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jueves, 5 de mayo de 2022

Las Bienaventuranzas y la Felicidad

 


"Felices los pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los cielos"

Resumen:

Cuando se habla de los pobres en las bienaventuranzas, se puede indicar que se refiere a la gente humilde de corazón, aunque no sea humilde materialmente… La virtud de la pobreza es el testimonio de quienes han elegido el amor de Dios como único tesoro y riqueza, que buscan el Reino de Dios como única heredad.

Debemos entender que la felicidad no es un producto, sino un proceso. No es un objeto que se puede comprar, sino un trabajo que requiere un esfuerzo espiritual. La felicidad no es un premio, sino una consecuencia.

La primera bienaventuranza es clave para entender el resto: "Felices los pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los cielos". La sabiduría consiste no en poder satisfacer todas las necesidades, sino en tener cada vez menos necesidades que satisfacer.

Las bienaventuranzas y la pobreza

Quizás uno de los aspectos difícil de entender en La Biblia es lo indicado en las bienaventuranzas en la que se menciona: Felices los pobres. Y desde luego lo que significa el ser pobre.

Un punto de partida puede ser el siguiente (1):

En la Biblia las bienaventuranzas se presentan en dos versiones, una de Mateo y una de Lucas, que parecen opuestas en algunos aspectos esenciales. Principalmente interesa examinar cómo ambas comprenden la promesa o el anuncio de felicidad para los pobres. La versión de Lucas dice: “Felices los pobres porque de ustedes es el reino de Dios” (Lc 6,21), mientras que la de Mateo señala: “Felices los que tienen el espíritu del pobre porque de ellos es el reino de los cielos”, o “pobres en espíritu”, o “pobres de espíritu” (Mt 5,3). Ambos evangelios coinciden en que el reino y la felicidad son para los pobres, pero parecen discrepar sobre quién debe ser considerado tal (1).

Específicamente, el significado de los “pobres de espíritu” (2):

Es una persona que reconoce su miseria espiritual en la presencia de Dios. Un pobre en espíritu es quien sabe que esta arruinado espiritualmente cuando estamos sin Dios. Es quien que está desprovisto de toda virtud y reconoce su pobreza total ante el Señor (2).

Las diferencias de ambos evangelios respecto a los pobres, lo podemos revisar en (3):

Si en Lucas se dice que los pobres reales son felices, es porque Dios ya está trabajando por y para ellos. Esa es su misión. Lo que la versión de Mateo estaría añadiendo es que los pobres espirituales o discípulos, están llamados a colaborar con esa misión: la liberación de los pobres reales (3).

Se debe tener presente a modo de aclaración (4):

los pobres no son felices porque son pobres, sino porque van a recibir el ReinoLa fe cristiana no justifica ni enaltece la pobreza, sin embargo, nos invita a vivir una vida despojada de aquello que entorpece una vida de seguimiento pleno a Jesús (4).

En términos generales, se puede mencionar que cuando se habla de los pobres (5):

Se refiere a la gente humilde de corazón, aunque no sea humilde materialmente y poniéndola por obra. La virtud de la pobreza es el testimonio de quienes han elegido el amor de Dios como único tesoro y riqueza, que buscan el Reino de Dios como única heredad (5).

Se entrega a continuación mayores antecedentes del tema de la pobreza que es referida en las bienaventuranzas y la felicidad, transcribiendo extractos del artículo del Pbro. José Manuel Fernández: “Mendigo de felicidad” (6).

Mendigo de felicidad (6).

Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, dijo:

Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece!

¡Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados!

¡Felices ustedes, los que ahora lloran, porque reirán!

¡Felices ustedes, cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y los proscriban, considerándolos infames a causa del Hijo del hombre!

¡Alégrense y llénense de gozo en ese día, porque la recompensa de ustedes será grande en el cielo! ¡De la misma manera los padres de ellos trataban a los profetas!

Pero ¡ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo!¡

Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos, ¡porque tendrán hambre!

¡Ay de ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas!

¡Ay de ustedes cuando todos los elogien!” (Lc 6,20-26).

Las Bienaventuranzas son la biografía de Jesús: él fue pobre, tuvo hambre, lloró, lo odiaron, excluyeron, insultaron, lo proscribieron. Son un camino ascético, teniendo en cuenta que esta significa esencialmente, ejercitarse en la libertad interior.

"Ascesis" significa ejercicio, adiestramiento. Nos adiestramos en las actitudes que Jesús nos muestra en las bienaventuranzas.

