A
continuación un extracto del artículo de Omar R. Goncebat, titulado “Conviértase en un sembrador de
alegría”, publicado en www.vanguardia.com.mx.
Omar
R. Goncebat nos dice:
El
prestigioso psicólogo y pedagogo Bernabé Tierno, muestra su reconocimiento
hacia “esas personas que parece que han venido al mundo para celebrar
constantemente la vida y en todo lo que hacen, y allá por donde pisan, dejan
una huella indeleble y el recuerdo de su jovialidad, simpatía y bondad”.
Precisamente
la jovialidad, junto el buen carácter, el entusiasmo, el sentido del humor y el
optimismo vital, conforman –según el director del portal de internet Club
Optimista Vital- “el quinteto de la felicidad y del éxito, que más amigos y
bondades puede reportarnos a lo largo de la vida”. Son los cinco atributos de
los individuos que Tierno denomina “sembradores de alegría”.
Según
el autor del libro “Los pilares de la Felicidad”, si aplicamos este quinteto de
virtudes a nuestra vida nos ayudará a cosechar éxitos en cualquier área, “tanto
para progresar en nuestra profesión y mejorar nuestras relaciones, como al
negociar y convencer a otras personas o intentar corregir conductas ajenas”.
Aunque
son numerosos “los pájaros de mal agüero que convierten las simples molestias
en catástrofes y que nos meten el miedo en el cuerpo, también abundan las
personas que nos contagian constantemente su buen humor y alegría y saben
desdramatizar las cosas”, señalaba el psicólogo, en declaraciones a la revista
especializada ‘Psicología Práctica’.
Según
Bernabé Tierno los sembradores de alegría son “aquellos que saben ver que,
aunque la tormenta que se acerca y parece que se convertirá en un diluvio, todo
queda después en un simple aguacero” y cumplen en sus vidas con uno de los
grandes pensamientos del filósofo Blas Pascal: “estando siempre dispuestos a
ser felices, es inevitable serlo”.
LA
FELICIDAD TAMBIÉN SE APRENDE
¿Las
personas que siembran felicidad, nacen o se hacen? Según el psicoterapeuta y
coach personal y ejecutivo, Jose María Sanz:
“Existe gente que de forma natural posee un talante entusiasta, alegre y
positivo, porque está en sus genes o bien porque han crecido en un ambiente
familiar y social que ha fomentado esta forma vitalista de ser y comportarse”.
“Otras
personas –según Sanz- pueden aprender a ser más optimistas y alegres y
contagiarlo a los demás. Aunque en verdad se trata de reaprender, porque la
felicidad es el estado natural de del ser humano. Surge espontáneamente cuando
se es niño, y va opacándose con el paso de tempo. Se trata de recuperar esa
alegría que sigue viva en nuestro interior, dejando que aflore”.
“El
buen humor y las actitudes positivas pueden ‘contagiarse’ de una persona a
otra. La gente optimista ‘contagia’ su actitud a quienes la rodean, como
demuestran los grandes oradores, que movilizan mucho a la gente que los
escucha, trasmitiéndole un ánimo positivo y una visión del ‘lado bueno’ de las
cosas”, señala Sanz (http://www.facebook.com/chema.sanz).
“Ver a una persona sonriendo nos ilumina la
cara y anima la vida. Si sonreímos, buscamos cosas que nos hagan reír y sentir
bien, como ver una comedia o escuchar chistes, o evocamos los recuerdos
positivos de cuándo las cosas han salido bien, nuestro cuerpo se expande y se
abre y nuestro ánimo sube”, explica.
“Hay
que ver lo que ocurre y como resolverlo, poniendo la mayoría de la atención en
las soluciones. Para los optimistas, los inconvenientes son un reto. Aceptan lo
que ha surgido y se plantean como
solucionarlo. Ante los reveses, buscan una ilusión que les de fuerzas y la forma de salir del atolladero”, añade.
Para
fomentar la alegría y el entusiasmo Sanz, sugiere cultivarlo intentando a
diario “sonreír y hallar la salida a lo que ocurra y recordar al cabo de la
jornada, no sólo los momentos bonitos sino aquellas situaciones difíciles de
las que hemos salido airosos”.
Para
este psicoterapeuta también es importante sentirse agradecido hacia la vida, el
mundo, los demás, porque “la gratitud torna más positiva y sincera nuestra
relación con la gente que nos rodea. Al sonreír a la vida, la vida nos sonríe.
Al alegrar nuestra propia existencia, se la alegramos a los demás”.
UNA
VIDA CON VOCACION DE SERVICIO
Para
el psicólogo clínico José Elías, director del Centro Joselías de Terapias, el
optimismo “es una actitud ante la vida que puede cultivarse, ampliarse y
aprenderse, como otras habilidades. Para desarrollarla recomienda “destinar
cada día un poco de nuestra energía a un causa noble, a actividades tan
sencillas como ser más cariñoso con la familia o hacer un favor a un amigo”.
“Una
vida en la que se prescinde de ayudar a los demás o que no tenga una causa
elevada, casi siempre se traduce en
sensaciones de vacío, soledad y depresión. Cuando uno dedica su energía
a una buena causa, se vuelve activo y se enriquece”, señala.
Un
sembrador de alegría, según Elías, es “una persona que ve la vida con sus
alegrías y tristezas, satisfacciones y
problemas, adversidades y fortunas. Es alguien que busca salidas y soluciones
creativas a los inconvenientes, que aprende de los errores, convirtiéndolos en
valiosas lecciones para el futuro”.
El
optimismo también se nutre de luchar por convertir nuestros sueños en realidad,
según Elías, quien aconseja “empezar ya mismo a poner los cimientos para poder
ir en busca nuestros objetivos y cambiar aquellos aspectos de nuestra vida que
queramos cambiar. Mantenerse activo levanta el ánimo“
“Escuchar
música relajante, leer un libro alentador o enriquecedor o jugar con nuestros
hijos, en vez de abarrotarse de la información negativa que llega a través
de algunos medios de comunicación, puede
parecer una táctica que nos aleja del mundo pero, en realidad, alejarse unos
días de la actualidad permite apreciar las cosas y nuestra vida en su justo
valor”, según Elías.
“A
veces es bueno desconectar unos días del mundo, para recuperar las energías y
el ánimo, y cuidar un poco de uno mismo.
Cuando nos sintamos más fuertes seremos capaces de sintonizar mejor con nuestra
propia alegría interior y con las demás personas”, señala Elías.
DESTACADOS:
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Según el psicólogo y pedagogo Bernabé Tierno, autor de “Los pilares de la
Felicidad”, los sembradores de alegría aplican a su vida uno de los grandes
pensamientos del filósofo Blas Pascal: “estando siempre dispuestos a ser
felices, es inevitable serlo”.
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"El buen humor y las actitudes positivas pueden ‘contagiarse’ de una
persona a otra, como demuestran los grandes oradores, que movilizan mucho a la
gente que los escucha, trasmitiéndole un ánimo positivo y una visión del ‘lado
bueno’ de las cosas”, según el coach personal y ejecutivo Jose María Sanz.
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Un sembrador de alegría, según psicólogo clínico José Elías, es “alguien que ve
la vida con sus alegrías y tristezas,
satisfacciones y problemas, adversidades y fortunas. Alguien que busca
salidas y soluciones creativas a los inconvenientes, que aprende de los
errores, convirtiéndolos en lecciones”.
Citado
en:
Omar
R. Goncebat, “Conviértase en un sembrador de alegría”, 12 noviembre 2012, http://www.vanguardia.com.mx/conviertaseenunsembradordealegria-1416018.html
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