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viernes, 31 de julio de 2020

Nuestros pensamientos apoyan nuestra Felicidad


Usemos nuestra mente como herramienta de apoyo para mejorar nuestro nivel de felicidad.
Resumen:
Tenemos la interrogante de cuanto influyen nuestros pensamientos en nuestro nivel de felicidad. Lo que sabemos es de la existencia de cada vez más estudios referentes a este apasionante tema.
Si debemos tener consciencia que disponemos como seres humanos de una herramienta muy poderosa que es la mente.
En palabras de Mahatma Gandhi: Cuida… tus pensamientos… pues definirán tu destino.
Influencia de nuestros pensamientos:
Siempre está la interrogante de cuanto influyen nuestros pensamientos, asociados al plano mental, en nuestro nivel de felicidad.
Sabemos de la existencia de cada vez más estudios referentes a este apasionante tema.
Si consultamos a Wikipedia, obtenemos que: 
El pensamiento es la actividad y creación de la mente; se dice de todo aquello que es traído a la existencia mediante la actividad del intelecto (1).
En relación con la definición, el Filósofo del siglo XX Karl R. Popper indicó:
Todo se crea dos veces, la primera vez en el pensamiento. La segunda, cuando se concreta (2).
Con el objeto de conocer mayores antecedentes sobre el tema, se adjunta a continuación extractos del artículo de Juan Carlos Posada Mejía: “La felicidad es una construcción hipotética” (3).
La felicidad es una construcción hipotética (3).
Yo creo que la felicidad es una construcción hipotética que, en gran parte proviene de la naturaleza química del cerebro y la intención mental de ser feliz, como un propósito de vida.
La mente se estructura a partir de las experiencias que tengo. Este flujo de experiencias cotidianas va esculpiendo gradualmente el cerebro, lo que permite concluir en parte, que la mente y sus experiencias, determinan la conducta cerebral.
Si cambio mi expectativa, entonces cambia la manera como me relaciono con los otros y desaparece el sufrimiento gracias al desapego del deseo de que los demás actúen según mi criterio.
El cerebro tiene capacidad para aprender y reaprender; es decir puede cambiar debido a las experiencias y exigencias del momento. Como les ocurre a aquellas personas que han perdido la visión y entonces el cerebro desarrolla y agudiza su sentido del oído.
Entonces el secreto está en saber aprovechar la plasticidad cerebral, estimulando con cada experiencia placentera o dolorosa, las sinapsis para la neurogénesis y de esta forma incrementar el poder de la memoria para trabajar en nuevos aprendizajes. Y si estos van acompañados de emoción, facilito el proceso porque incrementa la excitación neuronal y consolida el cambio.
En mi caso, la felicidad es una decisión. No creo que vine a este mundo a sufrir exclusivamente. Pienso que cada experiencia que tengo, puedo catalogarla como dañina o beneficiosa si me permito aprovecharla para mi crecimiento personal.
Nada en el Universo sucede porque sí. Cada acontecimiento tiene un propósito y es mi trabajo, encontrar el “para qué” oculto de cada situación, si desarrollo la capacidad de ver la semilla o el abono en medio del estiércol.
Yo creo que la felicidad es una construcción hipotética subjetiva, que le da razón de ser a mi vida, pues al fin y al cabo la vida tiene sentido, si yo mismo le doy sentido.
El poder de nuestros pensamientos:
Debemos tener consciencia que disponemos como seres humanos, de una herramienta muy poderosa que es la mente.
En palabras del Estadista y Líder Pacifista Hindú Mahatma Gandhi (1869-1948):
Cuida que tus pensamientos sean positivos, pues ellos definirán tus palabras: 
cuida que tus palabras sean positivas pues ellas definirán tus conductas: 
cuida que tus conductas sean positivas pues ellas definirán tus hábitos: 
cuida que tus hábitos sean positivos pues definirán tu destino (4).

