A continuación antecedentes publicado en www.eluniversal.com.co, sobre el libro
“Hazlos felices para que sean buenos”, de Psicóloga Annie de Acevedo.
La doctora Acevedo dice:
“Decidí
escribir este libro cuando entendí que la mayoría de los padres viven agobiados
por la culpa cuando tratan de criar hijos perfectos. ¡Queremos ser padres
felices y tener hijos felices! Eso está bien y es completamente posible.
Además, si un niño es feliz, le va a ir mejor en el colegio, será un mejor
amigo, será más creativo, más generoso, más tolerante, más seguro”.
“Para
hacer niños felices hay que tratar de entender el motivo detrás de cada patrón
de comportamiento de nuestros hijos; no hay que mirar solo la conducta sino ir
más allá y ver por qué un hijo se comporta como lo hace”.
Las
claves que concienzudamente desarrolla la doctora Annie en su libro y que les
permiten a los padres criar hijos felices son:
1. Enseñan optimismo
“En épocas difíciles y de austeridad lo que
más fácilmente se pierde es el optimismo. Se adueña de la gente una sensación
agonizante de desesperanza y de falta de ilusiones. Con este fenómeno los más
afectados son nuestros hijos, quienes están en plena formación y necesitan
alimentarse de ilusiones y de esperanzas.
¿Cómo
hacer entonces para comunicarles a nuestros hijos positivismo y lograr con esto
que sean más felices?”.
Primero,
con sentido del humor y flexibilidad, dos herramientas esenciales para
contrarrestar el pesimismo. La idea es que ellos vean que en casa se maneja una
actitud con la cual siempre se buscan soluciones creativas y no culpables.
“Para
criar hijos optimistas va a ser necesario el convencimiento total de que no
queremos ser víctimas ni queremos victimizar a nuestros hijos. Esto se hace
creando un marco de referencia donde se entienda que para ganar hay que perder,
donde no existan fracasos sino resultados de los cuales aprender”.
2. Usan un lenguaje
positivo
“Nuestros padres generalmente usaban un
lenguaje negativo. ‘No hagas eso, porque…’. ‘No seas perezosa’. ‘Eso está mal’.
Luego la psicología positiva se dio cuenta de que tanto negativismo llevaba
precisamente a seguir haciendo las cosas mal.
Nadie
les decía a los niños cómo hacer las cosas de manera correcta, simplemente los
reprendían y ellos terminaban por creer que todo lo que hacían estaba mal, lo
cual los volvía inseguros y temerosos”.
Hoy,
la doctora Annie se sorprende al ver a esta nueva generación de niños seguros
de sí mismos, quienes sienten que van a poder lograr sus metas, se esfuerzan y
casi siempre logran lo que se proponen.
“Esto
es producto de un lenguaje familiar y positivo que anima, que da fuerza y
seguridad, que apoya, y que finalmente les muestra lo correcto y lo
incorrecto”.
3. Les enseñan a sus
hijos a perder
“Si quieres tener hijos felices, debes
enseñarles a ser buenos perdedores. Ellos deben saber que a veces se pierde y a
veces se gana. Saber este concepto les ayuda a no frustrarse tanto. Cuando tu
hijo pierda en un juego, en un deporte, en el colegio, dile algo como: ‘Hoy te
fue mal, hay que prepararse mejor para mañana’ o ‘Tú puedes, esta vez no lo
lograste, pero con esfuerzo lo vas a conseguir´”.
4. Recuerdan que presionar
un poco es un acto de amor
“Los buenos padres sabemos que nuestros hijos
necesitan pequeños ‘empujones’, es decir, que necesitan algo de presión nuestra
para que hagan las cosas de la mejor manera posible. Y hay una manera correcta
y otra inadecuada para motivarlos. Entonces es importante hacer la distinción
entre aquellos padres controladores y exigentes, y aquellos que son exigentes,
pero de una manera positiva”.
De
acuerdo con la especialista, “a los padres insistentes y agresivos se les olvida
resaltar el esfuerzo y critican más de lo que elogian. Por el contrario, los
padres motivadores exigen, y bastante, pero estimulan a sus niños, haciendo
énfasis más en lo positivo que en lo negativo.
