A
continuación extracto del artículo de Almudena Álvarez, que comenta sobre el
pensamiento del psiquiatra Enrique Rojas Montes, director del Instituto Español
de Investigaciones Psiquiátricas, en relación al fracaso y la felicidad.
Nos
dice:
La
velocidad con la que se suceden los acontecimientos, la necesidad de resultados
inmediatos, la frustración continua por los proyectos no alcanzados, la
búsqueda constante de emociones fuertes, la importancia que se le da al dinero
y el bombardeo constante de noticias negativas se convierten en un caldo de
cultivo perfecto para los trastornos de la personalidad.
Tanto
que trastornos como la ansiedad o la depresión se han convertido en "la
epidemia de nuestro tiempo, porque vivimos en una sociedad muy competitiva y
rápida, que no educa para la frustración", asegura este experto en
Psiquiatría Social y trastornos de la personalidad.
Años
de investigación centrados en la depresión, la ansiedad y los trastornos de la
personalidad le han llevado a concluir que el antídoto contra estos trastornos
está en tener claras algunas ideas sobre el fracaso, la felicidad, la
autoestima y la voluntad.
Por
un lado, Rojas Montes asegura que "hay que aprender a fracasar porque el
fracaso nos educa de cara al futuro y enseña lo que el éxito oculta".
Y,
por otro, invita a reflexionar sobre lo que es la felicidad para cada uno.
Él
lo tiene muy claro: "La felicidad
es hacer algo que merezca la pena con la vida, es estar contento con uno mismo
al comprobar que el proyecto personal de vida va relativamente bien".
Dicho
con otras palabras: "La felicidad
es una satisfacción interior porque los grandes argumentos de la vida se están
trabajando relativamente bien".
Pero
siempre siendo conscientes de que "debemos
aspirar a una felicidad relativa, razonable", porque "la felicidad completa no existe, solo se da
en el otro mundo, en el otro barrio".
Para
conseguirlo Rojas Montes recomienda trabajar
"la madurez" de la personalidad, y hacerlo "artesanalmente"
para llegar a ella en la edad adulta "con buena salud y mala memoria"
y alcanzar así cierto equilibrio psicológico que acerque a la felicidad.
Para
la orientación ha construido un decálogo
con los indicadores de madurez de una persona.
Indicadores tan
importantes como la necesidad de haber crecido con un modelo de identidad en el
que mirarse; tener un proyecto de vida coherente que incluya amor, trabajo,
cultura y amistad; tener sentido del humor; saber dar la importancia justa a
las cosas; y armarnos con una voluntad "solida, compacta y bien
educada".
Porque
para este experto, la voluntad es "más importante que la
inteligencia" ya que empuja al hombre a conseguir sus objetivos y enseña a
no esperar resultados inmediatos.
Por
eso afirma que "una persona madura
está cerca de la felicidad" al igual que una inmadura se aleja de
ella.
Referencias:
-
Citado en: Almudena Álvarez, “Rojas
Montes: El fracaso es clave en la vida, enseña lo que el éxito oculta", http://www.lavanguardia.com/cultura/20160605/402297866153/rojas-montes-el-fracaso-es-clave-en-la-vida-ensena-lo-que-el-exito-oculta.html,
05 Junio 2016.
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