Elegir el sendero en base a nuestras particularidades y caminar
disfrutándolo nos hará cada vez más feliz.
Resumen:
Que cada
persona es feliz a su manera, no es un misterio y una de las bases de la
existencia de la vida de cada persona.
Por lo que no da lo mismo tomar cualquier camino, sino
que debemos decidir el que se adapte más a nuestra particularidad como ser
humano.
Se presentan diferentes caminos que podemos adoptar y
algunas de sus consecuencias al elegirlos.
Se concluye que debemos elegir
el camino que más se ajusten a nuestras particularidades y que van en la orientación
de vivir la vida que a cada uno lo haga
más feliz.
También, que una vez decidido
el camino nuestros desafíos son actuar y llevar a cabo y disfrutar de los pasos
necesarios para avanzar en la senda elegida, que nos permitirá ser cada vez más
feliz.
Las tendencias del camino de la felicidad:
De que existen diferentes caminos hacia la felicidad
es evidente, partiendo por la premisa que cada
persona es feliz a su manera, lo que significa que tienen valoraciones
diferentes de los diferentes aspectos de la vida.
En términos generales, los caminos han ido evolucionando
desde los que sólo consideran la mitigación de los aspectos negativos que nos
hacen sufrir, a los que potencian los aspectos positivos y que permiten mejorar
los niveles de felicidad.
A su vez, cada vez más se consideran no sólo los
aspectos externos y más asociados al plano físico sino que los aspectos más
internos, que tienen que ver con los planos emocionales, mentales y
espirituales.
Se presenta a continuación extractos del artículo de Constanza
Bonelli, “El camino hacia la felicidad”
(1), que indica los diferentes caminos y búsquedas de la felicidad:
Caminos
del psicoanálisis:
El
psicoanálisis sostiene que el hombre busca en su propósito de vida alcanzar la felicidad y mantenerla.
Esta aspiración tiene dos caminos:
1.
Buscar
la ausencia de dolor y displacer por
un lado y
2.
Vivenciar intensos sentimientos
de placer.
(…)
el ser humano sólo podrá obtener felicidad teniendo en cuenta estas
limitaciones. Por lo cual no logrará alcanzarla de forma permanente sino de
modo episódico.
Caminos
de la filosofía:
A lo largo de la
historia la filosofía ha ido elaborando
distintas conceptualizaciones sobre el significado de la felicidad. Los griegos la consideraban el fin de todos
los actos, el bien supremo al que todo hombre aspira.
Según diversas
lecturas filosóficas, la felicidad puede ser alcanzada eligiendo distintos
caminos.
1. Puede estar relacionada al consumo, de este modo será más feliz quien posea
mayor cantidad de bienes.
Este
modo de pensar la felicidad es muy habitual en la era en la que vivimos.
2. También puede estar asociada al “bien”, es decir, a la
posibilidad de buscar un bienestar no sólo personal sino para la sociedad. Esta
postura considera tener en cuenta el sufrimiento de los otros y buscar modos de
disminuirlo.
Camino
del saber:
Otro modo de pensarla
es asociarla al saber. Desde esta perspectiva se cree que conociendo la verdad se alcanza la felicidad. También desarrollando nuestro intelecto y nuestras
virtudes.
Camino
de la espiritualidad:
Otros caminos serían
los que la asocian con la búsqueda de la
paz interior, como promueve principalmente el budismo; con el compromiso
social, que contempla la realización de acciones para el bienestar común; o con
el retorno a la naturaleza, es decir, se valoran todas las acciones que nos
acerquen a un modo de vida que respete sobretodo lo natural, el cuidado del
medioambiente y el beneficio de la humanidad.
Tendencias generales:
Las definiciones de felicidad
parecen ser muy variadas y la validación de alguna de ellas sobre las otras
dependerá de la consideración del resto de los intereses de cada sujeto
singular. Un modo de pensar la felicidad podría ser como una búsqueda del hombre
por resolver sus propias limitaciones, teniendo en cuenta los valores que
considera superiores a otros.
Durante años se han estudiado la depresión y las enfermedades mentales en el intento de liberar a los pacientes de tales sufrimientos. En las últimas décadas se han comenzado a estudiar los mecanismos que pueden incrementar la felicidad.
Búsqueda de la Felicidad:
A
grandes rasgos podemos decir que la
felicidad puede ser buscada por medio de objetivos intrínsecos o extrínsecos.
1.
Los
objetivos intrínsecos son inherentes a las satisfacciones de necesidades
internas.
Encontramos como
ejemplo de ellos la búsqueda del crecimiento personal teniendo en cuenta
descubrir lo que en esencia cada uno es; también puede asociarse a la
valoración de los lazos de amistad y seres queridos; o a un sentimiento de
comunidad que tenga en cuenta ayudar a que el mundo sea mejor para todos.
