Parte de la
entrevista a la psicóloga Española Alejandra Vallejo-Nágera:
Pregunta.- ¿A qué conclusiones han llegado en el II Congreso de la Felicidad?
Respuesta.- En primer lugar, que la felicidad no es un cuento chino ni tampoco exactamente una aleación química del cerebro, aunque este órgano tenga mucho que ver. También que hay una predisposición genética a estar más abiertos a lo positivo que a lo negativo pero que independientemente de ello el acceso a las oportunidades es algo que se puede aprender. La familia juega un papel muy importante en ello: padres optimistas educan a hijos que tienden a serlo y al contrario.
Pregunta.- ¿A qué conclusiones han llegado en el II Congreso de la Felicidad?
Respuesta.- En primer lugar, que la felicidad no es un cuento chino ni tampoco exactamente una aleación química del cerebro, aunque este órgano tenga mucho que ver. También que hay una predisposición genética a estar más abiertos a lo positivo que a lo negativo pero que independientemente de ello el acceso a las oportunidades es algo que se puede aprender. La familia juega un papel muy importante en ello: padres optimistas educan a hijos que tienden a serlo y al contrario.
P.- ¿Cuáles
son los resultados más sorprendentes de las encuestas que realiza el Instituto
CocaCola de la Felicidad?
R.- El 70%
de los encuestados asegura que es más feliz cuando puede compartir esa
felicidad con otras personas. Un porcentaje muy alto asegura que
se siente muy bien por el hecho de saber que no están solos porque tienen una
familia, y muchos
piensan que la felicidad se consigue cuando tienes pareja.
P.- Entonces, ¿la felicidad es un barco que podemos timonear?
P.- Entonces, ¿la felicidad es un barco que podemos timonear?
R.- La
felicidad no es algo permanente. No
somos felices, estamos felices. Es un error pensar que la
felicidad es algo estable y que la vida debe proveerla. Es una
conquista.
P.- Como experta en tanatología, ¿cuál es la clave para ser feliz sabiendo que tarde o temprano uno se va a morir?
R.- No me atrevería a decir que un enfermo terminal es feliz,
sería una falta de respeto. Pero quienes hemos trabajado con estas personas
podemos aprender mucho de ellas, como ser conscientes de que cada minuto es
irrepetible. Los moribundos de ninguna manera están felices pero pueden hacer
algo para irse despidiendo poco a poco de forma que se instale en ellos la paz.
P.- ¿Qué hay que tener para ser un embajador de la felicidad como los que se reúnen hoy con usted?
R.- Hay que apostar por la felicidad y predicar con el ejemplo.
Nosotros apostamos por las salidas, sabemos
que la vida no es un parque de atracciones pero hemos puesto la mirada en las
posibilidades y no en los obstáculos.
Referencia:
"La felicidad
no es un cuento chino ni una aleación química del cerebro"
Fernando Díaz de Quijano
29/05/2012
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