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sábado, 22 de junio de 2013

La conversión es el camino a la Felicidad

A continuación un relato de Raniero Cantalamessa, que nos enseña donde está realmente la felicidad:
Leía estos días la historia de un famoso converso del siglo XIX, Hermann Cohen, un músico brillante idolatrado como niño prodigio de su tiempo en los salones de media Europa. Una especie de joven Francisco en versión moderna. Después de su conversión, escribía a un amigo: «He buscado la felicidad por todas partes: en la elegante vida de los salones, en el ensordecedor jaleo de bailes y fiestas, en la acumulación de dinero, en la excitación de los juegos de azar, en la gloria artística, en la amistad de personajes famosos, en el placer de los sentidos. Ahora he encontrado la felicidad, de ella tengo el corazón rebosante y querría compartirla contigo... Tú dices: "Pero yo no creo en Jesucristo". Te respondo: "Tampoco yo creía y es por eso que era infeliz"».
La conversión es el camino a la felicidad y a una vida plena. No es algo penoso, sino sumamente gozoso. Es el descubrimiento del tesoro escondido y de la perla preciosa.
Referencia:
Citado en: Raniero Cantalamessa, “La conversión es el camino a la felicidad y a una vida plena”, http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=29728, 16 junio 2013.

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