A continuación se reproduce
el artículo de “El Aviso Magazine”, sobre el cuidado que hay que tener y la
confusión que se produce en relación al querer pasar algunos momentos de
bienestar, con el de lograr la Felicidad
duradera:
Durante mucho tiempo
se han realizado cientos de investigaciones sobre el sentimiento que producen
determinados alimentos a nuestro estado
de ánimo.
El último estudio dio como resultado que
cuando comemos una hamburguesa con mucha grasa, sabemos que a largo plazo eso
no nos hará felices, pero en el momento sí. O sea, beneficio presente versus
perjuicio a futuro. Esta actitud repetida durante la vida forma personas
hedonistas, aquellos que sólo buscan el placer inmediato aunque sacrifiquen su
beneficio futuro.
Ahora bien si en vez
de comer una hamburguesa de carne llena de grasa, comiera una vegetariana
sacrificaría el sabor y el placer inmediato porque está concentrado en su
futuro. Podría parecer lo “más feliz que puede ser”, pero en el fondo lo pasa
mal toda la vida. Este es el rat racer (*):
Es el prototipo más
peligroso, porque encuentra gran aprobación social: sacrifica su vida por una
gran meta. Se confunde con el éxito, los pares lo felicitan porque ha logrado
su objetivo y nadie pregunta cómo lo pasó en el proceso. “La sociedad premia los resultados, no los procesos; las llegadas y no
el viaje. Cuando alcanzamos el objetivo y llegamos a la meta experimentamos un
alivio que confundimos con felicidad”, señala el doctor Ben Shahar,
profesor del curso psicología positiva, de la Universidad de Harvard.
Y el alivio, dice, es
una felicidad negativa pues proviene de la ausencia de stress, dolor o
ansiedad, presupone una experiencia negativa anterior y, además, es temporal y
su efecto dura poco. Al confundir alivio con felicidad, continua inventándose
objetivos por los cuales luchan, creyendo que cuando los consiga podrá ser
feliz de nuevo. Esto es como meter la cabeza a la tina y estar feliz porque al
sacarla uno puede respirar de nuevo.
Cuando siente que no
llega la felicidad que esperaba piensa que llegará en la próxima promoción, con
la próxima compra, en el próximo triunfo. Y
la felicidad está mucho más determinada por nuestro estado mental que por
nuestra cuenta bancaria o nuestros ascensos en la oficina. Está
extensivamente demostrado que una vez que las necesidades de abrigo, techo y
comida están satisfechas la plata adicional no hace diferencia en los niveles
de felicidad de nadie”.
La peor hamburguesa
es la del escéptico, el que cree que la vida no tiene sentido, que la felicidad
no existe. El escéptico se come una hamburguesa mala, se queja por la comida
chatarra y más encima sabe que le hará pésimo a futuro, pero piensa que en
estos tiempos no hay alternativa: perjuicio presente y futuro.
El doctor afirma que la felicidad es un estado formado por dos
emociones primordiales: el placer inmediato y la noción de significado o
trascendencia. Una vida feliz se compone de actividades que complementan
estas cosas y otras que las combinan.
“Es cierto, hay actividades inevitables que
no nos darán ni placer ni significado, como pagar los impuestos, pero hay
muchas otras como ver insatisfecho tres horas de TV que sí podemos evitar”. Por
lo tanto, “Para ser más felices hay que
aumentar las horas que pasamos en aquello que nos da placer o significado, y
disminuir las otras”. La tarea es hacerlo.
Referencia:
“¿Una
hamburguesa te dará la felicidad?”, 24 Septiembre 2012, http://www.elaviso.com/articulos/salud-y-bienestar/para-vivir-mejor/4465-%C2%BFuna-hamburguesa-te-dar%C3%A1-la-felicidad.html
(*)Una
carrera de ratas es una búsqueda sin fin, contraproducente o inútil. Evoca la
imagen de los esfuerzos inútiles de una rata de laboratorio tratando de escapar
durante la ejecución de un laberinto o en una rueda.
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