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martes, 26 de septiembre de 2017

¿Por qué se habla de la Felicidad?


Resumen:
Hoy cada vez más se habla de la felicidad, pero no entendemos por qué y menos sabemos que existe una gran dependencia con nuestras creencias.

Se proporcionan antecedentes, que en conjunto con la información que cada cual tiene que aportar, nos ayudarán a definir nuestros caminos como peregrinos aquí en la tierra y entender el dicho: Sólo soy feliz a mi manera.

El tema de la felicidad:
Cuando nos preguntamos: ¿por qué se habla tanto de la felicidad?, lo mejor es partir preguntándose: ¿por qué y para que vivimos?. 

Se pueden plantear diferentes puntos de vistas: el evolutivo, del cristianismo, así como tantos otros. 

Cristianos versus los cavernícolas:
Al realizar una comparación de los puntos de vistas mencionados y conocer las diferencias entre el ser humano actual y el hombre cavernícola (y hombre cavernícola sólo para no partir tan atrás en nuestra evolución), encontramos que existen diferencias importantes respecto en lo que estaban ocupados las personas. 

En la época cavernícola la acción principal del hombre eran la defensa de su vida y seguido de su alimentación. Hoy la situación es totalmente diferente y la defensa de la vida y la disponibilidad de alimentación no son las prioridades (para gran parte de la población actual).  

Hoy las acciones principales estás más orientadas a los pensamientos existenciales por un lado y la acumulación de riquezas por el otro. 

En los aspectos existenciales una de las preguntas recurrentes es la de: ¿para qué vivimos?, y esta línea de pensamiento nos lleva a converger en el tema de la felicidad. 

La opinión de los “dioses”:
Si realizamos un pequeño análisis sobre la felicidad, en base a los diferentes “dioses” existentes hoy en día, nos encontramos lo siguiente:  

El Dios Celestial:
De La Biblia podemos concluir que Dios (Dios Supremo, Dios Celestial), es el creador de la vida y que estamos aquí para ser felices. 

A su vez nos indica que para ser felices debemos ser buenas personas, y para ser buenas personas debemos cumplir sus mandamientos. 

El dios Hombre (1):
El hombre consigue todo con sus fuerzas, incluso en cosas del espíritu. De ahí, el yoga, el control mental y la meditación trascendental para conseguir la experiencia mística. Ya no es Dios que llega y atrapa, sino el esfuerzo humano que quiere conseguir todo, incluso llegar a Dios. 

La felicidad se debe conseguir con las fuerzas y el poder del hombre, sin requerir de nadie más. 

El dios Dinero (2):
Para los que tienen el dinero como dios, no hay otra cosa más importante que el dios dinero, que todo lo soluciona y todo lo da. 

Para estas personas, la felicidad se compra. 

Como dice Groucho Marx (1890-1977) - Actor estadounidense (3):

“Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…” 

La convergencia en la felicidad:
El acercamiento a la felicidad para cada uno de los “creyentes en dioses” es diferente. Si hay un punto común y es que tarde o temprano lo que quiere el ser humano es ser feliz. La diferencia es la cantidad de pasos que se requieren y si al llevar a cabo estos pasos se logra llegar al paso final que es el ser feliz.  

Se debe tener presente el lograr el paso final y no quedar a medio camino, como lo que advierte Jorge Luis Borges (1899-1986) - Escritor Argentino, en el poema “El remordimiento” (4): 

He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer.
No he sido feliz.
Que los glaciares del olvido me arrastren y me pierdan, despiadados.
Mis padres me engendraron para el juego arriesgado
y hermoso de la vida, para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz…  

¿Cuál de los “dioses” es mi Dios?
De lo indicado lo más importante es ser feliz el mayor tiempo, lo que significa que debemos definirnos sobre la felicidad lo antes posible y evitar el mayor número de pasos intermedios. 