Mientras que el evangelista Mateo presenta nueve bienaventuranzas, Lucas indica cuatro. El evangelio de este día comienza afirmando que "Jesús, levantando la mirada hacia sus discípulos", les proclamó las bienaventuranzas. Les enseña que levantando la mirada podemos descubrir la felicidad auténtica. Con ojos nuevos se puede descubrir la novedad de Dios. Y también hay que mirar hacia dentro. Por eso el filósofo danés Sören Kierkegaard (1813-1855) advertía que:

"La puerta de la felicidad se abre hacia dentro, hay que retirarse un poco para abrirla: si uno la empuja, la cierra cada vez más".

El hombre es un mendigo de felicidad. Todos la deseamos, aunque no muchos la descubren.

El Maestro habla, y comienza así: "Felices ustedes". La primera palabra es una garantía: "he venido a traerles la alegría".

La religión es para que la persona humana encuentre el gozo. Evangelio significa "buena noticia". Con lo cual, la tristeza, la melancolía, el miedo, y el pesimismo están en contra del evangelio.

Gilbert Chesterton ha escrito:

"Un cristiano triste es un cristiano fracasado".

La Madre Teresa de Calcuta recomendaba a sus monjas:

"Lleven siempre la alegría. El bien hay que hacerlo con alegría: si están tristes, no pueden anunciar a Dios a nadie, porque Dios es feliz".

Y san Juan XXIII llegó a decir:

"¿Saben por qué siempre estoy contento? Porque no encuentro ningún motivo para estar triste".

¡Cuánta razón tenía! La serenidad y la paz del corazón son irrenunciables para un verdadero creyente si es que quiere ser creíble. Habría que comprender que la felicidad no es un producto, sino un proceso. No es un objeto que puedo adquirir en la góndola de un supermercado, sino un trabajo ascético que requiere un esfuerzo espiritual. La felicidad no es un premio, sino una consecuencia. En esta línea puede suceder que también en las tinieblas de un campo de concentración nazi, puedan florecer las bienaventuranzas en el alma.

No hay que confundir estar feliz con estar divertido o satisfecho. Es verdad que una cosa es la satisfacción, el estar contento y, otra, el intento de alcanzar la felicidad. "Estar contento" es sinónimo, al menos etimológicamente, no en el uso actual, de "estar contenido", es decir ubicado dentro de los propios límites y sin querer sobrepasarlos.

La primera bienaventuranza es clave para entender el resto: "Felices los pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los cielos". En este aspecto, la sabiduría consiste no en poder satisfacer todas las necesidades, sino en tener cada vez menos necesidades que satisfacer. Como dice el poeta chileno Pablo Neruda (1904-1973):

"La felicidad no es exterior sino interior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos sino de lo que somos".

La felicidad de las bienaventuranzas

El Pbro. José Manuel Fernández nos enseña que:

Habría que comprender que la felicidad no es un producto, sino un proceso. No es un objeto que puedo adquirir…, sino un trabajo que requiere un esfuerzo espiritual. La felicidad no es un premio, sino una consecuencia.

No hay que confundir estar feliz con estar divertido o satisfecho. Es verdad que una cosa es la satisfacción, el estar contento y, otra, el intento de alcanzar la felicidad.

La primera bienaventuranza es clave para entender el resto: "Felices los pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los cielos". En este aspecto, la sabiduría consiste no en poder satisfacer todas las necesidades, sino en tener cada vez menos necesidades que satisfacer.

Un abrazo,


 

 



Referencias:

(1)  “¿Felices los pobres (Mt 5,3)? Evidencia empírica para confrontar una promesa evangélica”, https://www.redalyc.org/journal/2911/291166073010/html/, 24 septiembre 2020.

(2)  Citado en: Diana Paz, “Devocional: ¿Quién es un pobre en espíritu?”, https://web.ucenm.net/2020/02/10/devocional-quien-es-un-pobre-en-espiritu/, 10 febrero 2020.

(3)  “¿Felices los pobres (Mt 5,3)? Evidencia empírica para confrontar una promesa evangélica”, https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-92732020000300231#:~:text=Si%20en%20Lucas%20se%20dice,liberaci%C3%B3n%20de%20los%20pobres%20reales., diciembre 2020.

(4)  Citado en: “Lucas 6, 20-26: ¡Felices Ustedes, Los Pobres, ¡Porque El Reino De Dios Les Pertenece!”, https://boosco.org/www/2019/09/10/lucas-6-20-26-felices-ustedes-los-pobres-porque-el-reino-de-dios-les-pertenece/, 11 septiembre 2019.

(5)  “¿Qué significa pobre en la Biblia?”, https://aleph.org.mx/que-significa-pobre-en-la-biblia, 20 marzo 2021.

(6)  Citado en: Pbro. José Manuel Fernández, “Mendigo de felicidad”, https://www.diariodecuyo.com.ar/columnasdeopinion/Mendigo-de-felicidad-20220212-0044.html, 14 febrero 2022.

(7)  Imagen obtenida de: https://slideplayer.es/slide/1131609/, consultado 4 mayo 2022.


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