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viernes, 26 de noviembre de 2021

Jesús vino a enseñarnos el camino de la Felicidad

 


Y le dijo Jesús: los zorros tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; más el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza”. (Lucas 9:58)

Resumen:

Jesús fue un hombre pobre materialmente. Su nacimiento fue en un humilde establo, en la infancia fue un refugiado en Egipto y creció en Nazaret en el hogar de un carpintero. Durante su ministerio no tenía un hogar propio y dependía de los demás para satisfacer las necesidades materiales.

Si bien Jesús era pobre en el plano material, tenía una riqueza sin igual en los planos emocional, mental y espiritual.

De acuerdo a lo planteado por X.Pikaza Ibarrondo:

“Jesús quiso abrir una ancha senda de felicidad en el amor, sin odio ni recelo, pero con celo inmenso de vida, de esperanza. Una felicidad de vivir en medio de otros, mis amigos, recibiendo y dando amor a ríos, con miles y millones de “sabios pobres”.          

Jesús pobre materialmente:

Podemos decir que Jesús fue un hombre pobre materialmente. Su nacimiento fue en un humilde establo, en la infancia fue un refugiado en Egipto y creció en Nazaret en el hogar de un carpintero. Durante su ministerio no tenía un hogar propio y dependía de los demás para satisfacer las necesidades materiales.

Si bien Jesús era pobre en el plano material, tenía una riqueza sin igual en los planos emocional, mental y espiritual.

A su vez, se puede indicar que Jesús se preocupaba de los pobres, que es una información que hemos conocido de los evangelios.

Se proporciona a continuación extractos del artículo de X.Pikaza Ibarrondo: “Felicidad de Jesús. Por la senda de los muchos sabios (pobres) que en el mundo han sido” (1), que plantea que Jesús enseña a ser feliz a los pobres e irradiando felicidad a los ricos.

Felicidad de Jesús (1):

Un poeta de la Nueva Castilla, afincado en la Vieja (Salamanca) escribió un poema sobre la “descansada vida de los pocos sabios que en el mundo han sido” (Luis de León). Jesús, en cambio, ofreció felicidad para multitud de pobres, llamados a escuchar la palabra de dicha de la vida, siendo no sólo felices ellos, sino irradiando felicidad a los ricos.

Para ser feliz, Luis de León se retiró en su casa-huerto rico, del monte en la ladera, junto al río, para cultivar su felicidad a solas, “libre de amor, de celo, de odio, de esperanzas, de recelo”, porque se decía: “vivir quiero conmigo, gozar quiero del bien que debo al cielo, a solas, sin testigo…”.

La felicidad solitaria del rico que dice hacerse pobre al retirarse al huerto junto al río tiene su valor, como yo mismo he destacado en algún escrito. Ese retiro de ermitaño puede formar parte del camino de la dicha más perfecta, amor de solitarios que convierten su desierto en campo que se abre al gozo compartido. En esa línea, el ideal y camino de la felicidad de Jesús tiene que ser una senda de bienaventuranza desde los más pobres.

FELICIDAD DEL POBRE, UN PRINCIPIO DE EVANGELIO

En la forma actual de división, injusticia económica y opresión política, el rico en cuanto tal no puede ser feliz, a no ser de manera mentirosa, engañándose a sí mismo y engañando (oprimiendo a los demás). Conforme a Jesús, la felicidad se identifica con la gratuidad, esto es, con la fe (confianza en Dios), en medio de una vida de carencia y opresión.

Esta es la experiencia originaria de Jesús: Él descubre y dice que los pobres y excluidos que pueden ser felices, en contra de un orden social (un mundo) que vive empeñado en tener y poder, en la salud exterior y el dominio sobre los demás. La felicidad implica un tipo de “acogida”, de aceptación. Esto es algo que muchos pobres no saben, y por eso viene Jesús a decírselo, con su vida, con su presencia, con su ayuda.

