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domingo, 10 de junio de 2018

La infelicidad y la Felicidad ayudan a dar sentido a la vida

Los malos momentos son parte de la felicidad y nos ayudan a dar sentido a la vida
Resumen:
Así como el día completo considera el día y la noche, esta dualidad se da también en la felicidad ya que en la vida tenemos momentos de alegría y también períodos de tristezas.

Se presentan antecedentes de cómo encontrar sentido a los malos momentos y se proporcionan los pasos y recursos que se pueden utilizar para salir de ellos.

Se hace énfasis en buscar, seleccionar y aplicar los recursos partiendo desde el plano base a los superiores. Así al igual que escalar una montaña, iremos ejercitándonos y fortaleciéndonos para avanzar hacia la cumbre.
Las  dualidades de la vida:
Para que un día sea completo, debe existir el día y la noche. Ambos períodos del día son necesarios, aunque alguno de estos períodos no nos guste tanto. Sin mayores análisis sabemos que ambos aportan beneficios a nuestras vidas.
Pasa igual con nuestra vida, que está matizada de días y noches, de alegrías y tristezas, de optimismo y pensamientos negativos, de desesperanzas y de fe de días mejores.
La dualidad siempre esta presente y complementa el todo de nuestras vidas.
Para la felicidad es igual, no sólo se considera aspectos de alegría y gozo, sino que también de momentos de sinsabores.

Se presenta a continuación extracto del artículo de Pilar Jericò, “¿Cómo encontrar sentido a los malos momentos?”, que entrega antecedentes de los períodos de infelicidad, proporcionando cinco pasos para salir de ellos.
Pilar Jericò nos dice:
Tenemos una imagen de la felicidad que no existe. Hay que reivindicar el derecho para atravesar los malos momentos.
¿Cómo encontrar sentido a los malos momentos? (1)

Seguro que alguna vez has atravesado un momento difícil: porque no te saliera algo como esperabas, porque no te encontrabas bien o porque perdiste a algún ser querido. Lo que sea. En esos instantes no brotan emociones positivas necesariamente, ni te apetece estar alegre como unas castañuelas. Te pueden decir que veas la botella medio llena, que te animes, pero te sirve de poco. Estás mal y punto; y lo peor que puedes hacer es, además, sentirte culpable por ello. Tendríamos que reivindicar el derecho para atravesar malos momentos, porque son necesarios, porque tienen un motivo y porque quizá tengamos una imagen de la felicidad que no existe.
En Oriente, por ejemplo, uno de los monjes tibetanos más reconocidos, Kenchen Konchog Gyaltshen Rinpoche, reconoce las ventajas de pasarlo mal: nos aporta sabiduría, nos entrena en resistencia, nos ayuda a ser más compasivos y nos lleva a respetar de un modo profundo la realidad. Por tanto, los malos momentos nos ayudan, y todos los héroes, incluso los de las culturas más ancestrales, viven sus propios desiertos, es decir, sus instantes de bajón emocional. Es más, incluso si queremos renovarnos, seguramente tendremos que atravesar algún desierto más o menos árido.
El hecho de que pasarlo mal tenga un sentido y nos ayude a crecer como personas tampoco significa montar una tienda de campaña en esos momentos. La idea es salir de ello lo antes posible y con el máximo aprendizaje posible.

¿Qué podemos hacer si lo estamos pasando mal?

1.   El primer punto que necesitamos es aceptarlo.
No vale de nada negarlo, decir que estás bien cuando por dentro no estás en tu mejor momento. Has de comenzar a reconocértelo a ti mismo.
2.   Segundo, es bueno hablarlo para no convertirlo en un gigante. Los silencios y nuestras noches deforman la realidad. Por eso, verbalizarlo con alguien de confianza nos ayuda a contemplarlo desde fuera. Equivaldría a quitarle la sábana al fantasma y a ver que no es para tanto.
3.   Tercero, identifica el aprendizaje.
Cuando somos capaces de entender qué nos aporta, podemos dar pequeños pasos para salir de él. Cada aprendizaje es un peldaño hacia su salida.
4.   Cuarto, busca recursos mentales, emocionales o físicos.
En lo mental, nos ayuda relativizarlo, enmarcarlo en su justa medida o el sentido del humor. Buscar a ese amigo que sea capaz de hacerte reír de lo que te duele. En el plano emocional, nos viene bien cuidarnos, recogernos en sensaciones amables. Huir de discusiones que aportan bien poco. Y en el terreno físico, el deporte o simplemente un baño o un masaje nos permiten ir separándonos un poquito más de ese mal momento. Por supuesto, no se olvida ni desaparece, pero al menos, nos permite tomar algo más de distancia. Y,
5.   Quinto, confía. 
Prácticamente el cien por cien de los desiertos se superan. A veces es una cuestión de tiempo. Pero en la medida en que se confíe, se tiene más energía para continuar adelante.

Todos vivimos malos momentos. Algunos se superan rápido y otros nos pueden llevar varios meses. Ambos forman parte de la aventura de vivir. No tenemos que ir a buscarlos ni regocijarnos en ellos, pero sí aprovecharlos como maestros para conocernos más a nosotros mismos, para aprender y para renovarnos como personas. 

