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viernes, 31 de enero de 2020

La Normas de Felicidad de los Mexicanos


Los Líderes políticos pueden incorporar iniciativas gubernamentales para mejorar los niveles de felicidad de sus pueblos.
Resumen:
Las naciones adoptan diferentes esquemas políticos para que sus pueblos caminen en la dirección que les permita a las personas lograr mayores niveles de felicidad.
Existen variados casos, desde la declaración de independencia de los Estados Unidos de Norteamérica, que garantiza el derecho de lograr la felicidad, al caso de Bután que usa el índice de “Felicidad Nacional Bruta”, como una alternativa al conocido “Producto Interno Bruto (PIB)”.
Se entregan antecedentes del caso más reciente de México, que ha creado y puesto en vigencia la NOM 035 que es una herramienta para mejorar los espacios de trabajo, en busca de disminuir los niveles de estrés, ansiedad, depresión y hostigamiento en los colaboradores.
Felicidad y Política:
Existen diferentes esquemas políticos adoptados por las naciones con el propósito que los pueblos caminen en la dirección que les permita a las personas lograr mayores niveles de felicidad.
Se puede mencionar los siguientes casos:
Estados Unidos de Norteamérica (1):
En la declaración de Independencia de Estados Unidos de Norteamérica realizada por Thomas Jefferson, se tiene la siguiente frase atribuible a Benjamín Franklin:
“La constitución sólo garantiza al pueblo norteamericano el derecho a buscar la felicidad. Tienes que lograrla tú mismo”.
Bután (2):
El rey de Bután introdujo por primera vez el concepto de “Felicidad Nacional Bruta”, como una alternativa al conocido PIB, que representa según su creador: 
El puente entre los valores fundamentales de la bondad, la igualdad, la humanidad y la búsqueda del crecimiento económico
En algunos países la felicidad es un derecho constitucional, como son los casos de: Japón, Corea del Sur y más recientemente Brasil (3).
Medición de la Felicidad:
Sabemos que para mejorar necesariamente debemos medir, por lo que han aparecido diferentes índices que permiten ordenar el nivel de felicidad de los países:
World Happiness Report o Reporte de la Felicidad del Mundo (4):
El Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia de Estados Unidos publicó su World Happiness Report que, a través de encuestas realizadas en varios países, han tratado de descubrir quiénes son las personas más felices y qué factores determinan esta condición.
Happy Planet Index o El Índice Planeta Feliz (5):
Es un índice alternativo de desarrollo, bienestar humano y ambiental. Se da a conocer periódicamente por New Economics Foundation.
El índice proporciona el nivel de felicidad de los países del mundo y mide tres cosas: el bienestar que los habitantes de una nación dicen tener, la esperanza de vida al nacer y la huella ecológica de una nación.
El caso mexicano:
Hace poco se ha conocido la entrada en vigor de una norma para los mexicanos, la que está orientada en crear escenarios que consideren e incorporen más elementos en favor de un estado de plenitud y bienestar.
Se presenta a continuación un extracto del artículo de Dora Valdez: “La felicidad como norma en México”, en que se proporcionan más antecedentes de esta iniciativa.
La felicidad como norma en México (6):
¿Necesitamos, como seres humanos, normas legales para ser más felices? Seguramente ya has escuchado hablar de la NOM 035: regulación que entró en vigor en el Diario Oficial de la Federación Mexicana en fechas recientes.
En resumen, la NOM 035 fue creada como una herramienta para mejorar los espacios de trabajo, en busca de disminuir los niveles de estrés, ansiedad, depresión y hostigamiento en los colaboradores. Según un reporte reciente del Instituto Mexicano del Seguro Social, el 75% de los mexicanos padece de estrés laboral, número que ha ido en aumento en los últimos años.
Para atender el reto primero debemos entenderlo y definirlo. Si la felicidad es un estado subjetivo basado en una decisión personal, ¿cómo se puede normar en las empresas? Podríamos decir que la meta de la regulación es crear escenarios que consideren e incorporen más elementos en favor de un estado de plenitud y bienestar.
Una empresa con una cultura laboral exitosa es aquella que surge desde las raíces; es decir, una cuyos dueños tengan una preocupación genuina por el bienestar y la salud integral de todos sus colaboradores y no solo por el interés financiero propio. 
En un buen clima laboral también existe un alto grado de lealtad y compromiso recíproco: los dueños se preocupan por los colaboradores y los colaboradores por el negocio. Basta ver culturas como las de Disney, Google, Chovani y Zappos, que son ejemplo de buenas prácticas.
Ahora bien, el debate puede llegar cuando se busca señalar a un solo responsable de crear una buena cultura. En realidad, la respuesta es simple: todos. Todos somos responsables de crearla, sin subestimar, claro, la influencia de los socios y directores de primera línea (también llamados C-Suite), quienes toman decisiones y son referentes de comportamiento; si el CEO no cumple con los valores exigidos en la organización, es probable que esto cree un efecto dominó en el que ni su C-Suite ni el resto de los colaboradores tampoco los adopten o los pongan en práctica. 
Los resultados:
Sabemos que la felicidad no es un tema fácil de definir o lograr una comprensión y sensibilidad de parte de las personas. Pero si es básico que las personas deben tomar la decisión de ser feliz, si quieren lograrlo. Esto también es importante en las sociedades, en que los países deben definir si quieren que su pueblo pueda caminar en la ruta de la felicidad, a través de instrumentos como la declaración de independencia, la constitución, normas legales o simplemente siguiendo ciertos índices de medición del avance de las sociedades por el camino que se ha trazado.