Y si revisamos de acuerdo a los “dioses”, el orden, parece muy obvio: 

1.   El Dios Celestial:
La felicidad ya se nos ha dado por Dios y la tenemos dentro de nosotros. 

2.   El dios Hombre:
Claramente es el que demanda mayores esfuerzos del ser humano, y que siempre hay que tener presente lo que muy bien expresa el Proverbio Africano (5):  

“Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado”. 

3.   El dios Dinero:
Hay un graffite que refleja muy bien lo del “dios dinero”: “El dinero no hace la felicidad, la compra hecha”.

Pero todos sabemos que no basta sólo con tener dinero para ser feliz y de la gran cantidad de estudios sobre el tema se concluye que los más claro es que el dinero (posterior a un monto para vivir adecuadamente), no aporta mayor felicidad, a no ser que se destine para: ayudar a los demás, gastarlo en adquirir experiencias o para comprar tiempo. Este último que si es un recurso muy escaso y crítico para el ser humano. 


¿En qué estoy yo?:
La invitación es que cada uno de nosotros nos preguntemos sinceramente:

¿En qué paso o definición estoy?

¿Cuál de los “dioses” estoy siguiendo? 

Espero que los antecedentes entregados y las respuestas que se den a las interrogantes señaladas, les ayuden a definir sus caminos como peregrinos aquí en la tierra. Porque las definiciones y los pasos son diferentes para cada uno de nosotros y que muy bien lo refleja el dicho: Sólo soy feliz a mi manera. 

Un abrazo,


 

 
 
 
Referencias:
-      (1) Citado en: P. Antonio Rivero, “Dioses de nuestro tiempo”, http://es.catholic.net/op/articulos/18815/cat/131/dioses-de-nuestro-tiempo.html, consultado 26 septiembre 2017.
-      (2) Citado en: JFG, “los mandamientos del dios dinero”, https://www.taringa.net/posts/apuntes-y-monografias/2857654/Los-mandamientos-del-dios-dinero.html, consultado 26 septiembre 2017.
-      (3) Citado en: http://es.wikiquote.org/wiki/Felicidad, Frases Célebres, 27 Julio 2013.
-      (4) Citado en: http://www.diariocolatino.com/donde-esta-la-felicidad/, 10 marzo 2017.
-      (5) Citado en: Valentina Pizarro, “15 inspiradoras frases sobre el trabajo en equipo”, http://www.capital.cl/poder/2016/01/29/140123-15-inspiradoras-frases-sobre-el-trabajo-en-equipo, 29 enero 2016.
-      (6) Imagen obtenida de: https://imagenesdefrases.com/imagenes-con-frases-reflexion/la-felicidad-esta/, consultado 26 septiembre 2017.

jueves, 21 de septiembre de 2017

Soy feliz… somos felices… planeta feliz

Resumen:
Se propone extender el alcance de lo declarado por John F. Kennedy a la juventud, al planeta:
 
No te preguntes qué puede hacer tu planeta por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tú planeta.
 
Se plantea que si llevamos a cabo algunas actividades en los diferentes planos de coexistencia del ser humano, contribuiremos a crear nuestros propios jardines de la felicidad, que en conjunto con los jardines de nuestro hogar y nuestros vecinos… y de nuestros vecinos…, se convertirán en un paraíso aquí en la tierra.
 
¿Qué está pasando en nuestro planeta?
Siempre me ha llamado la atención lo manifestado por John F. Kennedy (1917-1963) - Trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos, a la juventud (1):
 
No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tú país”.
 
Quizás deberíamos ampliar el alcance del mensaje a nuestro querido planeta tierra:
 
No te preguntes qué puede hacer tu planeta por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tú planeta.
 
El pensar en este mensaje no es por simple curiosidad, sino que es al conocer lo que está sucediendo en los diferentes países y que está afectando a nuestro planeta: terremotos, erupciones de volcanes, huracanes, inundaciones por lluvias torrenciales, sequías por calores extremos, etc., etc.
 
