A continuación se
reproduce el artículo de Jennifer Delgado Suárez, publicado en www.rinconpsicologia.com:
¿Cuántas
veces has pensado que el día puede ser totalmente desdichado porque amaneció
lluvioso o de repente se tornó gris? Seguro que alguna vez te ha ocurrido. Lo
mismo podríamos decir de un día de intenso calor o de un día en que el reloj se
ha atrasado. Parecemos dispuestos a ser infelices hasta por las cosas más
triviales cuando en realidad ser felices es una opción personal. Simple, podemos encontrar la felicidad aun cuando no
tengamos todo aquello que anhelamos en la vida.
Podrías decirme que eso es una actitud conformista,
para algunos puede parecer una tontería, pero si lo vemos bien: ¿no se gana
más con ser positivo que con ser negativo? Somos capaces de ser felices a partir de que tomamos
la decisión de serlo, cuando asumimos que contra todo lo que pueda ocurrir,
siempre habrá algo que nos importe, que nos motive, que nos haga felices en
alguna medida y “en alguna medida” es mejor que nada ¿o no?
Son tiempos convulsos, las cuentas pueden amargarnos
los días y el amor no es algo que podamos tener bajo control. El amor es
quizá lo que más infelicidad puede causarnos, ya sea porque nos sentimos
incomprendidos por la persona a la que amamos o porque nos hemos dado cuenta
que pasa el tiempo y no encontramos a nuestra "media naranja". En
realidad, no existe tal cosa, la soledad también es algo que podemos dejar de
lado, podemos sentirnos muy solitarios en medio de una multitud pero también
podemos trabajar para sentirnos completos con la sola exploración de nosotros
mismos. Somos tan felices como queramos serlo.
Es increíble cuánto influye nuestra mente en nuestros
sentimientos, cuando decidimos
cambiar lo que falla en nuestras relaciones, cuando nos percatamos de que el
amor es algo complicado, que no debemos intentar cambiar a nadie sino amar porque en
ello encontramos nuestra propia dicha; es cuando de verdad nos acercamos a la
felicidad. Cuando podemos
sonreír incluso si las cosas van mal porque en realidad todo cambiará en
algún momento, entonces ya hemos hecho un gran avance para sentirnos felices.
Si el amor llega, ¿por qué nos empeñamos en
encontrarle defectos a la relación o a la persona? Cuando pensamos en nuestra
propia vulnerabilidad podemos enfrentar el hecho de que no hay nadie perfecto y
que podemos ser felices con las imperfecciones. Y si el amor no llega, ¿por qué
empeñarnos en sentirnos amargados? El amor ocurre como casi todo, de manera
imprevista, quizá debamos prestar más atención a nuestro alrededor, a veces
miramos sin percibir, y lo que buscamos puede estar más cerca de lo que creemos.
Hoy ya ha amanecido, el día es gris y podría pensar
que no hay cosa peor en el mundo. Sin embargo, en mi caso el otoño suele ser la
mejor de las temporadas aunque, lo confieso, por momentos me provoca nostalgia,
siempre tenemos algún recuerdo o alguna pérdida que un día sin sol se empeña en
recordarnos.
Pero ya no suelo
hacer eso, tiempo atrás entendí que podía sonreír y aceptar el día si me lo
proponía, muchas de las cosas que nos darán felicidad solo esperan que
decidamos vivirlas… Está en nuestra mente más que en nuestro corazón, hay
que cambiar nuestra forma de ver la vida…Hay que vivirla tal y como llega
porque siempre habrá algo que la haga mejor aunque te empeñes en creer que no… El solo tener
un día más para vivirlo, ¿no es suficiente felicidad? Entonces, ¿por qué no empiezas a ser feliz ahora?
Referencia:
Jennifer
Delgado Suárez, “La Felicidad es una decisión Personal”, 19 Diciembre 2012, http://www.rinconpsicologia.com/2012/12/la-felicidad-es-una-decision-personal_19.html
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