Un abrazo,





Referencias:
(1)  Citado en: https://es.wikipedia.org/wiki/Pensamiento (consultado 25 julio 2020).
(2)  Citado en: Jane Crossley H., Fernando Morgado T., "De fantasmas y demonios", Random House Mondadori S.A., 3ra.Edición, Enero 2004, Santiago de Chile, pp133.
(3)  Citado en: Juan Carlos Posada Mejía, “La felicidad es una construcción hipotética.”, https://www.elcolombiano.com/blogs/yocreoque/la-felicidad-es-una-construccion-hipotetica/4556, 3 julio 2020.
(4)  Citado en: Diario EL MERCURIO del Lunes 9 diciembre 2002, Cuerpo B9.
(5)  Imagen obtenida de: https://www.pngocean.com/gratis-png-clipart-dmbco, consulta 31 julio 2020.

viernes, 24 de julio de 2020

Las paradojas de la Felicidad


No por más buscar la felicidad la encontraremos, si la buscamos en el lugar equivocado.
Resumen:
La felicidad también tiene sus propias paradojas. Se puede expresar aspectos de la felicidad a través de ideas opuestas a lo que se considera verdadero a la opinión general.
Podemos decir:
-  La felicidad se encuentra cuando no se busca.
-  Buscamos la felicidad, pero no sabemos qué es ni para qué la queremos.
Las paradojas nos hacen ver las cosas desde otra mirada, permitiéndonos reflexionar y comprender en mayor profundidad sobre el tema que está inserto en la paradoja. En este caso sobre la felicidad.
Se entregan algunas líneas de respuestas a las interrogantes que nos abren estas paradojas, como son:
-       La felicidad no se busca, porque ya la tenemos y está en nuestro interior
-       Los seres humanos vivimos para ser felices.
La paradoja:
Hay un elemento literario que nos ayuda a entender las cosas y verlas desde otros puntos de vistas, que se denomina paradoja.
¿Y qué es una paradoja?
Si consultamos a Wikipedia (1), nos dice:
Una paradoja es una idea extraña opuesta a lo que se considera verdadero a la opinión general. ​ También se considera paradoja a una proposición en apariencia falsa o que infringe el sentido común, pero no conlleva una contradicción lógica.
Para el caso de la felicidad, una de las paradojas es: 
Se entrega a continuación un extracto del artículo de Juan Luis Selma: “La paradoja de la felicidad”, que nos proporciona mayores antecedentes sobre las paradojas y especialmente las relacionadas con la felicidad.
La paradoja de la felicidad (3):
Hay muchas cosas importantes que son un regalo, no las podemos conseguir nosotros, se nos dan: la vida, la amistad, el amor, la felicidad. También estas realidades son obsequios no merecidos: la fe, la gracia, la paz, la verdad. Pensamos, en nuestra soberbia, que todo es cosecha propia, que lo podemos lograr o comprar. Le doy al botón y me vienen los amigos, lo deseo y logro la felicidad. El ser humano es grande, valioso, pero es una criatura, depende de Otro y de otros. Como tantas veces hemos repetido no somos dios: somos hijos de Dios.
"El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí, la encontrará", leemos en el Evangelio. Se nos dice que una vida plena, cumplida es consecuencia de gastarla por los demás, que la felicidad se encuentra cuando hacemos felices a los otros.
… cuando me doy a los demás, cuando busco su bien, que descansen, cuando les respeto, entonces me siento mejor y soy más querido y valorado.
Cuando el gran místico San Juan de la Cruz dice: "Muere si quieres vivir, sufre si quieres gozar, baja si quieres subir, pierde si quieres ganar", nos presenta una paradoja muy experimentada que tiene sus raíces en las enseñanzas de Jesucristo. El camino de la humildad, de la abnegación, de la entrega, es senda empinada, pero que lleva a una cumbre feliz.
El don de la felicidad, como el amor es paradójico, se encuentra cuando no se busca, cuando se procura para los demás. Es lo que nos enseña el Maestro: es Vida dando la vida, es Amor derramando amor. El ajado leño de la Cruz se convierte en el frondoso Árbol de la vida.
No es fácil definir la felicidad, ni a todos le llenan las mismas cosas. Es una aspiración universal, algo constitutivo de los humanos, que buscamos y anhelamos. Para algunos está en los placeres, para otros es el dinero quien la da, hay quien piensa que viene del poder, muchos la encuentran en la familia y amistad, en una buena situación laboral; parece que viene de fuera, del exterior, que bastan unos pocos condimentos para experimentarla. Pero, en realidad, es algo muy profundo, está en mí, en mi vida.
Puedo ser muy feliz en mi enfermedad o con mis defectos, puede que el entorno se empeñe en amargarme la existencia, pero -aunque me duelan estas situaciones- puedo estar contento. Tiene que ver con la madurez, con el enfoque que le damos a la vida, con los horizontes de nuestra existencia, con las creencias. Con lo que somos y no con lo que tenemos. Con la esperanza, que es certeza y confianza de estar en las manos de Dios. Con el amor: un corazón enamorado baila de felicidad.
Decía Chesterton: "El objetivo de la política humana es la felicidad del hombre… No tenemos obligación de ser más ricos, más trabajadores o eficientes o más productivos o progresistas o más mundanos o prósperos, si eso no nos hace más felices". 
Los padres y educadores deberían transmitir los valores y virtudes que hacen una vida lograda, transmitir su experiencia, respetando la libertad, pero ayudando a no caer en sus propios errores. La vida fácil, la cultura del pelotazo y de la subvención y el satisfacer siempre los propios caprichos no dan la felicidad. Para ganar hay que perder, para vivir hay que entregar la vida.
Las enseñanzas de las paradojas:
Las paradojas nos hacen ver las cosas desde otra mirada, permitiéndonos reflexionar y comprender en mayor profundidad sobre el tema que está inserto en la paradoja.
Para la felicidad:
-       La felicidad, como el amor, se encuentra cuando no se busca.
-       Buscamos la felicidad, pero no sabemos qué es ni para qué la queremos.
Estas dos paradojas, nos generan un sinfín de preguntas sobre la felicidad, que indudablemente no tenemos aun todas las respuestas.
Algunas líneas de respuestas son:
La felicidad no se busca, porque ya la tenemos y está en nuestro interior. De acuerdo con lo indicado por Ludwig Van Beethoven (4):
No creo en la existencia de la felicidad que viene desde afuera, debes encontrarla en ti mismo y en lo que haces”.
Los seres humanos vivimos para ser felices, expresado por el Papa Francisco (5):
“¡Jesús no nos engaña! Nos ha prometido la felicidad y nos la dará, si nosotros seguimos su camino”.
Un abrazo,






