Cuida tus pensamientos,
porque se convertirán en tus palabras.
Cuida tus palabras,
porque se convertirán en tus actos.
Cuida tus actos, porque
se convertirán en tus hábitos.
Cuida tus hábitos,
porque se convertirán en tu destino.
Mahatma Gandhi
Resumen:
Una definición de
felicidad realizada para el Modelo Integrado de la Felicidad (MIFE) es:
La
felicidad es cuando en la vida aflora el presente y están en armonía nuestras
creencias, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestro accionar.
Se entrega lo planteado
por Pelin Kesebir que indica que con dedicación de tiempo y esfuerzo
podemos cambiar los hábitos de nuestra mente y ser más felices.
Recomienda los dos
siguientes hábitos:
1.
Nuestra atención: en
qué nos enfocamos.
Dirigir
nuestra atención es crucial para aumentar nuestra felicidad.
2.
Nuestra interpretación:
cómo entendemos las cosas en las que nos enfocamos.
Las
personas felices tienen claramente un sesgo positivo en sus hábitos de percibir
e interpretar el mundo.
Nuestra felicidad es
integral
A veces consideramos
que cuando disfrutamos de los placeres somos felices. Si, pero los placeres son
sólo parte de la felicidad y no es la felicidad.
A veces decimos que
cuando somos dichosos (nos reímos) somos felices. Sí, pero la dicha es parte de
la felicidad y no es la felicidad.
A veces pensamos que
cuando nos regocijamos (disfrutamos del humor, entretenimiento, fluimos) somos
felices. Si, pero el regocijo es parte de la felicidad y no es la felicidad.
A veces creemos que
cuando estamos gozosos (paz y amor) somos felices. Si, pero el gozo es parte de
la felicidad y no es la felicidad.
Por eso, una definición
realizada para el Modelo Integrado de la Felicidad (MIFE) es:
La
felicidad es cuando en la vida aflora el presente y están en armonía nuestras
creencias, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestro accionar.
(1)
Se comparte a
continuación extractos del artículo de Pelin Kesebir: “La fuente definitiva de
la felicidad: Nuestra mente Fuente” (2), que hace énfasis del plano mental en
la felicidad.
La fuente
definitiva de la felicidad: Nuestra mente (2)
Nuestra atención
e interpretación son los factores fundamentales que deciden nuestra felicidad
Imagine a una persona
que lo tiene “todo”: una familia amorosa, buenos amigos, salud, riqueza, poder
o incluso fama. Sin embargo, a esta persona le falta una cosa: paz interior. Su
mente está constantemente ocupada por emociones negativas como la ira, la
ansiedad y la tristeza; no se quiere a sí misma ni confía en los demás, y tiene
una visión sombría de todo. ¿Hay manera de que podamos llamar feliz a esta
persona?
Este pequeño
experimento mental revela el papel central que juega nuestra mente en nuestra
felicidad. No importa cuán perfecto pueda parecer todo desde el exterior, la
fuente de la felicidad está dentro de nuestras mentes. De hecho, décadas de
investigación psicológica muestran que nuestra felicidad está determinada
principalmente por la forma en que funciona nuestra mente. La excepción son
aquellos que viven una vida dura, en la que luchan por satisfacer sus
necesidades más básicas. Para la mayoría de nosotros, nuestra felicidad está
determinada, en su mayor parte, por nuestros hábitos de pensar, sentir y
percibir el mundo.
Podemos pensar
en nuestra mente como una fábrica: toma lo que sucede en el mundo exterior como
materia prima, lo procesa y lo convierte en diversas emociones y pensamientos.
Esto significa que las mismas materias primas exactas (por ejemplo, un ascenso
en el trabajo o una ruptura con la pareja) pueden ser procesadas de manera
diferente por diferentes mentes. No siempre somos conscientes de los procesos
de producción idiosincrásicos de nuestra fábrica y la posibilidad de convertir
el mismo material en diferentes productos.
Algunos de nosotros
tenemos “ajustes de fábrica” que son bastante propicios para la producción de
felicidad; otros tienen ambientes predispuestos a producir infelicidad. Estos
escenarios son un legado de nuestros genes y experiencias de vida. La buena
noticia es que es posible reajustarlos. Con tiempo y esfuerzo dedicados,
podemos cambiar los hábitos de nuestra mente y ser más felices.
Reajustando
nuestra configuración
Si queremos
cultivar una mente que produzca más felicidad a partir de las materias primas
de la vida, primero debemos trabajar en dos hábitos de nuestra mente:
1. Nuestra
atención: en qué nos enfocamos.
2. Nuestra
interpretación: cómo entendemos las cosas en las que nos enfocamos.
Ahora, examinemos por
qué estos dos “ajustes” son tan importantes para nuestra felicidad y cómo
podemos ajustarlos para nuestro beneficio.
Felicidad y
atención
Imagine que se
encuentra moviéndose lentamente por una habitación a oscuras, con una linterna
en la mano. Podría haber innumerables objetos en esta
habitación: bonitos o feos, divertidos o aterradores, ordinarios o inusuales. A
medida que se mueve por esta habitación, sus pensamientos y sentimientos
estarán determinados por el lugar al que dirige la linterna y lo que es visible
para usted, no por la realidad objetiva completa de la habitación. Si su
linterna no ilumina la fuente de chocolate, pero ilumina el esqueleto, tendrá
una reacción emocional muy diferente que viceversa.
A medida que
avanzamos por la vida, nuestra atención cumple la misma función que la
linterna: lo que ilumina fluye hacia nuestra mente y se convierte en nuestra
realidad; para lo que no alcanza a iluminar, estamos ciegos. Por lo tanto,
hacia dónde dirigimos nuestra atención tiene una relación directa con nuestra
felicidad.