No
se engañan y conocen bien a sus hijos, de tal manera que sus expectativas serán
siempre realistas y con posibilidades de cumplirse”.
5. Enseñan el manejo
del tiempo y el dinero
Es
bien sabido que quienes manejan acertadamente estas dos variables son personas
independientes y eficientes.
“La formación de estos dos hábitos empieza
temprano –explica la doctora Acevedo-. El tiempo lo aprendemos a manejar a
través de las rutinas de nuestro hogar y en la medida en que hay claridad en
esas rutinas, los niños aprenden a valorar el tiempo suyo, y por lo tanto a
respetar el tiempo ajeno y el propio.
Un
niño aprende a sentir el paso del tiempo con más precisión después de los siete
años. En este periodo los papás deben aprovechar para enseñarle a manejar SU
tiempo”.
¿Cómo? Muéstrele cuánto se demora bañándose,
vistiéndose o desayunando. La doctora aconseja explicarle muy bien lo que espera de él y exigirle
puntualidad, pero sin ser tan rígido.
El concepto de manejo del dinero empieza hacia
los 8 años de edad y una de las fórmulas infalibles es inculcarles el hábito
del ahorro.
“Lo más fácil es destinar una mesada para que
la administre. Dele el dinero y explíquele cuánto tiempo debe alcanzarle. Aquí
lo importante es que si al niño se le acaba el dinero, no se le debe dar más,
ahí está el aprendizaje. ¡Así que no caigan en la tentación de sacar la
billetera!”.
6. Tienen clara la
importancia del juego
“Los niños necesitan moverse, hacer juegos de
roles, crear competencias físicas y divertirse para crecer armoniosamente.
Y uno de los juegos más importantes que pueden
experimentar es el deporte. Este es un disparador de felicidad, y por lo tanto
es responsabilidad de los padres fomentarlo.
En
la medida en que conozcas a tus hijos verás qué les gusta –indica la experta-,
así que te aconsejo que estimules la pasión o talento de tus niños”.
¡Pero
ojo! “No es una buena costumbre llenar a los niños de regalos y permisos porque
se pierde el aprecio por las cosas, los pequeños no aprenden a valorar lo
importante, saben que hagan lo que hagan, sus padre les darán lo que quieran.
Esta es una trampa mortal que acaba con la felicidad de manera fulminante, esta
práctica lo que hará es convertir a los niños en seres inútiles, para los
cuales nada será suficiente”.
7. Enseñan
autorregulación
Es muy importante que los niños tengan
autodisciplina para que crezcan productivos y felices. La doctora Annie
aconseja buscarles juegos que promueven la autorregulación, como aquellos donde
toca esperar, calcular y posiblemente salir ganador si se tiene paciencia.
“Otra forma es dándoles responsabilidades
sobre sus cosas. Diles cuánto tiempo tienen permitido jugar en el computador o
ver televisión; diles cómo deben cuidar sus cosas, cómo se trata a una mascota,
y en general, diles lo que esperas de ellos y hazles cumplir con lo que les
pides.
Entre más rápido aprenden que deben respetar
horarios, mejor les irá con el mundo, lo cual les abre el camino a la
aceptación y reconocimiento de los demás, un camino seguro a la felicidad”.
LOS
PADRES FELICES…
Crían
hijos felices… ¡por supuesto! De acuerdo con la doctora Annie de Acevedo,
“todos los estudios científicos muestran que hay una correlación directa entre
madres deprimidas e hijos difíciles. Los niños que tienen padres con problemas
son niños agresivos y con mala conducta”.
Entonces, que pueden hacer los adultos y
padres de familia para mantenerse bien con ellos mismos y transmitir felicidad
a sus hijos? La experta los explica en su libro Hazlos felices para que sean
buenos. Aquí los enumeramos…
1. Tener un grupo de amigos.
2. Quererse y cuidarse a uno mismo.
3. Hacer ejercicio.
4. Sacar tiempo para resolver cualquier problema
que se presente.
5. Sacar tiempo para la vida en pareja, sin
niños.
Referencia:
“7
fórmulas para criar hijos felices”, 29 Septiembre 2012, http://www.eluniversal.com.co/especiales/nueva/7-formulas-para-criar-hijos-felices-92573
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