El físico Stephen Hawking (1942 - ) – Físico Teórico y divulgador científico británico, ha realizado recientemente una declaración muy radical (2):
 
“Debemos abandonar la Tierra de aquí a 100 años”
 
Por las intervenciones de los seres humanos en la tierra, algunos piensan seriamente que “estamos destruyendo nuestro planeta”, pero creo que es más correcto decir que “nos estamos destruyendo nosotros mismos”. La tierra está buscando un nuevo equilibrio y que al lograrlo pueden generar condiciones ambientales que sean muy poco compatible para la vida de los seres humanos.
 
¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros?
Una respuesta que puede parecer muy sencilla, pero que encierra una gran verdad y es que cada persona debe trabajar para ser feliz, porque si logramos que cada uno contribuya con un pequeño jardín de felicidad, podemos lograr vivir todos como en un paraíso en la tierra.
 
¿Qué significa trabajar en nuestro jardín?
Sabemos que el cultivar un jardín es aplicar la Ley del Sembrador, que significa que lo que sembramos cosechamos.
 
Esta ley que normalmente la aplicamos en el plano terrenal (físico) nos dice que debemos sembrar, abonar y sobre todo cuidar lo sembrado para que las malezas que siempre están presente sean eliminadas y así lograr una buena cosecha.  
Se invita que lo aprendido al cultivar un jardín terrenal, nos permite aplicarlo para ser jardineros de nuestro corazón, de nuestra mente y de nuestra alma y así lograr que nuestra felicidad sea más duradera (3).
 
Indudablemente que nuestra contribución individual es muy significativa, porque así lograríamos vivir todos en un paraíso terrenal.
 
¿Cómo podemos lograrlo?
Nos podemos convertir en jardineros en los diferentes planos en que coexiste el ser humano, y podemos trabajar de acuerdo al Modelo MIFE – Modelo integrado de la Felicidad (4), llevando a cabo las siguientes actividades:
 
Plano físico: Cuidar nuestra naturaleza y cuidarnos a nosotros mismos.
Todos tenemos la sensibilidad de cómo cuidar la naturaleza, siendo un aspecto sencillo pero muy relevante como el de usar sólo lo que necesitamos o como dice el dicho popular: “agua que nos ha de beber, déjala correr”
 
El cuidarnos a nosotros mismos debe considerar el nutrirnos lo más natural y adecuadamente posible. A su vez, el de ejercitar nuestros cuerpos, como por ejemplo paseando y disfrutando de tantos parajes maravillosos que nuestro planeta tiene.
 
Si debemos tener presente de “cortar las malezas” que hacen que las buenas semillas no logren crecer y desarrollarse. Malezas como los vicios que nacen de los placeres, que en variadas ocasiones no podemos controlar y nos hacen sus esclavos.
 
Plano emocional: Relacionarse y tener una actitud positiva.
Que significativo para la felicidad es aprender a relacionarnos adecuadamente con todo el mundo. Con nuestros familiares, con nuestros amigos, con nuestros vecinos… entre todos los habitantes de nuestro planeta.
 
La actitud positiva es como los “anteojos o gafas” que nos ponemos todos los días. Se imaginan que nos colocamos aquellos anteojos o gafas que nos permiten ver nuestra tierra como un jardín tapizado de bellas flores. Y lo podemos ver porque lo queremos y porque lo miramos con nuestros corazones.  
 
En este plano debemos tener presente el “cortar las malezas”, como la tristeza, el rencor, la envidia y unas cuantas malezas más.
 
Plano mental: Pensamiento positivo y el fluir.
Nuestra mente es una de las herramientas más poderosas que tiene el ser humano y que siempre está disponible, y que podemos trabajar enfocándola en los pensamientos positivos para el logro de nuestros desafíos.
 
