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viernes, 16 de julio de 2021

La Felicidad según el filósofo Immanuel Kant

 


“La moral no es realmente la doctrina de cómo ser felices sino de cómo ser dignos de felicidad.” Kant, Crítica de la razón práctica.

Resumen:

Para el filósofo Immanuel Kant, la felicidad no depende del destino ni de los demás, sino de uno mismo, de nuestros propios comportamientos y carácter.

Indica que no puede definir con precisión, pues la felicidad significa cosas distintas para cada ser. Que es imposible para una persona definir con exactitud qué considera que le produciría felicidad.

Menciona que “el estar contento consigo mismo sí dependería por entero de nosotros”.  Y que “el sosiego de hallarse satisfecho y estar en paz consigo mismo sería la clave kantiana para ser feliz al margen de las contingencias”.

La felicidad de Kant

Sabemos que, para Kant, la felicidad no depende del destino ni de los demás, sino de uno mismo, de nuestros propios comportamientos y carácter.

De acuerdo con el artículo de Enrique Suárez-Íñiguez: “La felicidad en la obra de KANT” (1):

Kant acepta que la felicidad es el fin al que todos aspiramos. Sin embargo, dar un concepto definido de ella no es posible, nos dice, pues la idea de felicidad es un absoluto, en tanto que los elementos que la componen son empíricos (tomados de la experiencia). Tampoco se puede definir con precisión, pues la felicidad significa cosas distintas para cada ser. Aún más: es imposible para una persona definir con exactitud qué considera que le produciría felicidad. Si quiere riquezas, esto le producirá envidias, ansiedades, intrigas, que serán un peso sobre sus hombros; si desea conocimiento, el propio saber le puede mostrar cosas desagradables que ahora no conoce o añadirle nuevas necesidades; si pretende una larga vida, ¿Quién le garantiza que no será un largo sufrimiento?; si desea salud, deberá sacrificar muchos deseos para conservarla. No es posible, pues, definirla con precisión, y por consiguiente tampoco determinar qué medios universales permitirían conseguirla. La felicidad –dice– no es un ideal de la razón, sino de la imaginación. Es una necesidad natural y pertenece a la esencia del ser humano, pero por ser distinta para cada uno, sólo puede concebirse como imperativo hipotético, es decir, como medio para conseguir algo.

Para conocer más antecedentes sobre el pensamiento de Kant y la felicidad, se entregan a continuación extractos del artículo de Roberto R. Aramayo: “¿Cómo se conquista la felicidad? Algunas reflexiones filosóficas” (2).

¿Cómo se conquista la felicidad? Algunas reflexiones filosóficas (2)

A qué llamamos felicidad

¿Cuál es el núcleo duro de lo que llamamos felicidad? Para realizar esta breve incursión por la historia del pensamiento, conviene hacerse con un buen guía. Contra lo que suele creerse, a Kant le preocupó mucho el tema de la felicidad y lo aborda muchas veces a través de toda su obra.

Resulta curioso comparar las distintas definiciones que va dando Kant. Comienza por definir a la felicidad como una cabal y plena satisfacción de todas nuestras necesidades e inclinaciones en lo tocante a su número, intensidad y duración.

Más adelante, sin desdecirse, la cifrará en que todo nos vaya con arreglo a nuestro deseo y a nuestra voluntad, siendo así que, por consiguiente, la segunda podría no coincidir con el primero, al pretender hacernos dignos de la felicidad y advertir que la mera complacencia de las inclinaciones nos dejaría insatisfechos.

Kant adopta la perspectiva de quien hubiera podido diseñar al ser humano y entiende que, si hubiera querido programarle para ser feliz, le habría dotado únicamente con el aparato instintivo que comparte con otros animales. Al dotarle de razón y hacerle reflexivo, le permitía cultivar sus disposiciones naturales y moderar sus pulsiones egoístas para vivir en comunidad. Cualquier cosa que perjudique a los demás valdría con miras al deseo, pero sería matizada por nuestra facultad volitiva orientada moralmente.

Inalcanzable y fortuita

El planteamiento kantiano añade que, al bosquejar nuestra felicidad, utilizamos trazos aportados por la sensibilidad, combinándolos con otros que allega la imaginación y el entendimiento. Además, no dejamos de modificar ese boceto a cada instante y, por lo tanto, resulta imposible acomodar a un estado efectivo esa situación tan ideal como mutable, lo que la hace prácticamente inalcanzable.

 

Para lograr conseguir lo que nos hace feliz, nuestro calculo siempre dependerá en última instancia del azar, salvo que apostemos por el sucedáneo de una felicidad como la definida en primer lugar.

El secreto de la permanencia

Según Kant, el estar contento consigo mismo sí dependería por entero de nosotros. El sosiego de hallarse satisfecho y estar en paz consigo mismo sería la clave kantiana para ser feliz al margen de las contingencias. En definitiva: no se trataría de conseguir nada en particular, sino de ponernos una meta que podemos perseguir por nuestra cuenta y riesgo.

En realidad, Kant hace suyo el espíritu del estoicismo. Se trata de conquistar nuestra ciudadela interior y no consentir que se vea sojuzgada por dictados ajenos. Al divorciarse del éxito y sus ataduras, la buena voluntad kantiana deviene completamente autónoma, en la estela del sabio estoico que desprecia los bienes materiales para sosegar su ánimo domeñando las cuitas imaginarias.

El pensamiento de Kant sobre la felicidad:

La primera definición de Kant sobre la felicidad es que “la felicidad es una cabal y plena satisfacción de todas nuestras necesidades e inclinaciones en lo tocante a su número, intensidad y duración”.

Indica que, si se hubiese podido diseñar el ser humano, y se “hubiera querido programarle para ser feliz, le habría dotado únicamente con el aparato instintivo que comparte con otros animales”.

“El estar contento consigo mismo sí dependería por entero de nosotros. El sosiego de hallarse satisfecho y estar en paz consigo mismo sería la clave kantiana para ser feliz al margen de las contingencias”.

 

Un abrazo,



 



Referencias:

(1)  Citado en: Enrique Suárez-Íñiguez, “La felicidad en la obra de KANT”, https://www.revistaciencia.amc.edu.mx/images/revista/61_1/PDF/09-Kant_61_1.pdf, consultado 14 julio 2021.

(2)  Roberto R. Aramayo, “¿Cómo se conquista la felicidad? Algunas reflexiones filosóficas”, https://www.prensalibre.com/vida/salud-y-familia/como-se-conquista-la-felicidad-algunas-reflexiones-filosoficas/, 4 abril 2021.

(3)  Imagen obtenida de: https://www.ofrases.com/frase/9390, 16 julio 2021.


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