… "todos nacemos
felices. Por el camino se nos ensucia la vida, pero podemos limpiarla.
La felicidad no es exuberante ni bulliciosa, como el placer o la alegría. Es
silenciosa, tranquila, suave, es un estado interno de satisfacción que empieza
por amarse a sí mismo". Isabel Allende.
Resumen:
Los seres humanos
captamos el mundo externo principalmente a través de los cinco sentidos, es por
eso que somos más cercanos a los placeres y esta cercanía produce un gran
impacto en el mundo en que vivimos. Es por lo que debemos tener claro que los
placeres son parte, pero no son la felicidad.
Tradicionalmente, la
sociedad se basó en lograr la felicidad a través de sólidos pilares como:
-
La cultura del esfuerzo.
-
La búsqueda de la perfección humana.
-
El trabajo duro y el ahorro.
El mundo actual está
cada vez más teledirigido hacia el logro del placer inmediato lo que significa
que somos víctimas de:
-
La eterna y falsa promesa de la
felicidad.
- Que
la felicidad es una mercancía que se puede adquirir, y, además, sin esfuerzo.
El mundo externo:
Los seres humanos
estamos más familiarizados con el plano físico y captamos el mundo externo principalmente
a través de los cinco sentidos. En este ámbito, estamos más cercanos a los
placeres y esta cercanía produce un gran impacto de como vemos y enfrentamos el
mundo.
Es por eso por lo que
las personas a menudo confunden los placeres con la felicidad.
Con el propósito de
entender más las diferencias entre los placeres y la felicidad y su impacto en
nuestro mundo, se proporciona a continuación extractos del artículo de Álvaro
del Castaño: “Hedone contra Beatitudinem” (1).
Hedone contra Beatitudinem (1):
Decía Isabel Allende
que «…todos nacemos felices. Por el camino se nos ensucia la vida, pero
podemos limpiarla. La felicidad no es exuberante ni bulliciosa, como el
placer o la alegría. Es silenciosa, tranquila, suave, es un estado interno de
satisfacción que empieza por amarse a sí mismo».
Desafortunadamente, muchos
confunden los conceptos de placer (hedone en griego antiguo) y felicidad
(beatitudo en latín).
Siguiendo las
conclusiones del endocrinólogo Doctor Robert Lustig, autor de The Hacking of
the American Mind, observamos que hay siete diferencias fundamentales entre
placer y felicidad.
1.
Mientras que el placer
es inmediato y a corto plazo, la felicidad es a largo plazo y duradera.
2.
El placer es visceral
(a través de los sentidos físicos) y la felicidad es etérea (fluido,
hipotético, invisible).
3.
El placer reside en el
hecho de obtener y poseer, mientras que la felicidad se encuentra en el dar.
4.
El placer se puede
obtener con sustancias, pero la felicidad no puede ser obtenida con ningún
elemento físico en concreto.
5.
El placer se goza en
soledad y la felicidad en comunidad, en familia o entre amigos.
6.
El placer llevado al
extremo conduce a la adicción, ya sea vía sustancias (droga, alcohol) o a
través de comportamientos (juegos de azar, sexo, tecnología); por el contrario,
aún no hemos encontrado adictos a un exceso de felicidad.
7.
Desde el punto de vista
biológico, el placer es dopamina mientras que la felicidad es serotonina.
La dopamina podría ser definida como el neurotransmisor del placer, mientras
que la serotonina viene asociada a la hormona de la felicidad.
Estas diferencias llevan
a una conclusión: placer y felicidad, cohabitan, pero conviven mal. La
manera más efectiva de reducir la serotonina (felicidad) es vía la dopamina
(placer). La búsqueda del placer no lleva a la felicidad. Biológicamente
son incompatibles. A más placer, menos felicidad.
Desde fuentes psicológica
y filosófica:
De la primera fuente, el
neurólogo y médico Sigmund Freud, que llegó a la conclusión de que existe una
entidad del subconsciente, que el bautizó como el ‘ID’ y que
opera los ‘principios del placer’. Los deseos del ID suelen estar bajo
control del más racional ‘EGO’. Desgraciadamente el ID a veces toma el
control y lleva al individuo a realizar elecciones autodestructivas.
