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jueves, 21 de agosto de 2014

De los tipos de Felicidad


A continuación extractos del artículo de Juan del Carmelo, seglar de la congregación del Carmelo Teresiano, que es autor, editor y responsable del Blog “El Blog de Juan del Carmelo”:

Nos dice:

Del anhelo se ser Feliz
Los seres humanos, nacemos, vivimos y morimos…, con un anhelo de felicidad que nunca acabamos de satisfacer. Todos deseamos ser felices y los que somos creyentes, no solo en esta vida, sino también en  la otra que esperamos, pues por algo somos creyentes en su existencia y en la de Dios. “Recuerdo aquella vieja canción argentina que decía: “… El que tiene un peso, quiere tener dos, el de los cuarenta va por los cincuentas y el de los cincuenta va por los cien… Todos queremos más…más y más”· Y es que con respecto al ansia de felicidad, el ser humanos es el perfecto ser insatisfecho total, nada le calma su deseo.

Del engaño del dios dinero
Y este insatisfecho deseo de felicidad es lo que le lanza al hombre a darle un culto idolátrico al dios dinero, porque él cree que no lo tiene en cuantía suficiente, que todas sus desdichas derivan de la carencia de dinero y piensan que el dinero da la felicidad, lo cual es una falacia. Otros que han conseguido fortunas de dinero, desengañados de esa idea de que el dinero da la felicidad; su amor al dinero es tal, que no se atreven a decir la realidad de que el dinero no da la felicidad y cínicamente dicen: Bueno el dinero no da la felicidad, pero ayuda a conseguirla, lo cual es otra falacia.

De la Felicidad eterna
Nadie puede conseguir en esta vida una perfecta felicidad, entre otras razones por que la felicidad para ser perfecta ha de ser eterna, o al menos durar, el periodo de vida de una persona. Y uno se pregunta ¿Acaso hay alguien que pueda decir que ha sido feliz en todos los momentos de su vida? Evidentemente esa persona no existe. Se suele decir, que: no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita. Pues bien esa hipotética persona que nada necesita, puede ser plenamente feliz, porque sus relaciones con los demás, estos, más de una vez le amargarán la vida y además quien garantiza que jamás va a tener ni un simple dolor de muelas.

Todo este problema del ansia de felicidad con la que nace el hombre, es el resultado de la impronta divina, del anhelo de felicidad, con que Dios lo ha creado. Dios nos ha creado a su imagen y semejanza, para que así poder ser eternamente felices compartiendo su gloria y esa felicidad eterna que nos espera, es la que busca el hombre en este mundo y naturalmente no la encuentra. En este mundo lo que el hombre pretende es encontrar un sustitutivo de esa felicidad, que no conoce y trata de conformarse con una caricatura de la felicidad real que le espera. Pero nunca lo logra.

De los tipos de Felicidad
Son dos clases de felicidad muy distintas la que nos espera, de la que aquí abajo buscamos, porque entre otras diferencias, la felicidad en este mundo es buscada para satisfacer más a un cuerpo material que a un alma espiritual. Cuando abandonemos este mundo, nuestro actual cuerpo material se quedará aquí y será nuestra alma, la que ascienda a los cielos, que es una forma figurativa de hablar, pues el  alma irá a su mundo espiritual que es de donde procede y donde se encuentra su Señor y Dios.

Debíamos pues de distinguir, entre la felicidad celeste que nos espera y la felicidad de este mundo y de las varias diferencias que existe entre estas dos clases de felicidades, es la de que el deseo de la llamémosla felicidad celeste, siempre se realiza, nunca va a producir insatisfacción y es eterno. Mientras que el deseo de la felicidad mundana puede producir insatisfacción si no se cumplen, sus expectativas. Está claro pues que el deseo satisfecho produce felicidad y por el contrario el deseo insatisfecho, produce infelicidad. 

De la Felicidad mundana
Centrándonos en la felicidad mundana hay un término asimilado a felicidad que es el de placer y hay que distinguir  porque una cosa es felicidad y otra es el placer. En el deseo satisfecho se puede dar el placer y felicidad, pero ambas cosa son diferentes. De la misma forma que el sufrimiento puede no ser tristeza, el placer puede no ser felicidad. Para el arzobispo norteamericano de Rochester, Fulton Sheen, en su libro “El pizarrón del ángel”, nos dice que hay aquí: “un mundo de diferencias entre los dos conceptos. Entre el placer y la felicidad. El placer pertenece al cuerpo; la alegría a la mente y al corazón. La “langosta al Jeréz”, por ejemplo, da placer a muchas personas, pero ni los más fanáticos de la langosta dirían que les hace felices”.

El deseo satisfecho indudablemente produce felicidad, pero siempre de acuerdo con la naturaleza del deseo. Si el deseo es terrenal, la felicidad que producirá será también terrenal y pasajera, si por el contrario el deseo es de carácter sobrenatural, producirá siempre una felicidad de esta naturaleza. En cuanto a los deseos insatisfechos, los únicos que pueden adquirir esta categoría son los naturales, pues los sobrenaturales siempre serán satisfechos. El que de verdad busca a Dios, siempre lo encuentra.

Referencia:
-      Citado en: Juan del Carmelo, “Placer y felicidad”, http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=37035, 19 Agosto 2014.
-      Imagen obtenida de: http://www.misfrasesdeamistad.com/imagenes-de-pensamientos-positivos/, 21 Agosto 2014.

 

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