A
continuación se reproduce el artículo de Esther Azón Fernández, que nos dice: ”La felicidad no depende de agentes
externos, sino de la actitud con la que escogemos vivir”.
¿Cuantas
veces nos paramos a pensar en los problemas, los obstáculos o las cosas
imposibles? ¿Y cuántas nos detenemos a contar las bendiciones, las alegrías o
los milagros?
Los
seres humanos tenemos poca memoria para las cosas buenas y nos obsesionamos con
las malas.
Todos buscamos lo
mismo: La felicidad. Consideramos que es un estado que alcanzaremos en el
futuro, no en el presente, y sin embargo no es así.
Ciertamente
nunca podremos ser tan felices en este mundo como lo seremos cuando Jesús
vuelva, cuando vivamos en un lugar perfecto donde el mal, el sufrimiento y la
muerte ya no existan más. Pero podemos
ser felices aquí y ahora, porque la felicidad no depende tanto de factores
externos como de nuestros pensamientos.
Está
demostrado que los pensamientos conforman los sentimientos y la actitud. Por
eso, necesitamos prestar más atención a lo que pensamos y sobre todo, a lo que metemos
dentro de nuestra cabeza.
Si
metemos basura, lo tendremos muy complicado para sacar algo que merezca la pena
de nuestro interior. Si metemos cosas edificantes y positivas, eso sacaremos.Los medios nos inundan y pocos son los que tienen la voluntad y la determinación de no “tragarse” todo lo que les dan. Necesitamos aprender a seleccionar qué metemos en nuestra cabeza para poder controlar lo que pensamos.
Siempre
estamos pensando en el futuro, y
tratamos de vivir el presente preparándolo todo para que cuando llegue, sea
mejor que el presente. Sin embargo, no sabemos si tendremos un mañana, ni cómo
será. Solamente sabemos que tenemos el día de hoy. Queremos controlar nuestra
vida, y no somos conscientes de que no controlamos nada. No tenemos el dominio
de las cosas que nos pasan.
La felicidad es un
estado mental que solamente puede vivirse en presente. Podemos soñar con ser
felices en el futuro, pero el futuro es siempre incierto. ¿Por qué no disfrutar
del ahora?
Dios dotó al ser
humano con la capacidad de elegir su propia actitud frente a las
circunstancias, y esas son las personas más felices: las que deciden que pase
lo que pase, han decidido serlo.
La felicidad es una
opción. Tú decides cómo enfrentar la vida. Nadie está libre de problemas y
sufrimientos. Lo que diferencia a una persona feliz de una infeliz es su
elección.
Cuando escoges ser
feliz, eliges agradecer por lo que tienes en lugar de quejarte por lo que no.
Decides que los problemas son secundarios, que no te van a dominar ni te vas a
obsesionar con ellos. Al fin y al cabo: “Si tiene solución ¿por qué te
preocupas? y si no la tiene ¿por qué te preocupas”. La preocupación es el
principal enemigo de la felicidad. Debemos ocuparnos, no preocuparnos, y una de
las muchas ventajas de tener una relación sincera y real con Dios es que
confiamos en que donde nosotros no alcanzamos llega Su poderosa mano.
La confianza en el
Creador es una poderosa herramienta de felicidad y salud mental. Está
científicamente demostrado.
Los
problemas son como piedras. Puedes elegir quedar sepultado o puedes determinar
apoyarte en ellas y subir por encima. Al final, tendrás las consecuencias de tu
elección.
No
importan las cartas que te han tocado. Importa cómo las vas a utilizar.
Conocemos la historia de personas con una mano penosa que ganaron la partida a
las dificultades de la vida ¿Cómo? Con una actitud positiva, confianza en Dios,
y la valentía de soñar, creer en sus sueños y luchar por ellos.
No
te dejes vencer. Elige una meta y ve a por ella. Con Dios no hay nada
imposible. No dejes que la preocupación
o la tristeza te amarguen el día, no sabes si tendrás un mañana. Disfruta del
presente. Agradece por lo que tienes y escoge una actitud positiva. Tienes
mucho por lo que dar gracias. Arregla lo que puedas y no te obsesiones por lo
que no puedas, eso déjalo en las manos del Señor.
Vive cada día de la
mano de Dios y permite que te llene de Su paz y Su gozo. Si quieres ser
realmente feliz, debes aprende a confiar en Él.
Referencia:
Esther
Azón Fernández, “La felicidad es una decisión”, 5 Marzo 2013, http://cpm.com.es/la-felicidad-es-una-decision/
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