Un abrazo,






Referencias:
(1)  Citado en: Víctor Hugo Ramón Vergara Medina, “La Felicidad en la política”, https://prisma101-1.blogspot.com/2016/11/la-felicidad-en-la-politica.html, 21 noviembre 2016.
(2)  Citado en: Víctor Hugo Ramón Vergara Medina, “FNB – Felicidad Nacional Bruta”, https://prisma101-1.blogspot.com/2015/07/fnb-felicidad-nacional-bruta.html, 2 julio 2015.
(3)  Citado en: Víctor Hugo Ramón Vergara Medina, “El poner atención a la Felicidad… significa también cuidar el Planeta”, https://prisma101-1.blogspot.com/2012/04/el-poner-atencion-la-felicidad.html, 22 abril 2012.
(4)  Citado en: Víctor Hugo Ramón Vergara Medina, “¿Dónde hay más felicidad en nuestro Planeta Tierra?”, 11 abril 2012.
(5)  Citado en: Víctor Hugo Ramón Vergara Medina, “Happy Planet Index o El Índice Planeta Feliz”, https://prisma101-1.blogspot.com/2012/06/happy-planet-index-o-el-indice-planeta.html, 23 junio 2012.
(6)   Citado en: Dora Valdez, “La felicidad como norma en México”, https://www.forbes.com.mx/la-felicidad-como-norma-en-mexico/, 21 noviembre 2019.
(7)  Imagen obtenida de: https://enpositivo.com/2013/04/sociedad-feliz/,  consultado 31 enero 2020.