Entendidas así, las bienaventuranzas constituyen un reto, una apuesta de Jesús, que descubre y expresa su felicidad entre los pobres, de quienes recibe y con quienes comparte la dicha de la vida, hecha de paz interior, de gratuidad y esperanza. En principio, no quiere cambiar nada por la fuerza, por la ley establecida, por un tipo de sacralidad del templo. Acepta las cosas como son, y en ellas descubre la felicidad.          

1.En el principio está la felicidad. No somos nosotros los que inventamos (creamos y cultivamos) la dicha, sino que ella empieza siendo un don, un regalo. De la felicidad del amor hemos nacido, los ojos dichosos de una madre han encendido felicidad en nuestros ojos… Por felicidad de Dios (=de la Vida) hemos nacido; partiendo de la felicidad nos vivimos, nos movemos y existimos.

2.La felicidad de los pobres, ellos nos evangelizan. Los ricos y poderosos de Luis de León en el siglo XVI (y los de ahora, siglo XXI) quieren ser felices por aquello que tienen, por su gran riqueza, sus palacios, sus afanas… pensando que así pueden alcanzar la dicha, pero sin lograr alcanzarla. Entre los más ricos son muchos los que se suicidan, los que sólo viven a base de drogas, analgésicos, mentiras. La felicidad no es algo que se tiene o se puede conseguir a golpe de talonario o palacio, sino un don antecedente, el propio ser, la vida.

3.Bienaventurados los pobres, ellos pueden hacer bienaventurados a los ricos. No son los ricos los que deben ofrecer felicidad (bienaventuranza) a los pobres, pues no la tienen, sino todo lo contrario: Son los pobres los que pueden hacer bienaventurados a los ricos, si es que se dejan amar y acoger por los pobres, que no quieren quitarles nada (ni riqueza, ni poder). No se trata pues de una inversión de peones (que los pobres se hagan ricos, que los ricos se hagan pobres), sino de una elevación de todos.

4. Los pobres han sido el mesías de Jesús, ellos le han enseñado a descubrir a Dios. Ciertamente, Jesús llama a su lado a los pobres (¡venid todos los cansados y agobiados…!), y lo hace como “mesías de Dios”. Pero han sido ellos los que le revelan el rostro divino de la vida: ellos le han dicho que hay Dios, el Dios que le habla y le llama, le enriquece y transforma por medio de ellos, los pobres.

Jesús quiso abrir una ancha senda de felicidad en el amor, sin odio ni recelo, pero con celo inmenso de vida, de esperanza. Una felicidad que no decía “vivir quiero conmigo”, sino en medio de otros, mis amigos, recibiendo y dando amor a ríos, con miles y millones de “sabios pobres”.          

Las enseñanzas de Jesús:

De acuerdo a lo planteado por X.Pikaza Ibarrondo, Jesús nos ha indicado que:

La felicidad se identifica con la gratuidad, esto es, con la fe (confianza en Dios), en medio de una vida de carencia y opresión.

La felicidad implica un tipo de “acogida”, de aceptación. Esto es algo que muchos pobres no saben, y por eso viene Jesús a decírselo, con su vida, con su presencia, con su ayuda.

Se considera que:

1.En el principio está la felicidad. No somos nosotros los que inventamos (creamos y cultivamos) la dicha, sino que ella empieza siendo un don, un regalo.

2.La felicidad de los pobres, ellos nos evangelizan. La felicidad no es algo que se tiene o se puede conseguir a golpe de talonario o palacio, sino un don antecedente, el propio ser, la vida.

3.Bienaventurados los pobres, ellos pueden hacer bienaventurados a los ricos. Son los pobres los que pueden hacer bienaventurados a los ricos, si es que se dejan amar y acoger por los pobres, que no quieren quitarles nada (ni riqueza, ni poder). No se trata pues de una inversión de peones (que los pobres se hagan ricos, que los ricos se hagan pobres), sino de una elevación de todos.

