A
continuación un extracto del artículo del médico Fabio Arévalo Rosero, que
entrega antecedentes de los cinco pilares para lograr la felicidad, definidos
por el psiquiatra y psicólogo Carl Jung, considerado uno de los grandes
estudioso de la psique humana.
No
dice:
La
felicidad puede ser algo complejo y hasta abstracto, pero es alcanzable.
Al
menos bajo una concepción legítima de la satisfacción de ser útil, productivo y
transformador. Está demostrado que las
personas más felices del planeta son las más inspiradoras, las más sencillas o
descomplicadas, las más serviciales y aquellas donde el poder y el dinero, son
absolutamente secundarios.
Como
parte de su legado científico de Carl Jung, no podía faltar un aporte
sustancial en la búsqueda del principal propósito del hombre: ser feliz.
Aquí
están los cinco pilares de la felicidad legítima:
1.
Buena
salud física y mental.
Aprender y aplicar todas las estrategias de
prevención… Además de ser asertivo y propositivo.
2.
Buenas
relaciones personales y de intimidad, tales como las de
la pareja, la familia y las amistades.
3.
La
facultad para percibir la belleza en el arte y en la naturaleza.
Por
ejemplo disfrutar de la música y el amor por los animales.
4.
Razonables
estándares de vida y trabajo satisfactorio.
Sin que el dinero medie sustancialmente.
5.
Una
visión filosófica o religiosa que permita lidiar
de manera satisfactoria con las vicisitudes de la vida.
Sin
salud, es difícil disfrutar de los otros puntos, por ello la clave está en
comprometerse a cumplir al dedillo con excelentes hábitos que mejoren la
calidad de vida (alimentación sana recomendada, suficiente ejercicio diario,
…).
El
segundo punto también es sustento del primero, ya que una vida sin intimidad,
sin relaciones afectivas (amigos
genuinos, familiares amados y cercanos) hace que sea prácticamente imposible no
sólo tener salud mental, también salud física.
El
tercero es el placer, el regocijo que se acentúa cuando se tienen los dos
primeros factores. Se puede tener un entrenamiento artístico (talento) pero
también es posible solamente poseer una disposición para apreciar la belleza de
la naturaleza. Por ejemplo disfrutar la música bien seleccionada y agradable al
máximo, es gran alimento espiritual. Las buenas conductas animalistas y
ambientalistas, son satisfactorias.
El
cuarto punto sustenta en cierta forma los dos primeros pero no es una condición
‘sine qua non’ para que se pueda conseguir salud y amor, más bien es un asunto
de actitud y talante personal donde en cualquier situación o espacio es la
persona quien impone su propio sello, su estilo creativo e innovador.
El
quinto es el comodín en el ensamble, ya que a falta de otros factores en la
lista, una visión filosófica o religiosa permite, al menos hipotéticamente,
trascender el sufrimiento que causa la enfermedad o la soledad. Especialmente
cuando la filosofía va acompañada de una ética o de una congruencia que brinda
una estructura justamente para ver más allá de la vicisitudes de la existencia.
Está relacionado con aquello que hoy se llama resiliencia.
Mientras
que es imposible controlar lo que nos sucede, sí podemos controlar en mayor o
menor medida la forma en la que asimilamos aquello que nos sucede. La felicidad
del filósofo o la del místico, quizás no sean las más exultantes, pero
posiblemente sí las más estables.
El
pragmatismo también nos obliga a estar a tono con una realidad. Pero la misma
puede tener un enfoque inteligente, sabio, que además de tratar de integrar los
factores de Jung, genera acciones que dan sentido de vida. Allí puede estar la
médula de la felicidad.
Referencia:
-
Citado en: Fabio Arévalo Rosero MD,
“Los 5 factores de la felicidad, según Carl Jung”, http://www.pulzo.com/opinion/359021-los-5-factores-de-la-felicidad-segun-carl-jung,
16 Junio 2015.
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