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sábado, 28 de septiembre de 2019

La Felicidad se construye día a día


La felicidad se construye día a día y debemos convertirnos en agentes de nuestra propia felicidad.

Resumen:
Se mencionan diferentes enfoques de la felicidad, pero se entregan mayores antecedentes de la orientación de “la felicidad se construye”. Debemos convertirnos en agentes de nuestra propia felicidad y desarrollar “actividades deliberadas” que nos hagan felices todos los días.

Enfoque de la felicidad:
Para un acercamiento del tema de la felicidad, podemos recurrir a los siguientes enfoques:
-      La felicidad se busca.
-      La felicidad son los placeres de la vida.
-      La felicidad no puede ser lograda por el ser humano.
-      La felicidad se construye.

El enfoque de que la felicidad se debe buscar tiene entre otros inconvenientes, el que normalmente el ser humano se centra en la búsqueda en donde no está. Por ejemplo, los aspectos externos como son el dinero, el país de nacimiento, etc.

El enfoque de que la felicidad es disfrutar de la vida, que es el clásico enfoque del filósofo griego Epicuro, planteaba que la finalidad de la existencia del ser humano es conseguir una vida feliz, lo que se logra mediante los placeres.

El enfoque que la felicidad no puede lograrse por el ser humano es el razonamiento de la línea evolutiva, en la cual se indica que nuestras orientaciones básicas son hacia la sobrevivencia y la reproducción y no hacia la felicidad.

Me inclino por el enfoque que la felicidad se construye y que demanda esfuerzos, los que son particulares para cada una de las personas.

Con el objeto de conocer más detalles de este último enfoque, que considera que la felicidad se construye, se presenta a continuación un extracto del artículo de Manuel Chaves Quirós: “La felicidad se construye, no se hereda”, en la que se entregan antecedentes aportados por la psicóloga Sonja Lyubimirsky, en su libro: “La ciencia de la felicidad”.

La felicidad se construye, no se hereda (1):

A veces pensamos que la felicidad es algo que depende de la buena suerte. Algunos piensan que son merecedores de ella y esperan que aparezca como por arte de magia. Otros ni siquiera se creen merecedores de vivir felices.
Puede ser que en el devenir de nuestra vida se nos presenten oportunidades, pero ello no es suficiente ya que hay que favorecer esas oportunidades para convertirnos en personas felices. Si no intentamos ser felices, si no hacemos nada, las probabilidades de éxito se reducen a cero. De ahí la importancia de percibirnos como agentes de nuestra propia felicidad.

Sobre este tema ya tiene algunos años investigando y escribiendo Sonja Lyubimirsky, psicóloga ruso-norteamericana, quien plantea una muy interesante teoría en su libro “La ciencia de la felicidad”, donde determina que este es un tema impulsado por el espíritu de una época individualista que vivimos en la actualidad y cuyo tratamiento en libros de autoayuda carece de la información empírica que solo se puede obtener de la investigación.
Según diversos estudios que ha realizado, el 50% de la felicidad que sentimos depende de nuestros genes y solo un 10% de ella depende de nuestras circunstancias vitales (todo lo que nos ha sucedido ya).
Sin embargo, aquí es donde entra en juego la importancia del concepto de la “solución al 40 por ciento”, lo cual nos conduce a señalar que la construcción de la felicidad sí puede depender de cada persona.
Ese concepto se refiere al restante 40% de la ecuación que plantea, el cual depende exclusivamente de las acciones que emprendamos diariamente de forma consciente, lo cual quiere decir que casi la mitad de la felicidad que experimentamos depende de lo que hacemos para obtenerla.
Esto nos permite tener la certeza de que podemos llegar a ser felices y que vale la pena esforzarse, no por la “búsqueda de la felicidad”, porque, según su planteamiento, ni es un golpe de suerte ni es heredable ni tampoco algo que se nos haya perdido, sino que es algo que construimos en el día a día.