4. Los pobres han sido el mesías de Jesús, ellos le han enseñado a descubrir a Dios.

Jesús quiso abrir una ancha senda de felicidad en el amor, sin odio ni recelo, pero con celo inmenso de vida, de esperanza. Una felicidad de vivir en medio de otros, mis amigos, recibiendo y dando amor a ríos, con miles y millones de “sabios pobres”.          

 

Un abrazo,

 


Referencias:

(1)  Citado en: X.Pikaza Ibarrondo, “Felicidad de Jesús. Por la senda de los muchos sabios (pobres) que en el mundo han sido”, https://www.religiondigital.org/el_blog_de_x-_pikaza/Felicidad-Jesus-senda-sabios-pobres_7_2363533627.html, 30 julio 2021.

(2)  Imagen obtenida de: https://www.cuantarazon.com/863038/y-esto, consultado 25 noviembre 2021.


miércoles, 17 de noviembre de 2021

La Felicidad y el deseo según Buda

 


“Quieres felicidad, pero le das la espalda; no queremos sufrimiento, pero corremos hacia él”. Buda

Resumen

Buda en su búsqueda de iluminación, expresó que inicialmente no se encontró con felicidad, sino que, con mucho sufrimiento, debido al ego y al deseo.

El budismo es un sistema filosófico, psicológico y espiritual, y el deseo es un estado mental donde nos reconocemos a nosotros mismos como pobres y carentes, donde no vemos lo que sí tenemos, sino que solo nos enfocamos en aquello que no poseemos”. Lhumdrup Damcho

Después de muchos años de aprendizaje y meditación Buda llego a entender que: “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”. Y descubre la esencia de la felicidad, que es la esencia de la vida:

-      Sólo cuando el hombre no desea nada emerge (sin desearla) la felicidad. Esa felicidad no se debe desear, ni buscar, pero el hombre tiene que prepararse para ella a través de una vida recta.

-      No hay programa activo para alcanzar felicidad, ella viene como don, cuando el hombre supera todos los deseos y programas.

Se presenta la paradoja: Cuando no se desea nada, ni siquiera la felicidad, se tiene todo, con la felicidad.

La filosofía budista de la felicidad y el sufrimiento

Cada vez que se menciona el budismo se nos viene en mente, la imagen de un monje sonriente.

Esto concuerda con lo expresado por Buda (1):

“No hay un camino a la felicidad: la felicidad es el camino”.

Buda en su búsqueda de iluminación, expresó que inicialmente no se encontró con felicidad, sino que, con mucho sufrimiento, debido al ego y al deseo.

Es muy conocido y citada la siguiente conversación:

Un hombre le dijo a Buda; “Yo quiero felicidad”.

Él contestó: Primero retira “Yo”, esto es el ego.

Después remueve “quiero” porque es el deseo.

Mira, ahora solo tienes “Felicidad”.

Para conocer más de la filosofía budista, podemos encontrar en ¿Dónde encontrar la felicidad?, que la monja budista Lhumdrup Damcho ha indicado (2):

“El budismo es un sistema filosófico, psicológico y espiritual, y el deseo es un estado mental donde nos reconocemos a nosotros mismos como pobres y carentes, donde no vemos lo que sí tenemos, sino que solo nos enfocamos en aquello que no poseemos”.

"No hay un punto donde llegamos y decimos: ahora sí tengo lo que quería, porque la mente de deseo, la actitud de desear en sí está continuamente impulsándonos a buscar otra cosa".

Todos quisiéramos felicidad sin dolor, pero sabemos que no se puede tener un maravilloso arcoíris sin un poco de lluvia.

Buda, después de muchos años de aprendizaje y meditación llego a entender que (3);

“El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”.

Con el objeto de conocer más antecedentes de la filosofía budista, referente a la felicidad y el sufrimiento, se proporcionan a continuación extractos del artículo de X. Pikaza Ibarrondo: “Buda y Cristo. Dos caminos, una Felicidad” (4).