Quienes
se dirigen intrínsecamente, parecen estar más felices, más vitales, con menor
cantidad de síntomas de estrés o depresión. Esto es lo que
sugieren algunas investigaciones al respecto, que aportan, además, que la
felicidad no consiste sólo en lograr ese sentimiento, sino que ese éxito
repercute positivamente en el resto de las funciones del individuo, incluso
puede estar asociada a la longevidad.
2. Los objetivos extrínsecos están
enfocados en algo externo a uno mismo, y principalmente, están centrados en la
recompensa, en la alabanza y en conseguir cosas materiales.
Entre ellos encontramos la valoración por el éxito económico; la
sobreestimación por la importancia de la imagen; o la búsqueda del estatus y la
popularidad.
Las personas que están más orientadas hacia los objetivos extrínsecos, suelen mostrar mayor insatisfacción en sus vidas, presentar mayor cantidad de síntomas depresivos o de ansiedad y en general se sienten menos vitales.
Tendencias culturales:
El ser humano es un ser social,
por lo tanto la interacción y la cooperación es una fuente de gratificación.
Si bien esta característica convive con intereses egoístas poco cooperativos,
los vínculos sociales saludables ofrecen bienestar al individuo.
Es posible observar diferencias
en las distintas culturas. Aquellas que promueven mayor competencia o las que
convocan a la cooperación. Las primeras, competitivas,
son más individualistas, y están más enfocadas a lograr crecimiento económico
sobre otros valores. Ejemplo extremo de este tipo de sociedad podemos
encontrarlo en Japón, que por sobre todas las cosas valora el crecimiento
económico, dejando de lado áreas importantes y necesarias en el desarrollo del
individuo.
(…)
En cambio, podemos observar que las culturas que promueven la cooperación, que
dan importancia a la interacción social, al descanso y a la recreación,
presentan niveles más altos de felicidad. Dinamarca sería un ejemplo de este
tipo de cultura, según estudios realizados.
Aprendizaje de la felicidad:
Podríamos pensar en la
felicidad como una habilidad similar a tocar un instrumento musical o practicar
un deporte. Es decir, podemos pensarla como la posibilidad de aprender y
mejorar nuestra capacidad de ser felices. Pareciera ser
que no existe una fórmula única para alcanzarla. Según los valores de cada
individuo, la sociedad en la que vive, los intereses que persiga, elegirá
alguno de los distintos caminos que conducen a ser más felices. La fórmula general podría ser “vivir la
vida que a cada uno lo haga feliz”.
Al existir distintos caminos posibles para lograr ser felices, probablemente la elección de una de tantas opciones se logre luego de una búsqueda acerca de cuál sea para cada uno el mejor modo de vivir. Se requiere para ello de cierto conocimiento sobre nosotros mismos para poder elegir nuestro sistema de valores y entre ellos el camino más apropiado para encontrar la felicidad.
(…) Podría pensarse que la
felicidad puede encontrarse justamente en la búsqueda que cada individuo
realice, en el camino que elija para buscar satisfacciones parciales de sus
deseos, entendiendo que nunca encontrará una respuesta única y total, porque
ese saber no existe.
Nuestros aprendizajes:
Por los aspectos señalados,
queda de manifiesto que debemos elegir el camino que más se ajusten a nuestras
particularidades y que van en la dirección de vivir la vida que a cada uno lo haga más feliz.
Indudablemente que una vez
decidido el camino, nuestros desafíos son actuar y llevar a cabo y disfrutar de
los pasos necesarios para avanzar en la senda elegida, que nos permitirá ser
cada vez más feliz.
Un abrazo,
Referencias:
(1) Citado en: Constanza
Bonelli, “El camino hacia la
felicidad”, http://www.locally.com.ar/2018/02/17/el-camino-hacia-la-felicidad/, 17 febrero
2018.
(2) Imagen
obtenida de: https://www.slideshare.net/colegiospinola/el-camino-a-la-felicidad,
12 enero 2010.
Interesante es considerar que a partir de este axioma, uno podria identificar que estas rutas de felicidad se fortalecen o aumentan su grado de inetensidad, al coincidir con otras rutas de otras personas. por ejm.si yo encuentro que una forma de felicidad se encuentra en contemplar la naturaleza, me fortalece encontra otras personas que sienten o piensan de igual forma
ResponderEliminarEstimado José:
EliminarGracias por interesante punto de vista que comparto.
Se da lo indicado porque somos semigregario, en los aspectos sociales disfrutamos al encontrarnos con personas con las cuales compartimos intereses comunes, y también nos da placer algunas rutas que lo hacemos en solitario.
Demostración :
ResponderEliminarsuficiente con esta demo..... ademas recreate con Ella...
https://www.youtube.com/watch?v=zwZireEmHl0&feature=youtu.be&mkt_hm=2&utm_source=email_marketing&utm_admin=49390&utm_medium=email&utm_campaign=Yo_elijo_ser_feliz_Y_t_por_Schatzi_Bachmann
Estimado José:
EliminarMuchas gracias por compartir el vídeo con una historia muy singular.