A continuación se
reproduce un interesante artículo, que pone en la “balanza” en vivir el día a
día y los aspectos financieros:
La
experiencia del carpe diem: pros y contras de vivir como si no hubiera mañana
Vivir
cada día como si fuera el último es una de las máximas promovidas desde la
psicología positiva para alcanzar la felicidad.
La plenitud vital se asocia cada vez más con la intensidad de las experiencias
del día a día y con la búsqueda constante del disfrute hasta rozar las
tendencias hedonistas. El ‘carpe diem’ se ha convertido en una opción
prácticamente incuestionable para las sociedades modernas cimentadas sobre la
base de la aceleración y la incertidumbre. Una forma comprensible de
enfrentarse a la vida pero que, como todo, tiene sus pros y sus contras.
El psicólogo de la
Universidad de San Francisco Ryan Howell ha centrado sus investigaciones
académicas en las metodologías para alcanzar la felicidad, haciendo hincapié en
el papel que juega el dinero en este propósito. Partiendo de la base de que la
libertad financiera es una condición indispensable para vivir satisfechos, ha tratado
de identificar los beneficios y los costos económicos de vivir el momento. Su
principal conclusión es que practicar el
carpe diem “tiene un impacto positivo sobre nuestras emociones, pero esta forma
de actuar perjudica nuestras finanzas”.
Seguridad económica y
satisfacción
Para Howell, la
correcta gestión de nuestras finanzas está directamente relacionada con la
felicidad. Por ello, pone en duda que una práctica “contraria al ahorro” sea el
mejor camino para sentirnos plenamente satisfechos, al menos, a medio y largo
plazo. Los experimentos anteriores llevados a cabo por el psicólogo de la
Universidad de San Francisco han demostrado que “los individuos con mayor
capacidad de ahorro tienden a sentirse más seguros y, por tanto, están más
satisfechos con sus vidas que las personas despilfarradoras”.
La planificación de
la economía doméstica no suele ser un hábito propio de la gente que vive el
momento. “Esto significa que en muchos de los casos ni siquiera saben de cuánto
dinero disponen, cuánto deben y cuál sería la cantidad razonable que podrían
gastar”, explica el psicólogo. Una falta de planificación financiera que los
hace “más propensos a convertirse en compradores compulsivos, sufrir así más
penurias económicas, y acabar por sentirse insatisfechos en su vida”, añade
Howell.
Por el contrario, las
conclusiones de estos estudios reflejan también que las personas que se esfuerzan por vivir el momento tienden a
experimentar más emociones positivas. Las sensaciones de alegría y euforia
son más habituales entre estas personas, si bien se trata de picos irregulares
que también pueden llevarlos con frecuencia a experimentar justo todo lo
contrario.
La fórmula de la
felicidad equilibrada
Las relaciones
sociales también son más numerosas entre aquellos que tratan de vivir el
momento, además de que éstas son más estimulantes. Una intensa vida social que los hace más extrovertidos, “una aptitud
necesaria para la felicidad”. La capacidad de adaptación a los cambios y de
enfrentarse a nuevos retos es otra de las características positivas de este
grupo de gente que Howell señala.
El carpe diem está
rodeado, por tanto, de aspectos positivos y negativos, lo que convierte el
camino hacia la felicidad en un complejo reto. Es por ello que Howell apuesta
por una práctica que ha dado en llamar carpe
diem “equilibrado”. Es decir, “vivir
el momento para aumentar las emociones positivas y las relaciones sociales,
pero siendo conscientes de nuestra capacidad financiera”, sin dejar de lado
la planificación de la economía doméstica. Una fórmula para alcanzar la
felicidad, sentencia el psicólogo, que nos permitirá disfrutar del presente sin
influir negativamente en el futuro.
Referencia:
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013/03/30/la-experiencia-del-carpe-diem-pros-y-contras-de-vivir-como-si-no-hubiera-manana-117630/
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