Buda, felicidad sobre el deseo (4)

Al norte de la India, bajo el Himalaya, habitaba un príncipe llamado Gautama Sakyamuni. No era un brahmán, contemplativo, experto religioso, sino un rey en busca de felicidad.

No era feliz, y por eso dejó reino y palacio para hallarla.   Buscó y buscó felicidad, pero sólo encontró tres sufrimientos:

Primero: enfermedad. El hombre es un animal enfermo, en riesgo de enfermedad constante, envuelto en sufrimientos.

Segundo: vejez. El hombre es un esclavo del paso del tiempo. Lo más hermoso (vivir muchos años) es en el fondo lo más doloroso (una vejez más extensa).

Tercero: muerte.   No hace falta morir por guerra o por asesinato. A todos alcanza la muerte inexorable.

Gautama fue a preguntar a los monjes, pero no supieron enseñarle nada. Siguiendo su camino, llegó hasta la higuera del Ganges, en Benarés, y allí le sobrevino la Luz (=fue alcanzado por ella), descubriendo la esencia de la felicidad, que es la esencia de la vida:

1. Esta vida no es felicidad, sino todo sufrimiento. Sufrimiento es nacer y es morir, es dolorosa la enfermedad y dolorosa la vejez, de forma que nunca podemos alcanzar aquello que queremos. No existen diferencias entre clases sociales ni entre sexos: hombres y mujeres, ricos y pobres, brahmanes o parias, todos estamos sometidos a una misma violencia originaria, de forma que somos desdichados (no felices) en el mundo.

2. El sufrimiento nace del deseo. El mismo hecho de vivir como resultado de un deseo es ya doloroso. No es castigo de un pecado anterior, pues el mismo hecho de nacer y vivir es ya un tipo de sufrimiento. En el fondo nacemos porque deseamos sufrir y por eso, para superar el sufrimiento hay que superar todo deseo, retrocediendo más allá de la niñez y del mismo sufrimiento a la vida anterior del no-nacido.

3. Sólo cuando el hombre no desea nada emerge (sin desearla) la felicidad. Esa felicidad no se debe desear, ni buscar, pero el hombre tiene que prepararse para ella a través de una vida recta, cumpliendo una serie de normas o consejos que el mismo Buda fue exponiendo a sus seguidores, ofreciéndoles así un programa de respeto vital (no-violencia), dominio sensorial (superación de las pasiones), bondad, compasión, alegría, solidaridad etc.

4.No hay programa activo para alcanzar felicidad, ella viene como don, cuando el hombre supera todos los deseos y programas. Esta es la paradoja: Cuando no se desea nada, ni siquiera la felicidad, se tiene todo, con la felicidad. El auténtico budista es un muerto en vida, y de esa forma es un viviente superior, sin pretenderlo, un bienaventurado, sea como rostro de absoluta tranquilidad, sea como cuerpo reconciliado consigo mismo.

El futuro no será de los más ricos, ni de los más fuertes en armas, ni de los expertos en manipular dichas compradas, sino de los que son realmente felices y enseñan a serlo a los demás. Entre ellos destacan Gautama (Buda: Iluminado) y Jesús (Cristo, Mesías). A ellos se les puede garantizar futuro y con ellos a la humanidad.

Buda y la felicidad

Buda una vez “iluminado”, indica que descubre la esencia de la felicidad, que es la esencia de la vida:

-      Sólo cuando el hombre no desea nada emerge (sin desearla) la felicidad. Esa felicidad no se debe desear, ni buscar, pero el hombre tiene que prepararse para ella a través de una vida recta.

-      No hay programa activo para alcanzar felicidad, ella viene como don, cuando el hombre supera todos los deseos y programas.

La paradoja es: Cuando no se desea nada, ni siquiera la felicidad, se tiene todo, con la felicidad.

