad de apreciar lo que tengo. Y esa es una lucha
que todos conocemos, todos los días.
¿Soy feliz? Si no lo
soy, ¿cómo serlo? Es la pregunta más importante de cada ser humano.
Y aceptémoslo, para más personas de las que quisiéramos esta pregunta se oculta
tras las penurias diarias de la miseria y la pobreza, problema que nos atañe a
todos y no solo a quien las sufre. Y quienes no sufrimos la pobreza,
probablemente nos afecta el rencor, el miedo, la envidia, la frustración y
muchas otras emociones (a veces justificaciones) enemigas de la verdadera
felicidad.
Aun
así todos podemos liberarnos, perdonar, sentir, dejar ir y darnos cuenta de que
el regalo de la felicidad nos fue dado a
todos, junto con el regalo de la vida.
Referencias:
-
Citado en: Sol Echeverria, “¿Soy
feliz?”, https://www.larepublica.net/noticia/soy_feliz/,
5 Agosto 2016.
-
Imagen obtenida de: https://www.pinterest.com/pin/126382333269976561/,
24 Agosto 2016.
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