Referencias:
(1)  Citado en: https://es.wikipedia.org/wiki/Paradoja, consultado 22 julio 2020.
(2)  Citado en: Edith Sánchez, “¿Qué es y cómo funciona la paradoja de la felicidad?”, https://lamenteesmaravillosa.com/que-es-y-como-funciona-la-paradoja-de-la-felicidad/, 21 octubre 2017.
(3)  Citado en: Juan Luis Selma, “La paradoja de la felicidad”, https://www.eldiadecordoba.es/cordoba/paradoja-felicidad_0_1477652539.html, 28 junio 2020.
(4)  Citado en: "Felicidad en la vida - Bienvenido a tu rincón para la felicidad", https://www.felicidadenlavida.com, 14 febrero 2017.
(5)  Citado en: Victor Hugo Ramon Vergara Medina, “¿Vivimos para ser Felices?”, https://prisma101-1.blogspot.com/2017/05/vivimos-para-ser-felices.html, 17 mayo 2017.

viernes, 17 de julio de 2020

La jardinería y su aporte a la Felicidad


Las personas que practican la jardinería son más felices.
Resumen:
Un jardinero es una persona que ha aprendido de la vida y muy particularmente de la “ley del sembrador”, la que dice que: “lo que se siembra se cosecha”. 
Y qué mayor alegría puede tener un jardinero al lograr obtener un jardín lleno de maravillosas flores.
Recientes estudios han concluido que las personas que practican la jardinería son más felices.
Si, hay que tener presente que para mejorar nuestro nivel de felicidad (disfrutar de un maravilloso jardín), debemos llevar a cabo buenos hábitos (sembrar buena semilla) y eliminar los malos (las malezas).
Se entregan antecedentes del porqué cuidar el jardín y conocer el aporte a mejorar nuestro nivel de felicidad.
El jardinero:
Podemos considerar que un jardinero es una persona que ha aprendido de la vida y muy particularmente de la “ley del sembrador”, la que dice que: “lo que se siembra se cosecha” (1).
Y que mayor alegría puede tener un jardinero al lograr obtener un jardín lleno de maravillosas flores. Pero para lograrlo, significa el haber elegido las semillas, el prodigar muchos cuidados a lo que se sembró y también el eliminar las malezas que siempre están presente en un Jardín.
Se presenta a continuación un extracto del artículo de Rocío Carmona: “Por qué cuidar del jardín o de unas plantas elevará tu nivel de felicidad” (2) que nos indica los aportes de un jardín a nuestro nivel de felicidad.
Por qué cuidar del jardín o de unas plantas elevará tu nivel de felicidad (2):
Las personas que tienen la suerte de tener un jardín, un balcón, o incluso alguna maceta de interior de la que cuidar están comprobando más que nunca los numerosos beneficios de la jardinería.
Un estudio reciente de la Universidad de Princeton ha concluido que las personas que practican esta afición son mucho más felices. Cuidar de las plantas también da más sentido a la vida de quienes lo hacen, especialmente si lo que se cultiva son frutas u hortalizas. 
Beneficios para la salud mental... y física
Por si esto fuera poco, la jardinería resulta una actividad física estupenda. Arrancar malas hierbas y plantar consume entre 200 y 400 calorías por hora, y remover tierra, entre 250 y 350, en función de la constitución física de cada persona. Además, se sabe desde hace tiempo que pasar tiempo en un entorno natural puede ayudar a reducir el riesgo de depresión, estrés y ansiedad.
Asimismo, disminuye la incidencia de enfermedades cardíacas, osteoporosis, y ayuda a mantener en forma al sistema inmune. Lo ideal sería poder hacerlo en el exterior, pero si no disponemos de esa opción, cuidar de una sola planta ya resulta beneficioso. He aquí algunas ideas para empezar a sacarle todo el jugo a nuestros balcones u oasis verdes. Lo primero que hay que saber es que:
1.   No hace falta hacer gran cosa
Si tienes un jardín, un pequeño huerto, o puedes pasear por uno público, descubre el placer de caminar por él libremente prestando atención al crecimiento de las distintas plantas, sus cambios, su florecimiento, el despertar de sus frutos…
2.   Empieza por una semilla
No todos disponemos de jardín, ni siquiera de balcón, pero todo el mundo puede hacer crecer una semilla y disfrutar del proceso. Lo interesante de las semillas es que no dan pistas de lo que surgirá de ellas, y su tamaño no guarda relación con el de la planta en la que tienen el potencial de convertirse. Cuando una semilla germina ni siquiera resulta siempre bonita, al menos de entrada, pero estar cerca de ellas nos contagiará del vigor, la sorpresa y la energía del inicio de la vida.
3.   Catarsis jardinera
En el huerto y en el jardín, mostrarnos un poco destructivos no solo está permitido, sino que resulta deseable. Podar, quitar malas hierbas, eliminar parásitos… Todas estas actividades resultan necesarias para que las plantas prosperen, y nos otorgan un espacio único y seguro para descargar energía agresiva y ponerla al servicio del crecimiento.
4.   Dialoga con las plantas
Muchas personas hablan con sus plantas, pero en realidad ni siquiera hace falta hacerlo para mantener con ellas una conversación. Si las observamos con atención mientras las cuidamos, nos daremos cuenta de que al hacerlo estamos manteniendo una especie de diálogo basado en la reciprocidad.
5.   Vive el momento
Pasar un rato en un jardín o cuidando de las plantas del balcón mientras experimentamos el cambio de estación, cuando este sucede, puede hacernos sentir más conectados con el mundo y el fluir natural del tiempo, justo lo que más necesitamos, quizá, en estos momentos.
6.   Un jardín con sentido
Tener la oportunidad de estar en un jardín o rodearse de plantas puede hacernos sentir una conexión más profunda con la tierra e inspirarnos sensaciones positivas de asombro, gratitud y abundancia.
Un estudio de la Universidad de Rutgers mostró que las flores son reguladores saludables del estado de ánimo y tienen un impacto inmediato en nuestra felicidad, además de promover conexiones más íntimas entre los individuos.
Los jardines en la vida:
Es importante saber cómo tener un lindo jardín, el que normalmente se considera en el mundo tridimensional, o sea en el plano físico.
Pero debemos tener en cuenta que lo que se aprende en el jardín puede ser aplicado en la vida, no sólo en el plano físico (jardín propiamente tal), sino que en los jardines de los restantes planos de coexistencia del ser humano, como son, los planos emocional, mental y espiritual (1).
Hay que tener presente que para mejorar nuestro nivel de felicidad (disfrutar de un maravilloso jardín), debemos llevar a cabo buenos hábitos (sembrar buena semilla) y eliminar los malos (las malezas).

Un abrazo,





Referencias:
(1)  Citado en: Víctor Hugo Ramón Vergara Medina, “El secreto del buen jardinero… la Felicidad”, https://prisma101-1.blogspot.com/2019/06/el-secreto-del-buen-jardinero-la.html, 7 junio 2019.
(2)  Citado en: Rocío Carmona, “Por qué cuidar del jardín o de unas plantas elevará tu nivel de felicidad”, https://www.lavanguardia.com/vivo/psicologia/20200627/481322970050/cuidar-jardin-plantas-felicidad.html, 17 Junio 2020.