Ejemplo de ello, en
1954 los psicólogos canadienses Old y Milner realizaron un experimento con
rata, a las que implantaron electrodos en el cerebro que ellas misma
aprendieron a activar para autoproducirse placer. Las ratas no pararon de
activar los electrodos implantados en el hipotálamo, estimulándose de placer
hasta casi fallecer de hambre y sed.
De la segunda fuente, el
filósofo Kant afirmaba que cuando perseguimos la satisfacción de las
necesidades y los placeres no actuamos con verdadera libertad, sino como
esclavos de esos impulsos. Así, la libertad y por ende la felicidad son lo
opuesto del impulso.
Los impactos por las diferencias
ente felicidad y placeres:
… durante siglos la
sociedad construyó su búsqueda de la felicidad sobre unos sólidos pilares
salpicados de ocasionales placeres. Ahora esas sólidas bases sobre las que
reposaba el desarrollo de la humanidad han sido zarandeadas.
Los pilares
tradicionales reposaban sobre la cultura del esfuerzo
(para tener una recompensa a largo plazo), sobre la búsqueda de la
perfección humana (para tener una recompensa racional o en el más allá), en
el trabajo duro y el ahorro (para mejorar nuestra calidad de vida), sobre
la integración en la comunidad (para tejer los vínculos de una sociedad), y
sobre la convivencia con una pareja para crear una familia (y llegar juntos
a la vejez y criando a los hijos).
Pero el mundo
actual está cada vez más teledirigido hacia la búsqueda del placer inmediato,
sin esfuerzo. Adicta al estímulo extático inmediato
y víctima de la eterna y falsa promesa de la felicidad, la sociedad
consumista nos vende que la felicidad es una mercancía que se puede adquirir,
y, además, sin esfuerzo. Pero en el excesivo comercio del placer no cabe
verdadero amor ni felicidad. Solo se venden productos perecederos,
materialismos, imágenes/video, sustancias, sexo, estimulación tecnológica,
poder. Realmente, lo único que se puede adquirir es el placer, y
desgraciadamente la tecnología no ha hecho más que acelerar el proceso de la
inmediatez en su búsqueda. Todo inmediato, al alcance de la mano, y sin
esfuerzo. La tecnología, y el abuso de ella, se han convertido en sí mismas
en una adición.
Por lo tanto, la
humanidad está debilitándose por la cultura del hedonismo, entendido en
su sentido filosófico, como aquella doctrina que considera la búsqueda del
placer y el goce como el objetivo primordial del ser humano. Este aboca a
un callejón sin salida. El egoísmo, el egocentrismo, la falta de vínculos
familiares, la falta de espiritualidad y valores, la soledad, y la vanidad son
todas ramas del mismo árbol. Existe ya una legión de jóvenes infelices,
incultos, sin valores espirituales ni vida interior, totalmente insatisfechos y
frustrados.
Impactos en la sociedad:
Tradicionalmente, la
sociedad se basó en lograr la felicidad a través de sólidos pilares, desde
luego salpicados de ocasionales placeres.
Siendo los pilares
tradicionales:
-
La cultura del esfuerzo.
-
La búsqueda de la perfección humana.
-
El trabajo duro y el ahorro.
-
La integración en la comunidad, y
-
La convivencia con una pareja para
crear una familia.
En la actualidad, el
mundo actual está cada vez más teledirigido hacia el logro del placer
inmediato, sin esfuerzo y adicto al estímulo extático
inmediato.
Lo anterior, hace que
seamos víctimas de:
-
La eterna y falsa promesa de la
felicidad.
- Que
la felicidad es una mercancía que se puede adquirir, y, además, sin esfuerzo.
Lo que debemos entender
y tener las precauciones, porque:
-
Lo único que se puede adquirir es
el placer.
-
La humanidad está debilitándose por
la cultura del hedonismo.
Un abrazo,
Referencias:
(1) Citado
en: Álvaro del Castaño, “Hedone contra Beatitudinem”, https://theobjective.com/elsubjetivo/hedone-contra-beatitudinem,
28 noviembre 2020.
(2) Imagen
obtenida de: https://eldeforma.com/2020/06/09/cosas-que-haces-de-adulto/,
consultado 28 enero 2021.
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