Se
transcribe a continuación del artículo de Carolina Cruz, que manifiesta
claramente que para ser feliz la prioridad no es la riqueza:
“No amen el dinero;
estén contentos con lo que tienen, pues Dios ha dicho: ‘Nunca te fallaré. Jamás
te abandonaré”. (Heb.13:5)
En
días anteriores escuchaba a un sabio señor que me hacía una comparación entre sus
tiempos de crianza y los nuestros. “En nuestros días el pobre se vestía de
pobre, y el rico se vestía de rico. No había entre las clases la más mínima
similitud. Hoy día, el pobre quiere vestirse de rico y el rico ya no sabe qué
ponerse. Mientras más exclusiva la marca, más imitaciones llama”.
El
escritor Publio Siro declaró que al pobre le faltan muchas cosas, más al avaro,
todas.
Las
personas que piensan en función de consumir, no en función de necesidad, son
literalmente consumidas por esta inclinación devoradora de adquirir y adquirir.
Muchas veces se
afanan por continuar acumulando bienes, y olvidan disfrutar lo que con mucho
esfuerzo han logrado. En la actualidad, la sociedad
consumista nos desafía cada día en una loca carrera por comprar y comprar, y
nos autoengaña al pensar que si con lo que se tiene no se es feliz, lo que
falta quizás puede completar ese abstracto concepto de felicidad.
En
los barrios mucha juventud se jacta de usar piezas de marcas conocidas en el
ámbito mundial. Zapatos, correas, carteras y demás adornan sus vidas y provocan
riñas, competencia y envidia. Muchos se endeudan sin necesidad y hasta matan
por saciar ese vacío de identidad que asumen que una marca puede llenar. Pero
como dijo Salomón: “Hay quienes pretenden ser ricos, y no tienen nada; y hay
quienes pretenden ser pobres, y tienen muchas riquezas”.
Dios tiene una
promesa de nunca fallarnos ni abandonarnos. Seamos felices y estemos
satisfechos con lo que tenemos, todo lo demás es puro cuento.
Referencia:
Carolina
Cruz, “La prioridad no es riqueza, sino felicidad”, http://www.listindiario.com.do/la-vida/2013/4/1/271499/La-prioridad-no-es-riqueza-sino-felicidad,
2 Abril 2013.
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