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lunes, 24 de julio de 2017

Cultiva tu jardín, que te dará Felicidad

Resumen:
Se menciona la “ley del sembrador”, que dice: “lo que sembramos cosechamos”.
Se invita que lo aprendido al cultivar un jardín terrenal, nos permite aplicarlo para ser jardineros de nuestro corazón, de nuestra mente y de nuestra alma y así lograr que nuestra felicidad sea más duradera.
 
La felicidad de un jardín:
Cuantas veces en nuestros paseos nos detenemos a apreciar las maravillas de algún jardín que sale a nuestro paso. Podemos disfrutamos con sus flores, sus fragancias y múltiples colores. Nuestra vista y nuestro olfato se deleitan de los placeres que nos da el jardín. Placeres que nos proporcionan momentos de felicidad. Pero… estos son momentos duran esencialmente el tiempo que apreciamos o permanecemos en el lugar y esto ocurre porque estamos vivenciando estos placeres en el plano material.
 
El que sean sólo momentos, se nos viene a nuestro pensamiento la pregunta: ¿Qué necesitamos para que estos momentos sean más duraderos?
 
Una respuesta es que permanezcamos más tiempo en la presencia y disfrutando del jardín. Otra línea de respuesta, es lograr vivenciar en los planos superiores de la existencia, como es el caso del emocional. Y en este plano, si queremos que los momentos de felicidad duren más, debemos cultivar el jardín de nuestro corazón.
 
En relación al querer prolongar nuestros momentos de felicidad, he encontrado un artículo sobre la importancia que tiene el cultivar el jardín en el plano emocional, es decir en nuestro corazón. Se presenta a continuación algunos párrafos seleccionados (1):
 
“Cultiva un jardín”:
-      Si quieres ser feliz un día, embriágate; si quieres ser feliz una semana, cásate; si quieres ser feliz toda tu vida, cultiva un jardín”.
 
-      Jardín es edén, paraíso, lugar ameno y delicioso, del cual habla el Génesis, y que es, no propiamente el lugar del cual venimos y que perdimos por culpa de nuestros primeros padres, sino la maqueta del lugar donde viviremos por toda la eternidad. Venir del jardín terreno, delicioso. Ir al jardín celestial, sublime.
 
-      Al hombre del siglo XXI le urge prestar atención al jardín, el huerto donde el jardinero cultiva flores, hojas de colores que llenan de brillo y esplendor la naturaleza, y de felicidad al que las cultiva y las contempla.
 
-      Al hombre actual le corresponde la tarea ingente de cultivar el jardín de su corazón para que produzca flores de todos los aromas y colores, como la confianza, la gratitud, la paciencia, la acogida, la fortaleza y la solidaridad, en una palabra, las flores del amor, que llenan la vida de felicidad.
 
La ley del sembrador:
Sabemos que los jardineros hacen uso de la “ley del sembrador”, que fue enseñada por Jesús y que dice: “lo que sembramos cosechamos”. Esta ley que normalmente la aplicamos en el plano terrenal (físico) nos dice que debemos sembrar, abonar y sobre todo cuidar lo sembrado para que las malezas que siempre están presente sean eliminadas y así lograr una buena cosecha.
 
También podemos ser jardineros de nuestro corazón (plano emocional), sembrándolo con amor y cuidándolo para que las malezas como el odio, pena, y tantas otras, sean eliminadas. Así lograremos cosechar bondad, alegría, motivación y solidaridad, que nos permitirán aumentar nuestro nivel de felicidad.
 
El cuidado de nuestros jardines:
Esta es una ley que es válida para los restantes planos de coexistencia del ser humano, como son los planos mentales y espirituales.
 
Nuestro desafío es que lo aprendido al cultivar un jardín terrenal (plano físico), nos permite aplicarlo para ser jardineros de nuestro corazón, de nuestra mente y de nuestra alma y así lograr que nuestra felicidad sea más duradera.
 
Un abrazo,
 
 
Referencias:
-      (1) P. Hernando Uribe, “Cultiva un jardín”, http://www.elcolombiano.com/opinion/columnistas/cultiva-un-jardin-GN6906800, 14 Julio 2017.
 
 

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