Indudablemente que debemos pensar que nuestra tierra es maravillosa y que con la contribución de todos lograremos tener un paraíso terrenal. Para estos debemos fluir en nuestros quehaceres, en el que cada uno debe hacer su trabajo de la mejor forma posible, con entusiasmo y pasándolo bien, lo que se detecta al convertir los días en sólo segundos.
 
Tener la precaución de cortar las malezas mentales como la prepotencia, el mal humor, y el vivir pensando en el ayer o en el mañana y olvidándose de vivir el hoy.
 
Plano espiritual: El perdón y la gratitud
Por nuestras imperfecciones de ser humano, siempre estamos cometiendo errores y por eso es fundamental el aprender a perdonar, tanto a los demás como también a nosotros mismos. Que maravilloso es poder “desocupar” nuestra mochila que cargamos todos los días y que podríamos alivianar con el perdón.
 
Se imaginan cuando regalos recibimos todos los días de nuestro Padre Supremo, los que muchas veces no tenemos consciencia porque no hemos realizado nuestro ejercicio de gratitud. Ejercicio tan simple pero tan poderoso como anotar todos los regalos recibidos y agradecer por ellos.
 
Nuestras malezas espirituales que necesitamos cortar son nuestros pecados, nuestros odios, nuestra falta de gratitud, la falta de confianza en el amor de Dios.
 
¿Qué lograremos?
Si realizamos las actividades en los diferentes planos, estaremos contribuyendo a crear nuestros propios jardines, que en conjunto con los jardines de nuestro hogar y nuestros vecinos… y de nuestros vecinos…, se convertirán en un paraíso aquí en la tierra.
 
Es importante el orden, primero debo yo ser feliz y después podré contribuir y ayudar a que los demás sean felices y así tener un planeta feliz.
 
Un abrazo,
 
 
 
 
 
 
Referencias:
-      (1) “Frases y Citas Célebres de John F. Kennedy (86 frases)”, https://akifrases.com/autor/john-f.-kennedy, consultado 21 septiembre 2017.
-      (2) “Stephen Hawking, lapidario: “Debemos abandonar la Tierra”, http://www.eldinamo.cl/mundo/2017/09/12/stephen-hawking-lapidario-debemos-abandonar-la-tierra/, 12 septiembre 2017.
-      (3) Víctor Hugo Ramón Vergara Medina, “Cultiva tu jardín, que te dará Felicidad”, http://prisma101-1.blogspot.cl/2017/07/cultiva-tu-jardin-que-te-dara-felicidad.html, 24 julio 2017.
-      (4) Víctor Hugo Ramón Vergara Medina, “Sensibilidades sobre la Felicidad y el Modelo MIFE”, http://prisma101-1.blogspot.cl/2017/04/sensibilidades-sobre-la-felicidad-y-el.html, 18 abril 2017.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Efecto de las circunstancias de la vida en la Felicidad

Resumen:
Se presentan antecedentes de la influencia de las circunstancias externas de la vida en los niveles de felicidad de las personas, según especialistas del tema.
 
Normalmente no le damos mayor importancia, pero son aspectos que nos suceden en la vida y debemos conocerlos y estar preparados de cómo reaccionar.
 
Aprenderemos que si bien no tenemos control sobre las circunstancias de la vida, si depende de nosotros de cómo reaccionamos.
 
Circunstancias de la vida:
La circunstancias externas de la vida son aquellas cosas que nos ocurren y que no tenemos control, como el nacer en un país determinado, el que te digan algo negativo o cuando el bus que viajas llega atrasado, etc., etc.
 
Una interesante interrogante es conocer cuánto influyen estas circunstancias de la vida en nuestra felicidad y cómo aprender a comportarnos.
 
La Felicidad según Sonja Lyubomirsky:
De acuerdo a la especialista Sonja Lyubomirsky, profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de California, la felicidad es influenciada fuertemente por un componente genético, que alcanza a un 50%, un componente circunstancial que alcanza un 10% y que tiene un componente de la voluntad de las personas que pondera un 40%.
 