Así las cosas, las circunstancias de la vida como el dinero o el estado civil no son la clave de la felicidad. El verdadero elemento decisivo es nuestro comportamiento. La verdadera clave no consiste en cambiar nuestra genética (de todos modos, no lo podemos hacer) ni cambiar las circunstancias de vida que ya sucedieron sino en ejercer el poder para desarrollar “actividades deliberadas” que nos hagan felices todos los días.
Tenemos el potencial de poder controlar en un 40% nuestro estado de felicidad, un 40% de oportunidades para aumentar o disminuir ese nivel a través de lo que hacemos y pensamos.
¿Estará dispuesto a delegar su felicidad a circunstancias que no se pueden cambiar ya o no dependen de usted o quiere hacer valer el poder que lleva dentro de sí mismo para decidir ser feliz?
Créame que usted tiene lo necesario para hacer de su vida algo maravilloso.

El Modelo MIFE (2):
Considerando los aspectos investigados por Sonja Lyubomirsky se desarrolló el Modelo MIFE, que es un acrónimo de: Modelo Integrado de la FElicidad.

El desafío del trabajo con el modelo es descubrir cuáles son nuestras propias actividades que nos permiten aumentar nuestro nivel de felicidad y seleccionar el camino que más se ajuste a las características personales e individuales y así mejorar nuestro nivel de felicidad.

Específicamente, el modelo MIFE considera una propuesta de mejoramiento del nivel de felicidad, compuesto por los tres aspectos que impactan el nivel de felicidad de las personas y que fue investigado por la especialista Sonja Lyubomirsky, como son la “genética”, la “voluntad” y las “circunstancias de la vida”. Y principalmente las actividades que pueden llevarse a cabo en los planos físico, emocional, mental y espiritual, que nos permite incrementar el aspecto de la “voluntad” o “actividades deliberadas”, desarrolladas por el autor (2), y que actualmente se entregan como parte del “Taller de la Felicidad basado en el Modelo MIFE”.

El camino de la felicidad no es gratis, porque requiere esfuerzo propio, pero desde luego que vale la pena.

Un abrazo,







Referencias:
(1)   Manuel Chaves Quirós, “La felicidad se construye, no se hereda”, http://www.diarioextra.com/Noticia/detalle/398597/la-felicidad-se-construye,-no-se-hereda, 14 septiembre 2019.
(2)   Victor Hugo Ramón Vergara Medina, “Sensibilidades sobre la Felicidad y el Modelo MIFE”, https://prisma101-1.blogspot.com/2017/04/sensibilidades-sobre-la-felicidad-y-el.html, 18 abril 2017.

 


jueves, 5 de septiembre de 2019

La Felicidad no es tener más dinero.


La acumulación de dinero, no aumenta la felicidad

Resumen:
La literatura sapiencial como La Biblia, nos entrega historias de lo que significa el acumular dinero para un cristiano y su resultado para alcanzar la felicidad.

Desde “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de los cielos”, a otras más impactantes que nos cuentan trajedias conmovedoras de los hombres ricos.

Se entregan antecedentes que manifiestan que el dinero no compra la felicidad, y para aquellos casos en que la utilización del dinero si nos permite mejorar nuestro nivel de felicidad.

El hombre rico y el hombre pobre:
Para los cristianos, hay variadas citas bíblicas en la que se previene a las personas, de los riesgos de la acumulación de dinero en la vida terrena. 

La más conocida quizás sea Mateo 19, 23-30: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de los cielos” (1):

Jesús dijo a sus discípulos: “Les aseguro que difícilmente un rico entrará en el Reino de los Cielos. Sí, les repito, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos”.

Pero, quizás la más dramática es lo relatado en el Evangelio según san Lucas 16, 19-31 “El rico Epulón y el pobre Lázaro” (2):

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: Había un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestasY uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico...pero hasta los perros venían y le lamían las llagas.Sucedió, pues, que murió el pobrey fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el ricoy fue sepultado. Estando en el infierno entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo: "Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama". Pero Abraham le dijo: "Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros". Replicó: "Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento". Le dijo Abraham: "Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan". Él dijo: "No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán". Le contestó: "Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite".

Se nos relata la desesperación del hombre rico, que pide que le permitan volver a la vida para avisar a sus integrantes de la familia, de lo que sucede en el cielo con los hombres que acumulan riquezas en la tierra.

