Resumen:
La oración es una
práctica espiritual que nos ayuda a mejorar nuestro nivel de felicidad. Es en
términos sencillos la forma de cómo nos comunicamos con nuestro Ser Supremo.
Al realizar actividades
en el plano espiritual, estas influyen en los planos mental, emocional y
físico.
Según el párroco de la
iglesia Santísimo Sacramento Donny de León, la oración es muy importante
porque: “Le devuelve la vida al alma. Cuando se es agradecido, se saca del
corazón el negativismo y se realza la valoración a la familia. Esta es la base
de la felicidad y la paz”.
Al orar estamos “conversando
con Dios” en la cima de la montaña, donde estamos más cerca de Él, lo que hace
que sea más efectiva nuestra comunicación y tiene mayor impacto en mejorar
nuestro nivel de felicidad.
El conversar con Dios:
Sabemos que la oración
es una práctica espiritual que nos ayuda a mejorar nuestro nivel de felicidad.
El orar, es en término
sencillo, es la forma de cómo nos comunicamos con nuestro Ser Supremo.
Si consultamos al
Diccionario de la lengua española (1), nos encontramos que orar es:
Dirigirse
mentalmente o de palabra a una divinidad o a una persona sagrada, frecuentemente
para hacerles una súplica.
Para el mundo católico
(2):
Orar
es elevar el espíritu hacia Dios. Se
trata de buscar a Dios para agradecerle por lo recibido o pedir su intercesión
en alguna situación determinada.
Normalmente se hace una
diferencia entre el orar y rezar. Desde su origen / etimología (2):
Orar:
Orar,
por un lado, viene del latín orāre, y quiere decir “hablar, pedir o rogar por
algo”.
Rezar:
Rezar
también viene del latín: recitāre. Esta palabra quiere decir literalmente
“recitar”.
En términos práctico se
considera que orar es hacerlo en silencio y hacia dentro. Y el rezar es orar,
pero en voz alta.
Se presenta a
continuación extractos del artículo de Vanessa Tapia: “La oración es la base de
la felicidad” (3), que nos entrega mayores antecedentes de la relación estrecha
que hay entre oración y felicidad.
La oración es la
base de la felicidad (3):
La oración es un
encuentro con Dios que tiene importancia en la vida de todo creyente, pero,
además, es de gran utilidad para el bienestar psicológico y emocional de manera
integral. Según Leticia Ortega Rosines,
psicóloga clínica y terapeuta familiar, la terapia espiritual está ligada a
los estados emocionales y se recomienda para quienes necesitan una vía para
calmarse, encontrar paz interna, fomentar la tranquilidad, incentivar una mayor
concentración y tener la oportunidad de sanar y encontrar el perdón.
“Se ha comprobado a
través de estudios desarrollados en Estados Unidos e Italia, que rezar
disminuye la frecuencia cardiaca, los músculos se relajan, el pulso disminuye y
el cerebro segrega hormonas tranquilizadoras (como la serotonina, dopamina) que
permiten que la persona alcance un estado de paz. También se demostró que
ayuda a prevenir la pérdida de la memoria y, por ende, el alzhéimer”, sostiene
Ortega.
Tiempo para
reflexionar
Para el padre Donny de
León, párroco de la iglesia Santísimo Sacramento, la oración es tan (o mucho
más) importante que respirar. “Le devuelve la vida al alma. Cuando se es
agradecido, se saca del corazón el negativismo y se realza la valoración a la
familia. Esta es la base de la felicidad y la paz”, recalca.
No hay excusas
para no orar.
Si no sabe cómo
hacerlo debe recordar que lo valioso no es saber qué dice, sino a quién le
habla. “Pida y agradezca con el corazón.
Rezar significa hablar con Dios, quien me ama. A veces las palabras sobran
porque hay diálogos que no las necesitan”. Al estar en un mundo acelerado,
en el que las personas están de un lado a otro, a veces no se deja tiempo para
reflexionar. Recuerde, la peor oración es la que no se hace.
¿Cuándo hacerlo?
No existe una hora
específica en la que sea obligatorio hacerlo. Sin embargo, la mayoría de las
personas prefiere orar al levantarse o antes de dormir. Este hábito se
puede poner en práctica desde la niñez hasta la vejez. No hay una edad
límite para hablar con Dios y encontrar la paz espiritual.
La oración se da en la
cima de la montaña:
La importancia de la
oración es que es una práctica espiritual, lo que significa que se desarrolla
en el plano espiritual, que es uno de los planos más elevados de nuestra coexistencia
humana.
El otro aspecto
importante es que las actividades en el plano espiritual influyen en los planos
mental, emocional y físico. Así como las actividades de los planos físico,
emocional y mental tienen efecto en el plano espiritual.
Podemos decir que es
como escalar una montaña, uno empieza en la base (plano físico) y al ir
avanzando hacia la cumbre va pasando por los planos emocional, mental, hasta
llegar al plano espiritual.
La diferencia es que el
subir la montaña es más dificultoso que el descender, porque al bajar nos ayuda
la ley de la gravedad. O podemos decir que la influencia de las actividades del
plano espiritual en los planos mental, emocional y físico es mayor que el
efecto de las actividades del plano físico en los planos emocional, mental y
espiritual.
También, al orar estamos
“conversando con Dios” en la cima de la montaña, donde estamos más cerca de Él,
lo que hace que sea más efectiva nuestra comunicación y tiene mayor impacto en mejorar
nuestro nivel de felicidad.
Un abrazo,
Referencias:
(1) Citado
en: https://dle.rae.es/orar,
consultado 30 junio 2021.
(2) Citado
en: https://difiere.com/diferencia-entre-rezar-y-orar/,
consultado 30 junio 2021.
(3) Citado
en: Vanessa Tapia, “La oración es la base de la felicidad”, https://www.expreso.ec/buenavida/oracion-base-felicidad-101419.html,
28 marzo 2021.
(4) Imagen
obtenida de: http://www.cosasparamimuro.com/image/7185/oracion-de-dios,
consultado 2 julio 2021.
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