 

Un abrazo,

 


Referencias:

(1)     Citado en: Victor Hugo Ramón Vergara Medina, “Actividades que dan felicidad según la filosofía budista”, https://prisma101-1.blogspot.com/2021/07/actividades-que-dan-felicidad-segun-la.html, 23 julio 2021.

(2)     Citado en: ¿Dónde encontrar la felicidad?, https://prisma101-1.blogspot.com/2014/03/donde-encontrar-la-felicidad.html, 25 marzo 2014.

(3)     Citado en: Victor Hugo Ramón Vergara Medina, “El sufrimiento es parte de la vida y de la Felicidad”, https://prisma101-1.blogspot.com/2019/08/el-sufrimiento-es-parte-de-la-vida-y-de.html, 2 agosto 2019.

(4)     Citado en: X. Pikaza Ibarrondo, “Buda y Cristo. Dos caminos, una Felicidad”, https://www.religiondigital.org/el_blog_de_x-_pikaza/Buda-Cristo-caminos-felicidad-Cites_7_2362933693.html, 26 julio 2021.

(5)     Imagen obtenida de: https://www.facebook.com/Tuportalalexito2016/photos/la-felicidad-es-una-elecci%C3%B3n-como-tambi%C3%A9n-lo-es-el-sufrimiento-vivefeliz-viveena/1428194667226153/, consultado 17 noviembre 2021.

jueves, 11 de noviembre de 2021

Pautas para ser “lo menos infeliz posible” según Schopenhauer

 


“Vivir feliz sólo puede significar vivir lo menos infeliz posible”.

Arthur Schopenhauer

Resumen:

La felicidad se logra trabajando en actividades que nos permitan incrementar nuestro nivel de felicidad, lo que considera también el llevar a cabo actividades que logren disminuir la infelicidad.

Arthur Schopenhauer ha entregado pautas para caminar en la vida y lograr ser “lo menos infeliz posible”.

Lo indicado por el filósofo, con respecto al MIFE – Modelo Integrado de Felicidad es la siguiente:

En el plano físico:

-   La felicidad está intrínsecamente relacionada con la salud

En el plano emocional:

-   Evitar los sentimientos extremos

-   Ejercitarse en la alegría

En el plano mental:

-   Entender la felicidad como un camino

En el plano espiritual:

-   Ser no es tener

La felicidad de Arthur Schopenhauer

Cada vez entendemos más que la felicidad se logra trabajando en actividades que nos permitan incrementar nuestro nivel de felicidad. Se considera también el llevar a cabo actividades que logren disminuir la infelicidad.

El filósofo alemán Arthur Schopenhauer fue más extremo sobre el entender la felicidad de las personas, al indicar que (1):

“Vivir feliz sólo puede significar vivir lo menos infeliz posible”

Para lograr lo planteado, Schopenhauer ha entregado pautas para caminar en la vida y lograr ser “lo menos infeliz posible”, las que se entregan a continuación en el extracto del artículo de Santiago Iñiguez de Onzoño: “Cinco maneras de ser más felices en el trabajo” (2).

Cinco maneras de ser más felices en el trabajo (2):

Arthur Schopenhauer, el filósofo alemán al que se suele etiquetar como “pesimista”, hizo sin embargo un intento de lo que él denominó como “eudemonología”, o teoría sobre la felicidad, que le llevó a formular una serie de recomendaciones, especialmente útiles en el trabajo, pero también en la vida corriente.

Si pasamos al menos la mitad de nuestro tiempo dedicados a tareas profesionales, parece importante identificar qué pautas o recomendaciones nos pueden servir para aprender a disfrutar en ese contexto.

1. Entender la felicidad como un camino

La primera recomendación es entender la felicidad como camino, no como un destino, como el resultado del ejercicio permanente y no como un objetivo alcanzado. Esta afirmación evoca el significado de la vida como viaje, presente en la literatura desde la Odisea. Las personas que pensamos que son felices no lo son por haber llegado a una situación y conformarse.