domingo, 26 de enero de 2020

La Felicidad según San Agustín


Busca lo que amas asegurándote que lo que amas es bueno. Y, cuando lo tengas disfrútalo y gózalo.  
Resumen:
Se sabe de las dificultades para lograr una definición de la felicidad, por lo que se tienen líneas alternativas que, si bien no se realiza una definición, lo que proporcionan una mejor comprensión de la felicidad.
Una línea es indicar lo que no es la felicidad, la que fue desarrollada por San Agustín, que define que existen tres tipos de hombres, los que no alcanzarán nunca la felicidad:
-       Los que no poseen lo que aman.
-       Los que aman lo que les hace daño.
-       Los que no aman lo que poseen.
Dificultades de definir felicidad:
Son conocidas las dificultades que se tienen para lograr una definición de la felicidad, lo que se han generado líneas alternativas que, si bien no se realiza una definición, lo que se entrega mejora nuestra comprensión de la felicidad.
Una línea es indicar lo que no es la felicidad, la que fue desarrollada posteriormente a su conversión por Agustín de Hipona o San Agustín (354 – 430) – Doctor de la iglesia católica y obispo de Hipona.
La conversión de San Agustín (1):
San Agustín fue hijo de Patricio, un pequeño propietario pagano y su madre, la futura Santa Mónica, que es considerada por la Iglesia como ejemplo de mujer cristiana, de piedad y bondad probadas, madre abnegada y preocupada siempre por el bienestar de su familia, aun bajo las circunstancias más adversas. Mónica le enseñó a su hijo los principios básicos de la religión cristiana y al ver cómo el joven Agustín se separaba del camino del cristianismo se entregó a la oración constante en medio de un gran sufrimiento. Años más tarde Agustín se llamará a sí mismo «el hijo de las lágrimas de su madre» (1).
Se presenta a continuación un extracto del artículo de Juan Jesús Prieto: “Lecciones de felicidad” (2), en el que hace un análisis de una de las máxima de San Agustín (354-430), la que habla sobre la felicidad. 
Lecciones de felicidad (2)
… comenzaremos a estudiarlo con esta máxima tomada de uno de sus tratados:
Todos deseamos ser felices. Pero no puede ser feliz el que no posee lo que ama, ni el que ama lo nocivo, ni el que no ama lo que posee, aunque sea lo mejor”.
Ante todo, conviene notar –estoy seguro de que ustedes ya lo han hecho- que nada dice nuestro autor acerca de qué sea concretamente la felicidad; no da, por cierto, una definición, sino que partiendo de lo que no es, dice: “Pero no puede ser feliz el que” …
Estando, así las cosas, no nos queda más remedio que leer entre líneas y, partiendo de lo que no es, llegar, dando un rodeo, a lo que la felicidad es o podría ser. Por lo pronto, tres tipos de hombres, según él, no alcanzarán nunca la felicidad, a saber:
1)    Los que no poseen lo que aman.
¿Quién es éste? Imaginémonos a un hombre nacido para el retiro y la contemplación y a quien las circunstancias han hecho andar por otro camino. Se trata de un amante de la vida tranquila, pero hete aquí que la injusta necesidad lo ha orillado a tener que trabajar en un banco. Él quisiera, por ejemplo, pasarse la vida leyendo o escribiendo, pero no le ha quedado otro remedio que contar billetes que no son suyos, cobrar facturas y extender recibos. Ahora bien, díganme ustedes: ¿cómo va a ser feliz este hombre si no posee lo que ama? Pero sigamos con los ejemplos: a aquel otro le gustaría colgarse una mochila al hombro y recorrer el mundo, pues por naturaleza es un nómada y no soporta los lugares cerrados. ¿Cómo va a ser feliz trabajando en un despacho mal aireado? No puede serlo, y no lo será sino hasta que, merced a un acto de valentía suprema, se decida a serlo por sí mismo. Digámoslo de una vez por todas: estos hombres podrán poseer todo lo que ustedes se imaginen: talento, belleza, salud, etcétera, pero si carecen de lo único que aman, no pueden ser felices. La infelicidad, pues, es una carencia: la carencia de aquello que es, para nosotros, lo único que importa.

2)    Los que aman lo que les hace daño.
Para ilustrarla, me valdré de otro texto de nuestro autor, aquel en el que pregunta: “El hombre que tiene lo que desea, ¿es feliz?”. “Mi madre –dice- tomó entonces la palabra. ‘Si él quiere, dijo ella, y obtiene lo que es bueno, entonces es feliz; si quiere el mal y lo obtiene, es desdichado’. Madre, respondí yo con una sonrisa de aprobación, habéis alcanzado las cumbres de la filosofía. Os han faltado las palabras para expresaros como Cicerón, pero lo que habéis dicho es su pensamiento. En su Hortensio, escrito en alabanza y defensa de la filosofía, dice que algunos, no filósofos sino discutidores hábiles, declaran felices a los que llevan la vida que desean. Es un error. Porque querer lo que no conviene es el mayor de los males; se es menos desdichado por no alcanzar el fin a que se aspira que por aspirar al mal; la corrupción del bien suele acarrear más daños que bienes puede reportar la fortuna. A estas palabras, ella prorrumpió en tal exclamación que creímos ver a un hombre superior sentado entre nosotros; yo, sin embargo, sabía de qué fuente divina manaban aquellas verdades”. Los invito a imaginarse a un niño en la feria: camina tomando del brazo a su papá, y, a lo lejos, ve unos hermosos algodones de azúcar que trastorna sus sentidos. ¡Él quisiera comerse uno! Pero resulta que el niño es diabético… ¿Cómo ser felices cuando añoramos lo que nos mata?

