La periodista Natalia Martín Cantero, nos comenta los estudios realizados sobre la felicidad respecto a la edad de las personas:
Algunos aspectos que considero que son relevantes:A pesar de la pérdida de musculatura, de las gafas, las arrugas o las canas, cuando envejecemos somos más felices. Ya sabíamos de la sabiduría de los mayores; ahora disponemos de otra prueba sobre su felicidad: pasada la etapa de los cuarenta y tantos –la famosa crisis de la mediana edad– la gente se siente mejor.
Investigaciones realizadas hace dos años la Academia Nacional de las Ciencias de EEUU a partir de una encuesta a 341.000 personas y que muestra que el disfrute de la vida desciende a partir de los 30 años, toca fondo sobre los 45 y, a partir de ahí, vuelve a subir, alcanzando su cúspide a los 85 años.
Un cruce de encuestas elaboradas a personas de 72 países mostró que, aunque las cifras concretas varían según lugares (los ucranianos, el extremo, son más infelices a los 62 años, mientras que la edad fatídica para los suizos son los 35) confirma que la gente de la mayoría de los países alcanza su máximo nivel de infelicidad entre los 40 y 50 años. La media global son los 46 años.
¿Tendremos que esperar a los 80 años para ser felices?
Estadísticamente, parece que sí. Es lo que asegura el profesor emérito de biología Lewis Wolpert, en su libro You´re Looking Very Well (subtitulado “la sorprendente forma de envejecer”). Wolpert se refiere a esa intuición universal de que cuanto mayores nos hacemos, más lejos vemos lo que significa “viejo”, y explica por qué a partir de los 45 la gente se hace más alegre y optimista, y alcanza la plenitud cuando llega a los 70 o incluso 80 años.
Referencia:
“¿Cuarentón e infeliz? No te preocupes, la ciencia dice que es normal”, Natalia Martín Cantero, 22 de marzo de 2012.
http://smoda.elpais.com/articulos/viejo-y-feliz/1314
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