Hay que seguir demostrando la competencia y la valía con el desempeño personal, fundamentalmente porque mejorará nuestra autoestima y nuestra felicidad.

2. Ser no es tener

No hay que confundir mejorar y progresar con acumular más cosas. Ser no es tener, como han explicado muchos filósofos. Schopenhauer explica el sentimiento de vacío que sobreviene al logro de un bien material en el que se ponen todas las expectativas. “La riqueza es como el agua del mar: cuanto más se beba, más sed se tendrá. Lo mismo vale para la fama”, explica.

3. Evitar los sentimientos extremos

Evitar los sentimientos extremos, especialmente la envidia, el odio y la ira.

La envidia es un vicio especialmente dañino, porque genera amargura. Se trata de la tristeza por el bien ajeno, algo mezquino y que la gente suele rechazar. Como afirmaba Séneca, filósofo de la Roma clásica, “Nunca serás feliz si te atormenta que algún otro sea más feliz que tú”.

4. La felicidad está intrínsecamente relacionada con la salud

Dado que la salud física tiene un carácter relativamente efímero, es fundamental la resiliencia y la búsqueda del equilibrio, entendido como un estado de conciencia que permite hacer frente al dolor. Pero en todo caso, como decía el adagio latino, mens sana in corpore sano, si se cuida la salud corporal se estará construyendo una mejor salud mental.

5. Ejercitarse en la alegría

El último consejo que selecciono es la importancia de ejercitarse en la alegría de forma sistemática. La alegría es un estado de ánimo que se puede cultivar, y cuanto más se practica más se consigue.

La felicidad se Arthur Schopenhauer y el Modelo MIFE

Schopenhauer ha entregado pautas para caminar en la vida y lograr ser “lo menos infeliz posible”.

Una interrelación de lo indicado por el filósofo, con respecto al MIFE – Modelo Integrado de Felicidad (3) es la siguiente:

En el plano físico:

-      La felicidad está intrínsecamente relacionada con la salud

Como dice el adagio latino: “mens sana in corpore sano”. Si se cuida la salud corporal se estará construyendo una mejor salud mental.

En el plano emocional:

-      Evitar los sentimientos extremos

Evitar los sentimientos extremos, especialmente la envidia, el odio y la ira.

-      Ejercitarse en la alegría

Ejercitarse en la alegría de forma sistemática. La alegría es un estado de ánimo que se puede cultivar, y cuanto más se practica más se consigue.

En el plano mental:

-      Entender la felicidad como un camino

Entender la felicidad como un camino, no como un destino, como el resultado del ejercicio permanente y no como un objetivo alcanzado.

En el plano espiritual:

-      Ser no es tener

El filósofo ha indicado que: “La riqueza es como el agua del mar: cuanto más se bebe, más sed se tendrá”

 

Un abrazo,

 


 




Referencias:

(1)  Citado en: Víctor Hugo Ramón Vergara Medina, “La Felicidad según Schopenhauer”, https://prisma101-1.blogspot.com/2020/04/la-felicidad-segun-schopenhauer.html, 21 abril 2020.

(2)  Citado en: Santiago Iñiguez de Onzoño, “Cinco maneras de ser más felices en el trabajo (y por qué Schopenhauer tenía razón)”, https://theconversation.com/cinco-maneras-de-ser-mas-felices-en-el-trabajo-y-por-que-schopenhauer-tenia-razon-164833, 21 julio 2021.

(3)  Citado en: Victor Hugo Ramón Vergara Medina, “Sensibilidades sobre la Felicidad y el Modelo MIFE”, https://prisma101-1.blogspot.com/2017/04/sensibilidades-sobre-la-felicidad-y-el.html, 18 abril 2017.