La felicidad eterna está en el cielo:
De nuestra formación cristina, siempre hemos escuchado que la felicidad completa está en el cielo. Y mientras estemos en la tierra, siempre serán espacios de tiempos, y de acuerdo a los planos de la vida que se esté interactuando, serán más prolongados, pero hasta llegar al cielo siempre serán finitos. El amor y la felicidad eterna están en el cielo.

Si recurrimos al Modelo MIFE – Modelo Integrado de la Felicidad (2), podemos encontrar dos aspectos relevantes:

1)   La duración de los momentos crece a medida que se pasa de los planos base (físico) hacia los planos como el emocional, mental y espiritual (3).

2)   Se debe considerar los planos base como impulso y estímulo para avanzar hacia los planos superiores (4).

Así, para salir de nuestros momentos de infelicidad podemos considerar:

-      Aceptarlos. Reconocértelo en uno mismo.
-      Hablarlos con alguien de confianza.
-      Identifica el aprendizaje respectivo.
-      Busca los recursos espirituales, mentales, emocionales o físicos.

En el último punto, es recomendable buscar, seleccionar y aplicar los recursos partiendo desde el plano base a los superiores, esto es desde el plano físico, pasando por el emocional y mental y terminado en el plano espiritual. Así al igual que escalar una montaña, iremos ejercitándonos y fortaleciéndonos para avanzar hacia la cumbre.

Algunos de los recursos a considerar en cada plano, son los siguientes:

Plano físico
-      Hacer ejercicio físico.
-      Consumir alimentos que mejoren nuestros niveles de felicidad (clásico es el comer chocolate)
-      Disfrutar de los placeres de la vida.

Plano emocional
-      Tener buena relaciones familiares y de amigos.
-      Tener una actitud positiva
-      Lograr hacer las cosas por pasión.

Plano mental
-      Tener desafíos en la vida
-      Cultivar los pensamientos positivos
-      Meditar para lograr que nuestra mente este el aquí y en el ahora.

Plano espiritual:
-      Ser bondadoso.
-      Practicar la gratitud.
-      Practicar el perdón.

Para aclarar todo, que mejor considerar un extracto del mensaje “Ser Feliz”, que es atribuible al Papa Francisco (5):

… Me gustaría que recordaras que ser feliz, no es tener un cielo sin tempestades, camino sin accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones.
Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros.
Ser feliz no es solo valorizar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza. No es apenas conmemorar el éxito, sino aprender lecciones en los fracasos. No es apenas tener alegría con los aplausos, sino tener alegría en el anonimato.
Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafíos, incomprensiones, y periodos de crisis

Un abrazo,






Referencias:
(1)  Citado en: Pilar Jericò, “¿Cómo encontrar sentido a los malos momentos?”, https://elpais.com/elpais/2018/02/22/laboratorio_de_felicidad/1519321651_460938.html, 23 febrero 2018.
(2)  Citado en: Víctor Hugo Ramón Vergara Medina, “Formulas de la Felicidad”, http://prisma101-1.blogspot.cl/2017/05/formulas-de-la-felicidad.html, 24 mayo 2017.
(3)  Citado en: Víctor Hugo Ramón Vergara Medina, “Aporte de las Culturas a la Felicidad”, http://prisma101-1.blogspot.cl/2018/02/aporte-de-las-culturas-la-felicidad.html, 15 febrero 2018.
(4)  Citado en: Víctor Hugo Ramón Vergara Medina, “Las inquietudes y la Felicidad”, http://prisma101-1.blogspot.cl/2017/11/las-inquietudes-y-la-felicidad.html, 30 noviembre 2017.

2 comentarios:

  1. Amigo Víctor: muy interesante tu artículo, sin embargo tengo una confusión ya que hasta ahora hacía el distingo entre felicidad y alegría. La felicidad es una actitud permanente que se debe mejorar día a día. La alegría es algo pasajero al igual que la tristeza, el miedo, el desasociego. Me confunde el artículo cuando se habla de momentos de infelicidad: Como lo dice el Papa
    Ser Feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de ...momentos de trisrezas. etc. El concepto de felicidad ens más amplio.
    Saludos

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  2. Gracias por comentarios Amigo Luis:

    Es interesante la distinción entre la felicidad y la alegría.

    La alegría, como lo mencionas, al igual que la tristeza, el miedo, son emociones que actúan en el plano emocional, y desde luego son pasajeras y no permanentes. Si se debe tener presente que normalmente las emociones son más permanente que los placeres que son les plano físico y son momentos más fugaces.

    La felicidad es algo más transversal a los planos físico, emocional, mental y espiritual.

    Normalmente, la felicidad se confunde con los placeres del plano físico, la alegría del plano emocional, el fluir del plano mental o la plenitud del plano espiritual. Podemos decir que la felicidad considera todos los aspectos señalados, de acuerdo a los planos en que estemos ínteractuando.

    En relación a la dualidad felicidad e infelicidad, es reconocer la realidad que no siempre disfrutamos de los placeres, las alegrías, el fluir o la plenitud. Lo importante es saber que existe el dolor, la tristeza, el pensamiento negativo o los pesares. Y desde luego tener las “herramientas” como las señaladas en el artículo para salir lo más pronto posible y así disfrutar de los placeres, alegrías, el fluir y la plenitud.

    Un abrazo,

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