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viernes, 2 de julio de 2021

El orar o rezar nos da Felicidad

 


Al orar disminuye la frecuencia cardiaca, los músculos se relajan, el pulso disminuye y el cerebro segrega hormonas de la felicidad que permiten que la persona alcance un estado de paz y felicidad.

Resumen:

La oración es una práctica espiritual que nos ayuda a mejorar nuestro nivel de felicidad. Es en términos sencillos la forma de cómo nos comunicamos con nuestro Ser Supremo.

Al realizar actividades en el plano espiritual, estas influyen en los planos mental, emocional y físico.

Según el párroco de la iglesia Santísimo Sacramento Donny de León, la oración es muy importante porque: “Le devuelve la vida al alma. Cuando se es agradecido, se saca del corazón el negativismo y se realza la valoración a la familia. Esta es la base de la felicidad y la paz”.

Al orar estamos “conversando con Dios” en la cima de la montaña, donde estamos más cerca de Él, lo que hace que sea más efectiva nuestra comunicación y tiene mayor impacto en mejorar nuestro nivel de felicidad.

El conversar con Dios:

Sabemos que la oración es una práctica espiritual que nos ayuda a mejorar nuestro nivel de felicidad.

El orar, es en término sencillo, es la forma de cómo nos comunicamos con nuestro Ser Supremo.

Si consultamos al Diccionario de la lengua española (1), nos encontramos que orar es:

Dirigirse mentalmente o de palabra a una divinidad o a una persona sagrada, frecuentemente para hacerles una súplica.

Para el mundo católico (2):

Orar es elevar el espíritu hacia Dios.  Se trata de buscar a Dios para agradecerle por lo recibido o pedir su intercesión en alguna situación determinada.

Normalmente se hace una diferencia entre el orar y rezar. Desde su origen / etimología (2):

Orar:

Orar, por un lado, viene del latín orāre, y quiere decir “hablar, pedir o rogar por algo”.

Rezar:

Rezar también viene del latín: recitāre. Esta palabra quiere decir literalmente “recitar”.

En términos práctico se considera que orar es hacerlo en silencio y hacia dentro. Y el rezar es orar, pero en voz alta.

Se presenta a continuación extractos del artículo de Vanessa Tapia: “La oración es la base de la felicidad” (3), que nos entrega mayores antecedentes de la relación estrecha que hay entre oración y felicidad.

La oración es la base de la felicidad (3):

La oración es un encuentro con Dios que tiene importancia en la vida de todo creyente, pero, además, es de gran utilidad para el bienestar psicológico y emocional de manera integral. Según Leticia Ortega Rosines, psicóloga clínica y terapeuta familiar, la terapia espiritual está ligada a los estados emocionales y se recomienda para quienes necesitan una vía para calmarse, encontrar paz interna, fomentar la tranquilidad, incentivar una mayor concentración y tener la oportunidad de sanar y encontrar el perdón.

“Se ha comprobado a través de estudios desarrollados en Estados Unidos e Italia, que rezar disminuye la frecuencia cardiaca, los músculos se relajan, el pulso disminuye y el cerebro segrega hormonas tranquilizadoras (como la serotonina, dopamina) que permiten que la persona alcance un estado de paz. También se demostró que ayuda a prevenir la pérdida de la memoria y, por ende, el alzhéimer”, sostiene Ortega.

Tiempo para reflexionar

Para el padre Donny de León, párroco de la iglesia Santísimo Sacramento, la oración es tan (o mucho más) importante que respirar. “Le devuelve la vida al alma. Cuando se es agradecido, se saca del corazón el negativismo y se realza la valoración a la familia. Esta es la base de la felicidad y la paz”, recalca.

No hay excusas para no orar.

Si no sabe cómo hacerlo debe recordar que lo valioso no es saber qué dice, sino a quién le habla. “Pida y agradezca con el corazón. Rezar significa hablar con Dios, quien me ama. A veces las palabras sobran porque hay diálogos que no las necesitan”. Al estar en un mundo acelerado, en el que las personas están de un lado a otro, a veces no se deja tiempo para reflexionar. Recuerde, la peor oración es la que no se hace.

¿Cuándo hacerlo?

No existe una hora específica en la que sea obligatorio hacerlo. Sin embargo, la mayoría de las personas prefiere orar al levantarse o antes de dormir. Este hábito se puede poner en práctica desde la niñez hasta la vejez. No hay una edad límite para hablar con Dios y encontrar la paz espiritual.

La oración se da en la cima de la montaña:

La importancia de la oración es que es una práctica espiritual, lo que significa que se desarrolla en el plano espiritual, que es uno de los planos más elevados de nuestra coexistencia humana.

El otro aspecto importante es que las actividades en el plano espiritual influyen en los planos mental, emocional y físico. Así como las actividades de los planos físico, emocional y mental tienen efecto en el plano espiritual.

Podemos decir que es como escalar una montaña, uno empieza en la base (plano físico) y al ir avanzando hacia la cumbre va pasando por los planos emocional, mental, hasta llegar al plano espiritual.

La diferencia es que el subir la montaña es más dificultoso que el descender, porque al bajar nos ayuda la ley de la gravedad. O podemos decir que la influencia de las actividades del plano espiritual en los planos mental, emocional y físico es mayor que el efecto de las actividades del plano físico en los planos emocional, mental y espiritual.

También, al orar estamos “conversando con Dios” en la cima de la montaña, donde estamos más cerca de Él, lo que hace que sea más efectiva nuestra comunicación y tiene mayor impacto en mejorar nuestro nivel de felicidad.

Un abrazo,

 

Referencias:

(1)  Citado en: https://dle.rae.es/orar, consultado 30 junio 2021.

(2)  Citado en: https://difiere.com/diferencia-entre-rezar-y-orar/, consultado 30 junio 2021.

(3)  Citado en: Vanessa Tapia, “La oración es la base de la felicidad”, https://www.expreso.ec/buenavida/oracion-base-felicidad-101419.html, 28 marzo 2021.

(4)  Imagen obtenida de: http://www.cosasparamimuro.com/image/7185/oracion-de-dios, consultado 2 julio 2021.


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