3)    Los que no aman lo que poseen.
De no amar lo que se tiene nace la envidia, la rabia, el furor. Éstos viven comparándose siempre con los otros. Ambicionan la casa del vecino, pero no porque sea más bella que la suya, sino porque le es ajena. Y, así, si los primeros –es decir, aquellos que no tienen lo que aman- viven en la nostalgia, éstos viven casi siempre en la insatisfacción. ¡Ama lo que tienes! Aprecia las riquezas que ya posees y entonces tu vida será distinta. ¿Cómo te tienes a ti mismo por pobre si eres rico? 

Busca lo que amas, pero cuida mucho que esto que amas sea bueno. Y, cuando lo tengas, quédate con ello, disfrútalo, gózalo y, sobre todo, agradécelo.
La recomendación de San Agustín:
San Agustín nos indica que existen tres tipos de hombres, los que no alcanzarán nunca la felicidad:
-       Los que no poseen lo que aman.
Los hombres podrán poseer todo lo que se imaginen, pero si carecen de lo único que aman, no pueden ser felices. 
-       Los que aman lo que les hace daño.
El querer lo que no conviene es el mayor de los males. Se es menos desdichado por no alcanzar el fin a que se aspira que por aspirar al mal.
-       Los que no aman lo que poseen.
Aprecia las riquezas que ya posees y entonces tu vida será distinta
Por lo que se debe considerar:
Busca lo que amas, pero cuidando mucho que lo que amas sea bueno. Y, cuando lo tengas quédate con ello, disfrútalo y gózalo.

Un abrazo,




Referencias
(1)  Citado en: https://es.wikipedia.org/wiki/Agust%C3%ADn_de_Hipona, consultado 20 enero 2020.
(2)  Citado en: Juan Jesús Prieto, “Lecciones de felicidad”, https://www.elsoldesanluis.com.mx/analisis/lecciones-de-felicidad-4434684.html, 10 noviembre 2019.

(3)  Imagen obtenida de: https://www.lanzadigital.com/opinion/cuando-la-politica-reviste-formas-religiosas/, consultado 25 enero 2020.