(4)  Imagen obtenida de: https://www.facebook.com/BoricuasalCamino/posts/la-felicidad-es-el-caminobuencamino/2678330732395284/, consultado 10 noviembre 2021.


sábado, 6 de noviembre de 2021

La Felicidad en una visión filosófica

 


la felicidad está en tu interior, cuando te des cuenta de ello, iniciarás el más maravilloso de todos los viajes: el viaje hacia tu alma

Citado por Ramón Durón Ruíz.

Resumen:

Filosofía es reflexionar sobre la esencia de las cosas, especialmente del hombre y del universo.

Respecto a la felicidad, la filosofía nunca se ha dedicado a determinar en qué consiste exactamente en ser feliz, si ha contemplado que la búsqueda de la felicidad es el objetivo final del ser humano.

Una visión filosófica indica que la felicidad es integral porque es una armonía entre los diferentes planos en la que coexiste el ser humano.

En el plano físico:

… no olvidar amar el cuerpo, porque es el compañero que estará con nosotros hasta el final de nuestros días.

En el plano emocional:

Ser feliz te enseña a olvidar agravios, a viajar ligeros de equipaje, a maravillarte con los milagros diarios de la vida, alegrarte con el éxito ajeno, a reconocer los méritos y cualidades de todos.

Plano mental:

Cuando surge la inevitable pregunta: ¿Qué voy a hacer hoy? la respuesta llega sin muchos recovecos: ¡voy a ser feliz!… lo demás llegará por añadidura.

Plano espiritual:

El principio de la felicidad está en nuestro interior…

La filosofía y la felicidad:

En términos generales la filosofía es reflexionar sobre la esencia de las cosas, especialmente del hombre y del universo.

Respecto a la felicidad, podemos obtener de “La filosofía siempre ha considerado la Felicidad” (1), lo siguiente:

Si bien es cierto que la filosofía nunca se ha dedicado a determinar en qué consiste exactamente en ser feliz, si ha contemplado que la búsqueda de la felicidad es el objetivo final del ser humano y que si se ha ocupado de estudiar los medios para conseguirla.

Se considera que Aristóteles fue el primer filósofo que se concentró de manera más sistemática en analizar la felicidad y estaba convencido de que obrar bien, llevar una vida virtuosa y ética, era condición imprescindible para ser feliz.

Con el propósito de conocer enfoques filosóficos sobre el tema de la felicidad, se adjunta a continuación extractos del artículo de Ramón Durón Ruíz; “La Felicidad” (2):

La Felicidad (2):

Conforme pasa el tiempo me he dado cuenta de que en esta vida venimos a ser felices… lo demás llega por añadidura.

La felicidad es el tema sustantivo en la vida del Filósofo de Güémez, un campesino que sin más escuela que la que la vida le da, vibra en sintonía con el universo y a través del poderoso sentido del humor se conecta con su divinidad, haciendo que cada hora de su día sea espectacular.

¡Ahhh! y no olvido amar mi cuerpo, porque sé que es el compañero que habrá de estar conmigo hasta el final de mis días, lo alimento amorosamente y lo lleno de humor, ése que me colma cada instante de la magia del amor y me recuerda que no estoy aquí por casualidad, sino con un propósito de vida: ¡ser feliz!

Pa’ este viejo Filósofo, cada nuevo amanecer siempre viene acompañado con el milagro de la vida, y al despuntar el alba me surge la inevitable pregunta: ¿qué voy a hacer hoy?, y la respuesta llega sin muchos recovecos: ¡voy a ser feliz!… lo demás llegará por añadidura.

Con el tiempo he llegado a comprender que el principio de la felicidad está en nuestro interior; quien es feliz tiene arraigado, en lo más íntimo de su ser, el principio de la sabiduría, ése que en la tormenta o en la calma, en los días soleados o en los de densos nubarrones, en los de proyectos truncos o en los de logros, nos conduce al encuentro maravillosamente reconciliado con uno mismo.