Esta idea está
respaldada por estudios que vinculan las diferencias individuales de atención,
con la felicidad. Las personas felices se sienten más naturalmente atraídas
por los estímulos positivos y las menos felices por los negativos.
Cuanto más nos
centremos en las cosas buenas de nuestra vida, más felicidad obtendremos de la
vida. Incluso podemos convertir esto en un
juego: cada vez que salgamos de casa, podríamos comprometernos a no regresar
antes de percibir tres cosas agradables. Cada vez que hablamos con alguien,
podríamos tratar de identificar al menos una buena cualidad que tenga esa
persona y que podemos apreciar. Cuando nos acostamos todas las noches, podemos
tomar un momento para pensar en algo bueno y útil que hayamos hecho durante el
día.
Observar hacia
dónde dirigimos habitualmente la linterna de nuestra atención es crucial para
aumentar nuestra felicidad. Por ejemplo, ¿qué
tipo de libros leemos, qué tipo de videos miramos, qué tipo de cuentas de redes
sociales seguimos? Estas preguntas son importantes porque nuestras respuestas
constituyen el alimento que consume nuestra mente. Lo que la desnutrición es
para nuestra salud física, la desnutrición de la mente es para nuestra salud
mental. Si nuestra dieta atencional contiene muchas cosas que dejan una mala
sensación en nuestra alma y mente o generan pensamientos negativos sobre
nosotros mismos, los demás y el mundo, entonces deberíamos reconsiderar dónde
elegimos dirigir nuestra atención.
Felicidad e
interpretación
Si la atención
se trata de lo que miramos, la interpretación se trata de cómo entendemos las
cosas que hacemos. ¿Cuál es nuestra visión general
de la vida? ¿Qué significados le damos a las cosas buenas o malas que nos
suceden? ¿Cómo explicamos los comportamientos de otras personas?
Sin embargo,
prácticamente cualquier cosa en la vida puede abordarse de manera que nos haga
sentir mejor o peor. Una de las principales diferencias entre las personas
felices y las infelices es que las personas felices perciben, interpretan y
piensan sobre los mismos eventos de manera más positiva que las personas
infelices.
Las personas
felices tienen claramente un sesgo positivo en sus hábitos de percibir e
interpretar el mundo. Como si la vieran a través de
lentes color de rosa, la vida en sus diversos aspectos se les aparece de una
manera más placentera y deseable. Curiosamente, una forma de predecir la
felicidad de una persona es darle una lista de cosas aleatorias (por ejemplo,
bicicletas, papel tamaño carta, límites de velocidad en el tráfico, Japón) y preguntarle
cuánto le gusta cada una. Las personas que expresan un mayor gusto por estos
aspectos mundanos de la vida también informan ser más felices. Las personas
que se ven a sí mismas de manera positiva tienen más confianza en sí mismas,
las personas que ven a los demás de manera positiva tienen mejores relaciones y
las personas que ven el futuro de manera más positiva son más persistentes y
resistentes. La positividad activa ciclos virtuosos y deseables
profecías autocumplidas.
Si queremos entrenar
nuestra mente para ser más positivos, debemos desarrollar el hábito de hacernos
algunas preguntas que normalmente no hacemos. Por ejemplo, ante situaciones que
nos molestan, podemos preguntarnos: “¿Hay alguna manera de abordar esta
situación de una manera más positiva y constructiva?”. o “¿Cómo vería esta
situación una persona más optimista?”
Transformando
nuestras mentes
Quizás más que
cualquier otra cosa, los hábitos de nuestra mente determinan nuestra felicidad
o infelicidad en la vida. Si constantemente
encendemos la linterna de nuestra mente en las peores partes de nuestra vida,
descuidando las partes buenas, o si insistimos en interpretar todo lo que nos
sucede de una manera que nos desanima, simplemente no podemos ser felices.
Afortunadamente, es
posible cambiar los hábitos de nuestra mente, aunque en principio no sea tan
fácil. El esfuerzo que ponemos en esto bien vale la pena, porque la
felicidad puede no ser fácil de encontrar dentro de nosotros mismos, pero es
imposible encontrarla en algún otro lado.
Cambio de hábitos de
nuestra mente para ser más felices
Pelin Kesebir nos
indica que con dedicación de tiempo y esfuerzo podemos cambiar los
hábitos de nuestra mente y ser más felices.
Recomienda los dos
siguientes hábitos:
1.- Nuestra
atención: en qué nos enfocamos.
Cuanto
más nos centramos en las cosas buenas de nuestra vida, más felicidad
obtendremos de la vida.
Dirigir
nuestra atención es crucial para aumentar nuestra felicidad.
2.- Nuestra
interpretación: cómo entendemos las cosas en las que
nos enfocamos.
Las
personas felices tienen claramente un sesgo positivo en sus hábitos de percibir
e interpretar el mundo.
Hay que recordar
que la felicidad puede no ser fácil de encontrar dentro de nosotros mismos,
pero es imposible encontrarla en algún otro lado.
Un abrazo,
Referencias:
(1) Victor
Hugo Ramon Vergara Medina, “La Felicidad en la Pirámide y en la Montaña”, https://prisma101-1.blogspot.com/2018/03/la-felicidad-en-la-piramide-y-en-la.html,
23 marzo 2018.
(2) Pelin
Kesebir, “La fuente definitiva de la felicidad: Nuestra mente Fuente”, https://es.theepochtimes.com/la-fuente-definitiva-de-la-felicidad-nuestra-mente_988313.html,
3 mayo 2022.
(3) Imagen
obtenida de: https://www.shutterstock.com/es/image-photo/happy-family-mother-child-son-reading-1693532533,
consultado 22 octubre 2022.
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