A
continuación extracto de la entrevista de J.M. Alonso
a la psicóloga y escritora Begoña Ibarrola:
¿Se
puede aprender a ser feliz?
“Sí. Por supuesto. Se pueden desarrollar
actitudes que potencien la felicidad porque es una construcción personal.
Yo puedo poner mucho de mi parte para potenciar eso”.
¿Y
cómo se puede aprender a ser feliz?
“En
primer lugar, cambiando las actitudes
negativas que no nos enfocan al optimismo. Yo doy 14 claves que pueden
contribuir a la felicidad, pero las actitudes personales son muy importantes.
Por ejemplo, el ponerse metas e ilusiones en la vida, pero que sean realistas,
es algo que potencia la felicidad y el bienestar”.
¿Cuáles
son las actitudes que, a su juicio, más contribuyen a la felicidad?
“Un elemento que potencia la felicidad es
tener una red social de amigos con los que se pueda conversar, te aporten y
muestren afecto. Otra cuestión es utilizar hobbys, dedicar tiempo para uno
mismo y a actividades que nos ayuden a estar bien. Hay elementos preventivos
muy importantes como desarrollar técnicas de relajación o control del estrés.
Cantar, bailar, hacer ejercicio potencia el bienestar... Y, sobre todo, está la actitud optimista, el centrar más
la atención en las cosas positivas de cada día, sin negar las negativas. Es
lo que se llama optimismo realista, inteligente. Esa visión de que todavía
queda la mitad del agua de la botella.
¿Existen
fórmulas secretas para ser feliz?
“No.
No (con rotundidad)”
¿Percibe
que hay mucha gente que transmite felicidad pero que realmente no es así?
“Algunos tienen la idea falsa de que la
felicidad se puede conseguir fuera y se están dando cuenta de que está dentro,
que no hay que buscarla fuera. Hay personas que perciben que la idea de
felicidad que tenían era equivocada porque equivalía a estar momentos alegres.
Uno puede estar tremendamente triste y abatido, y sentirse feliz y satisfecho
con su vida. La actitud lo es todo”.
Usted
defiende que la felicidad no está sólo ligada a los momentos vividos sino también
a los evocados...
“Por
supuesto”.
¿Y
también está vinculada a imaginar cosas que no han pasado?
“Sería
un autoengaño evocar cosas que no han pasado. Debe haber algo de realismo. En
todo caso, de la imaginación también depende el bienestar y la felicidad.
Viendo películas que nos encantan o imaginando que vamos a sitios maravillosos
también estamos disfrutando. Ha quedado
demostrado que simplemente imaginando cosas positivas se está colaborando a que
el cuerpo genere endorfinas y esté mejor”.
¿Cuánto
influyen los factores genéticos en la felicidad?
“Todas
las investigaciones apuntan a que oscilan entre un 40 y 50%. Hay personas que
vienen a este mundo que tienen que aprender por sufrimiento. Les dices 'no
toques que quema' y tienen que tocar. Les dices 'no vayas por ahí que te caes'
y tienen que caerse. Hay una inclinación genética, pero luego está la
epigenética que nos dice que, aunque todos podamos tener genes del cáncer, no
todos lo vamos a manifestar. Aunque tenga una predisposición a ser infeliz o
pesimista puedo trabajar para mí para que esto no se manifieste. Primero está
reconocer mi tendencia pero luego cultivar mi carácter. La genética inclina de alguna manera, pero no obliga porque la ciencia
ha demostrado que con nuestros pensamientos y emociones podemos plasmar nuestra
realidad”.
Referencias:
-
Citado en: J.M. ALONSO, “Begoña
Ibarrola: No hay receta mágica para ser feliz”, http://www.elmundo.es/pais-vasco/2015/06/24/558a88f746163ff56e8b4581.html,
24 Junio 2015.
-
Imagen obtenida de: http://www.desmotivar.com/carteles/felicidad/?pagina=51,
07 Julio 2015.
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