Cuántas veces habré visto que la gente es como los borrachos de Güémez, que buscan su casa sin saber por dónde está; así es la felicidad, si la quieres encontrar en las cosas mundanas y materiales, jamás llegaras a ella, la felicidad está en tu interior, cuando te des cuenta de ello, iniciarás el más maravilloso de todos los viajes: el viaje hacia tu alma.

Ser feliz te enseña a olvidar agravios, a viajar ligeros de equipaje, a maravillarte con los milagros diarios de la vida, alegrarte con el éxito ajeno, a reconocer los méritos y cualidades de todos, a dejar de lado las miserias humanas, a hacer el bien a todos, en todo lugar y todo el tiempo, a amar lo que tienes, a compartir tus dones y alegrías, ser feliz tiene el milagro de hacerte hoy más sabio que ayer.

He aprendido que la felicidad huye de la soberbia y nace de las almas en plenitud de humildad, ésas que saben que la felicidad es un regalo de Dios que entre más se reparte por el mundo… más se queda en nuestra vida. La felicidad es aún más completa, cuando tienes el privilegio de vivirla compartiéndola, hecho que te conducirá a armonizar mente, cuerpo y alma con el universo y todos los bienes que la creación tiene se abrirán para llegar especialmente a tu vida.

Pero, fundamentalmente, la felicidad radica en estar en paz contigo mismo, gozando de una actitud mental-física propositiva y positiva, sabiendo que todo lo que te pasa sucede para tu bien, porque no hay casualidades, sino causalidades… el que busca la felicidad inevitablemente la encuentra.

La felicidad es integral

La felicidad es integral porque es una armonía entre las actividades que ocurren en los diferentes planos en la que coexiste el ser humano.

Una interrelación de lo planteado por Ramón Durón Ruíz, con respecto al MIFE – Modelo Integrado de Felicidad (3) es el siguiente:

En el plano físico:

no olvido amar mi cuerpo, porque sé que es el compañero que habrá de estar conmigo hasta el final de mis días.

En el plano emocional:

Ser feliz te enseña a olvidar agravios, a viajar ligeros de equipaje, a maravillarte con los milagros diarios de la vida, alegrarte con el éxito ajeno, a reconocer los méritos y cualidades de todos.

Plano mental:

… cada nuevo amanecer siempre viene acompañado con el milagro de la vida, y al despuntar el alba me surge la inevitable pregunta: ¿Qué voy a hacer hoy?, y la respuesta llega sin muchos recovecos: ¡voy a ser feliz!… lo demás llegará por añadidura.

Plano espiritual:

Con el tiempo he llegado a comprender que el principio de la felicidad está en nuestro interior…

la felicidad está en tu interior, cuando te des cuenta de ello, iniciarás el más maravilloso de todos los viajes: el viaje hacia tu alma.

la felicidad huye de la soberbia y nace de las almas en plenitud de humildad, ésas que saben que la felicidad es un regalo de Dios que entre más se reparte por el mundo… más se queda en nuestra vida.

 

Un abrazo,

Referencias:

(1)  Víctor Hugo Ramón Vergara Medina, “La filosofía siempre ha considerado la Felicidad”, https://prisma101-1.blogspot.com/2021/02/la-filosofia-siempre-ha-considerado-la.html, 12 febrero 2021.

(2)  Citado en: Ramón Durón Ruíz, “La Felicidad”, https://laverdad.com.mx/2021/07/la-felicidad-2/, 6 julio 2021.

(3)  Citado en: Victor Hugo Ramón Vergara Medina, “Sensibilidades sobre la Felicidad y el Modelo MIFE”, https://prisma101-1.blogspot.com/2017/04/sensibilidades-sobre-la-felicidad-y-el.html, 18 abril 2017.

(4)  Imagen obtenida de: https://www.elmundo.es/papel/historias/2019/02/01/5c52e8e521efa0292e8b4661.html, consultado 6 junio 2021.