En palabras de Sonja Lyubomirsky (1):
 
Un 50 por ciento de las diferencias entre los niveles de felicidad de las personas depende de su valor de referencia determinado genéticamente.  Cada uno de nosotros nace con un valor de referencia para la felicidad determinado, que tiene su origen en nuestra madre o nuestro Padre biológico, o en los dos, y es un punto de referencia o un potencial para la felicidad al cual siempre regresamos, incluso después de grandes contratiempos o triunfos.
Tan sólo alrededor del 10 por ciento de la discrepancia en nuestros niveles de felicidad se explica por las diferencias en las circunstancias de la vida o sus situaciones, es decir, porque seamos ricos o pobres, estemos sanos o enfermos, etc.
El 40 por ciento restante obedece a nuestro comportamiento. Por consiguiente, la clave de la felicidad no consiste en cambiar nuestra constitución genética, ni en cambiar nuestras circunstancias, sino en nuestras actividades deliberadas de todos los días. Tenemos el 40 por ciento de oportunidades para aumentar o disminuir nuestro nivel de felicidad a través de lo que hacemos en nuestra vida cotidiana y de nuestra manera de pensar.
 
Por ser las circunstancias de la vida el porcentaje menor, no le damos la importancia como a los restantes componentes, pero son aspectos que nos suceden en la vida y debemos conocerlos y estar preparados para reaccionar de la mejor forma.
 
Las circunstancias de la vida según Martin Seligman:
El psicólogo Martin Seligman es considerado el padre de la psicología positiva, nos dice (2):
 
Existen circunstancias externas que son imposibles de cambiar o poco prácticos, pero se puede aprender a reaccionar adecuadamente a ellos.
 
Si desea elevar de forma duradera su grado de felicidad cambiando las circunstancias externas de su vida, debería hacer lo siguiente:
 
1.           Vivir en una democracia sana, no en una dictadura empobrecida (gran efecto)
2.           Casarse (efecto intenso, pero quizás de relación no causal)
3.           Evitar acontecimientos negativos y emociones negativas (sólo efecto moderado).
4.           Forjarse un entramado social rico (efecto intenso, pero quizás de relación no causal)
5.           Acercarse a la religión (efecto moderado)
 
Sin embargo, con respecto a la felicidad y la satisfacción con la vida, no hace falta que se moleste en hacer lo siguiente:
 
1.           Ganar más dinero (El dinero tiene un efecto escaso o nulo y las personas más materialistas son menos felices)
2.           Gozar de buena salud (La que importa es la salud subjetiva, no la objetiva)
3.           Elevar al máximo tu nivel de estudios (ningún efecto)
4.           Cambiar de raza o trasladarse a un clima más soleado (ningún efecto).
 
Como lo dice Martin Seligman, para las circunstancias externas de la vida hay que aprender a reaccionar adecuadamente, y una forma es aplicando el principio 90 /10.
 
Principio 90/10 :
El principio 90/10 es atribuible al escritor y conferencias Stephen Covey, autor del libro “Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas”.
 
Revisaremos este principio con un ejemplo de circunstancias de la vida, que nos permitirá sensibilizarnos y aprender la mejor manera de reaccionar (3):
 