sábado, 18 de enero de 2020

El amor es nuestro combustible para la Felicidad


El amor es la energía que Dios nos da y que nos impulsa a la felicidad en la vida.
Resumen:
La palabra amor tiene diferentes significados y para lograr una definición más integral, se puede expresar de acuerdo a los diferentes planos de coexistencia del ser humano: Planos fisico, emocional, mental y espiritual.
El amor es nuestro combustible para el diario vivir. Es el amor que Dios nos da (plano espiritual). Que nos diferencia entre las personas por lo que amamos (plano mental). Que nos une a las demás personas por el amor fraternal (plano emocional) y que nos hace disfrutar del amor carnal con nuestro esposo o esposa (plano físico).
El amor es esa energía que nos da nuestro Padre Supremo y que es la energía que nos da la fuerza para la vida. 
Nuestro desafío es recibir el amor de Dios y disfrutar de todos regalos que nos da la vida y que son obsequios de Dios.
El amor:
De Salmo 36:7
¡Cuán precioso, oh, Dios, es tu gran amor ¡ 
Todo ser humano halla refugio a la sombra de tus alas.
Todos sabemos que la palabra amor tiene diferentes significados, y para lograr un significado más integral, podemos expresarlos de acuerdo con los planos de coexistencia del ser humano:
Plano físico: Amor carnal o sexo.
Plano emocional: Amor fraterno. Es el amor entre las personas; familiares, amigos, etc.
Plano mental: Amor de enfoque. El amor es lo que determina la vida de las personas, porque el hombre es lo que ama.
Plano espiritual: Amor a Dios. Y el amor de Dios a todos nosotros.
El amor es nuestro combustible para el diario vivir. Es el amor que Dios nos da. Que nos diferencia entre las personas por lo que amamos. Que nos une a las demás personas por el amor fraternal y que nos hace disfrutar del amor carnal con nuestro esposo o esposa.
Con el objeto de conocer más aspectos del amor, se presenta a continuación un extracto del artículo de Mons. Manuel Herrero Fernández: “El amor, clave del ser y de la felicidad del ser humano” (1):
El amor, clave del ser y de la felicidad del ser humano (1):
No sólo para el cristiano, sino creo que, para todo hombre y mujer, es central el amor. El amor guía nuestros corazones, orienta nuestras mentes y mueve nuestras manosEl amor es lo más profundo que tenemos del ser humano. La ciencia y el conocimiento pueden ser de gran importancia, pero como tales no pueden hacer que una persona sea buena y viva feliz. Tan sólo el amor es capaz de hacerlo. ¿De qué serviría conocer lo que es bueno si uno no es capaz de amarlo? El amor renueva al hombre.
El corazón de la fe cristiana es el amor, el amor es la imagen de Dios y del hombre y la mujer y su caminar por este mundo. La fórmula sintética de la existencia cristiana es: «Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él., porque “Dios es amor y quien permanece en el amor, permanece en Dios y Dios en él”» (I. Jn. 4,16; Benedicto XVI, Deus Cáritas est, 1). 
La palabra amor tiene múltiples significados; se habla de amor a la patria, aunque cada vez menos, amor a la profesión o al trabajo, de amor entre amigos, entre padres, entre esposos, entre hermanos y familiares, amor al prójimo, a uno mismo y amor a Dios. Hoy muchos confunden el amor con el sexo y lo reducen a sexo. Los griegos hablan de eros, -amor erótico-, filia -amor de amistad-, y, en los escritos del Nuevo Testamento, ágape -amor de caridad-. (Cfr. Benedicto XVI, DCE.) Pero ¿qué es el amor? Para san Agustín es una inclinación un movimiento, una tendencia hacia una realidad que se apetece por sí misma, porque la consideramos buena para nosotros, no para un instante, sino para siempre (Diversas cuestiones,35, 1). El amor es como los pies del ser humano, es la ley de la gravedad humana, es nuestro peso; El amor – a Dios y al prójimo-, son las alas del ser humano para elevarse a lo alto, a lo divinoEl amor es la fuerza del alma y de la vida. Vivimos a base de nuestro amor, y el amor determina la vida de tal manera que el hombre es lo que ama: «Uno es lo que es su amor. ¿Amas a la tierra? Pues eres tierra. ¿Amas a Dios? ¿Voy a decir acaso que eres también Dios? Yo me atrevería a decirlo, pero escucha lo que dice la Escritura: Yo dije: “sois dioses e hijos del Altísimo todos”» (Salmo. 81,6) (San Agustín, comentarios a la I carta de San Juan, 2, 14). El amor es lo único que distingue a una persona de otra, cada uno es lo que ama. Hay cuatro sujetos a los que amar: Dios, nosotros mismos, el prójimo y las demás criaturas. Entre los sujetos del amor tiene que haber un orden, una jerarquía.
Pero cada persona ha de pensar qué es lo que ama, porque no todo es bueno y nos ayuda a vivir bien. Hay amores, dice el refrán, que matan, y eso quiere decir que hacen daño. San Agustín dice: Ama y haz lo que quieras, es verdad, pero muchas veces esto se entiende mal, porque no se lee entero no todo. Él dice «Ama y haz lo que quieras. Si callas, calla por amor; si hablas, habla por amor; si corriges, corrige por amor; si perdonas, perdona por amor; que en el fondo de tu corazón esté la raíz del amor, pues de esta raíz lo único que puede salir con cosas buenas». (Comentario a la I carta de San Juan, 7, 8).
El amor no sólo caracteriza a las personas, sino toda la historia de la humanidad. Esta historia está escrita básicamente por el amor. El amor es el centro de todo. 
El amor es el motor de nuestra felicidad:
El amor es esa energía que nos da nuestro Padre Supremo y que es la energía que nos da la fuerza para la vida. 
Nuestro desafío es recibir el amor de Dios y disfrutar de todos regalos que nos da la vida, que son obsequios de Dios. 
Un abrazo,





Referencias:
(1)  Citado en: Mons. Manuel Herrero Fernández, “El amor, clave del ser y de la felicidad del ser humano”, https://www.agenciasic.es/2019/11/25/el-amor-clave-del-ser-y-de-la-felicidad-del-ser-humano/, 25 noviembre 2019.
(2)  Imagen obtenida de: https://www.amazon.com/Amor-Felicidad-Inspira-disfruta-Spanish-ebook/dp/B01CXM7KOG, consultado 15 enero 2020.