Se adjunta a continuación un artículo de Rafael Zavala, “Los ricos y la felicidad” (3), que proporciona antecedentes sobre las dificultades que tienen los ricos para alcanzar la felicidad:

Los ricos y la felicidad (3):
Hoy está tan arraigada la creencia de que el dinero compra la felicidad que muchos que se la creen terminan estrellándose contra una realidad esquiva y diametralmente opuesta a ese razonamiento.

Si bien es cierto el dinero no da la felicidad, sí la puede comprar. La duda es cuánta cantidad. Y no es tanta como uno espera porque no sabemos administrar el dinero. Nos acostumbramos demasiado rápido al nuevo tren de vida y nos comparamos con personas más afortunadas, lo cual disminuye nuestra felicidad.

Muchas veces hablamos de la falta de dinero como una de las causas de nuestros males. Atribuimos que por eso no podemos ser completamente felices, que no tenemos todo lo que deseamos y que siempre nos está faltando algopara ser “iguales” a los demás, incluyendo en “todos los demás” a unos pocos que pueden tener alguna superioridad en un bien material, por ejemplo. Sin embargo, el dinero no siempre nos permitirá cubrir las necesidades y lograr satisfacciones, y una vez que lo obtengamos, nos daremos cuenta de que igual nos siguen faltando otros bienes.

Vivimos pendientes de lo que los demás piensan de nosotros. Nos enfocamos más en hacer creer a los demás que somos felices que en tratar de serlo.
En 1938 Harvard puso en marcha el Estudio Grant para dar seguimiento a la vida de 268 de sus estudiantes, de 18 años o mayores, y determinar, entre otras cosas, qué características, hábitos o experiencias permiten prosperar a las personas. El estudio confirmó algunas cosas que el sentido común nos dice que son ciertas: que recibir amor en la infancia anuncia la felicidad en la edad adulta, que los hombres son más felices en sus años de madurez si están cerca de sus hijos y que uno de los factores predictivos de la felicidad en la vejez es tener un buen matrimonio.

Enrique Rojas, psiquiatra español, recomienda para vivir una vida feliz cosas sencillas, como reír con amigos, dormir bien por la noche, sonreír a los demás, hacer bien un trabajo, entre otras.

Finalmente,Manel Baucells, profesor de economía y empresas, recomienda que, mediante algunas actividades, como las prácticas espirituales, la meditación o el rezo, uno puede obtener una mejor perspectiva de la vida y reducir los efectos perjudiciales de la comparación…

¿Cuando el dinero aporta felicidad?:
De lo indicado en “¿Por qué se habla de la Felicidad? (4), podemos obtener cuando el dinero nos aporta felicidad:

… todos sabemos que no basta sólo con tener dinero para ser feliz y de la gran cantidad de estudios sobre el tema se concluye que los más claro es que el dinero (posterior a un monto para vivir adecuadamente), no aporta mayor felicidad, a no ser que se destine para: 
-       ayudar a los demás, 
-       gastarlo en adquirir experiencias (por ejemplo; viajando), y/o,
-       para comprar tiempo (recurso muy escaso y crítico para el ser humano).

Un abrazo,








Referencias:
(1)  Mateo 19, 23-30: “Es Más Fácil Que Un Camello Pase Por El Ojo De Una Aguja, Que Un Rico Entre En El Reino De Los Cielos.”,  https://boosco.org/www/2018/08/20/mateo-19-23-30-es-mas-facil-que-un-camello-pase-por-el-ojo-de-una-aguja-que-un-rico-entre-en-el-reino-de-los-cielos/, 21 agosto 2018.
(2)  “El rico Epulón y el pobre Lázaro“, https://es.catholic.net/op/articulos/13088/cat/565/el-rico-epulon-y-el-pobre-lazaro.html#modal, consultado 4 septiembre 2019.
(3)  Rafael Zavala, “Los ricos y la felicidad”, http://www.elperuano.pe/noticia-los-ricos-y-felicidad-82959.aspx, 31 agosto 2019.
(4)  Citado en: Víctor Hugo Ramón Vergara Medina, “¿Por qué se habla de la Felicidad?”, https://prisma101-1.blogspot.com/2017/09/porque-se-habla-de-la-felicidad.html, 26 septiembre 2017.

(5)  Imagen obtenida de: https://customersplus4u.com/items/el-dinero-no-te-da-la-felicidad/16878, consultado 3 septiembre 2019.