Estás desayunando con tu familia. Tu hija da vuelta una taza de café y saltan gotas en tu camisa blanca con la que vas al trabajo.
-      Tú maldices.
Regañas severamente a tu hija porque te manchó tu camisa.
-      Tu hija se pone a llorar.
-      Después de regañar a tu hija, críticas a tu esposa por colocar la taza demasiada cerca de la orilla de la mesa.
Y sigue una batalla verbal.
-      Tú gritas y maldices… y vas a cambiarte la camisa.
Cuando regresas, encuentras a tu hija sigue llorando y no ha terminado su desayuno y se atrasa en salir a tomar el bus. Tu hija pierde el autobús.
-      Tú esposa se despide y parte inmediatamente para su trabajo.
-      Tú esperas a tu hija que termine su desayuno y la llevas al colegio. Debido a que tú ya estas atrasado, manejas a 80 Km por hora en zona de velocidad máxima de 50 Km por hora.
-      Después de 15 minutos más de retraso y obtener una multa de tráfico, llegas al colegio.
-      Tú hija corre a la escuela sin decirte adiós.
-      Después de llegar a la oficina una hora tarde, te das cuenta que se te
olvidó el maletín.
Tú día empezó terrible. Y parece que se pondrá cada vez peor. Ansías llegar a tu casa.
-      Cuando llegas a tu casa, encuentras un “pequeño” distanciamiento en tu relación con tu esposa y tu hija.

Si te preguntaran: ¿Por qué tuviste un mal día? ¿Qué responderías?:

A) ¿Tú hija lo causó?
B) ¿Tú esposa lo causó?
C) ¿El policía lo causó?
D) ¿Tú lo causaste?
E) ¿El café lo causó?

Ya ha pasado por tu mente que la respuesta es la “D”.  Pero… ¿Por qué?. Y también intuyes que fue debido a la forma cómo reaccionaste en la mañana. Que lo sucedido fue determinado por tu reacción. Tú no tenías control sobre lo que pasó con la tasa de café. La forma en cómo reaccionaste esos 5 segundos fue lo que causó tu mal día.
 
Si hubieses conocido y aplicando el principio 90 / 10:
 
-      Tú hija da vuelta una taza de café y saltan gotas en tu camisa. Tú hija está a punto de llorar.
-      Tú gentilmente le dices: “está bien, cariño, sólo necesitas tener más cuidado la próxima vez”.
-      Después de cambiarte la camisa y tomar tu maletín, regresas y miras a través de la ventana y vez a tú hija tomando el
autobús. Ella voltea y te dice adiós con la mano.
 
Dos escenarios diferentes. Los dos empezaron igual. Pero… terminaron diferente. ¿Por qué?. Porque tú realmente no tienes control sobre el 10% de lo que sucede. El otro 90% se determinó por tu reacción.

¿El resultado?
Millones de personas padecen de estrés que no vale la pena, sufrimientos, problemas y dolores de cabeza. Y se podría evitar al entender y aplicar el principio 90 /10, que nos puede cambiarnos la vida.

¿Cuál es este Principio?
El 10% de la vida está relacionado con lo que te pasa, el 90% de la vida está relacionado por la forma en como reaccionas.
 
¿Qué quiere decir esto?
Nosotros realmente no tenemos control sobre el 10% de lo que nos sucede. No podemos evitar que el auto tenga una falla, que el avión llegue tarde y tirar por la borda todo nuestro plan, que un automovilista puede obstaculizarnos el tráfico, etc.

No tenemos control de este 10%. El otro 90% es diferente. Tú determinas el otro 90%.

¿Cómo?...
Con tu reacción. Tú no puedes controlar el semáforo en rojo, pero puedes controlar tu reacción. Tú puedes controlar como reaccionas.
 
Si tienes 3 minutos, te sugiero ver el video “El principio 90 /10”, en el link:
 
Lo importante:
Debemos tener siempre presente que si bien no tenemos control sobre las circunstancias de la vida, si depende de nosotros de cómo reaccionamos.
 
Un abrazo,
 

 
 
 
 
 
 
Referencias:
-      (1) Sonja Lyubomirsky, “La ciencia de la Felicidad”, Ediciones Urano S.A., 2008, Barcelona, España, pp39.
-      (2) Martin E.P. Seligman, "La Autentica Felicidad", Ediciones B.S.A., 2011, Buenos Aíre, Argentina, Marzo 2012, pp86.