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jueves, 23 de junio de 2022

La Felicidad de Sigmund Freud

 


Lo que llamamos felicidad, en el sentido más estricto, proviene de la satisfacción (preferiblemente repentina) de necesidades que están siendo reprimidas”. Sigmund Freud

Resumen:

La felicidad ha evolucionado desde una concepción global dada por la “ciencias antiguas”, que no tenían la formulación de la “ciencia moderna” que ha ido demostrando científicamente su validez.

Se presenta el pensamiento de Sigmund Freud, que indica que la felicidad del ser humano se orienta únicamente a saciar sus necesidades. Esto nos aboca a experimentar un bienestar momentáneo y fugaz. Por eso, la felicidad proviene de la satisfacción de nuestras necesidades ignoradas o no atendidas.

Es por lo anterior que buscamos la felicidad intentando satisfacer nuestras necesidades, y esto nos hace caer en comportamientos que, lejos de darnos bienestar, traen el sufrimiento.

La evolución de la felicidad

La evolución de la felicidad es similar a la mayoría de los temas importantes en la vida, en el que se tiene una concepción global del conocimiento del tema, procedente de las “ciencias antiguas” que no tenían la formulación de la “ciencia moderna” la que se rige por el método científico como el esquema base para hacerlas objetivas y comprobable en su avance a la “verdad”.

Muchos aspectos que ya se sabían por las “ciencias antiguas” han sido demostrado “científicamente” por la ciencia moderna.

También se debe considerar que hay una evolución de la felicidad a medida que se han incorporado los diferentes planos de coexistencia del ser humano (1), desde el plano físico o material, pasando por el plano emocional, por el plano mental hasta el plano espiritual. En este caso, la “ciencia antigua” han planteado una visión global e integral, que para el caso de la “ciencia moderna” han caminado desde el plano físico hacia los otros planos de coexistencia del ser humano.

Se entregan a continuación extractos del artículo de www.lamenteesmaravillosa.com: “La felicidad según Sigmund Freud”, que plantea el pensamiento del médico neurólogo austriaco, que está basado esencialmente en el plano físico.

La felicidad según Sigmund Freud

Para Freud, la felicidad del ser humano se orienta únicamente a saciar sus necesidades. Esto nos aboca a experimentar un bienestar momentáneo y fugaz. Lo que explica nuestra insatisfacción continuada.

¿En qué se basa la felicidad según Freud?

La felicidad, señalaba Freud, proviene de la satisfacción de nuestras necesidades ignoradas o no atendidas. A esta conducta la definió como principio del placer y, si lo pensamos bien, sirve de espejo para muchas de las conductas que observamos en la actualidad. Buscar la satisfacción y el refuerzo de dopamina es una constante en buena parte de nuestra población.

El principio del placer nos invita a experimentar un sentimiento muy breve y puntual de satisfacción. Somos esa sociedad que no sabe (o no puede) retrasar o sacrificar su necesidad de gratificación inmediata para poder obtener recompensas más duraderas a largo plazo. Lo que deseamos lo debemos lograr aquí y ahora y en caso contrario, surge el malestar.

Tal y como nos indicaba Freud en su día, debido a ese “apetito” constante por obtener refuerzos a nuestros instintos, difícilmente alcanzaremos un bienestar real y duradero. Cabe señalar, como ya podemos intuir, que nuestro célebre psiquiatra austríaco siempre albergó una visión muy pesimista sobre el concepto de la felicidad

El malestar de la cultura, un libro muy relevante

Para entender qué era la felicidad para Freud es imprescindible leer El malestar de la cultura (1930) junto con la Psicología de las masas y el análisis del yo. Son dos textos muy decisivos de la psicología social e incluso del siglo XX en general. ¿La razón? En estos trabajos nos explica que, en realidad, el ser humano no puede ser feliz dentro de la civilización (aunque tampoco puede estar sin ella).

La civilización y la propia sociedad nos dan seguridad, pero nos reprimen. Esa represión es la que oprime, silencia y regula nuestros instintos más básicos. De ese modo, solo cuando podemos liberarlos de vez en cuando, logramos la felicidad. Por ejemplo, el sexo era una forma evidente de felicidad para Sigmund Freud.

Las personas únicamente buscan dos cosas: evitar el sufrimiento y buscar a toda costa alguna manera de obtener placer. Esto, que nos puede parecer rudimentario y elemental, define una parte amplia de las conductas de las personas. Pensemos que el placer lo conseguimos con cosas tan simples como al saciar el hambre, al atender nuestras necesidades de filiación o al obtener determinados recursos materiales.

La felicidad según Sigmund Freud es algo que siempre buscaremos

La felicidad según Sigmund Freud es algo que siempre intentamos alcanzar y que nunca logramos prolongar. Es como buscar luciérnagas en la noche. Nos cautivan por su luz, nos hechizan, pero cuando las cogemos su destello se apaga muy pronto. La verdad es que el padre del psicoanálisis asumía que el ser humano no tenía precisamente fácil alcanzar ese bienestar permanente y enriquecedor.

Tal y como nos explicó en El malestar en la cultura, hay 3 factores que median en esa dificultad para lograr la felicidad. La primera es por nuestro cuerpo y nuestra psique. Somos seres cuyo cuerpo enferma y envejece, y somos vulnerables ante las adversidades.

El segundo factor es el mundo exterior, la civilización, un escenario difícil, contradictorio y a menudo destructivo. Y la tercera variable que orquesta en nuestra dificultad para ser felices son las relaciones humanas.

Crítica a la visión de Freud: satisfacción y felicidad no son lo mismo

Hay un hecho innegable. La felicidad según Freud ejemplifica buena parte de nuestra conducta presente. Buscamos la felicidad intentando satisfacer nuestras necesidades, y esto nos hace caer en comportamientos que, lejos de darnos bienestar, traen el sufrimiento.

¿Cuál es la solución, entonces? Vale la pena recordar aquí lo que nos dijo el psicólogo cognitivo Daniel Kahneman, Premio Nobel de Economía en 2002. Según él, es necesario diferenciar entre satisfacer las necesidades y la felicidad; porque no son la misma cosa.

Nuestras necesidades siempre estarán ahí, pidiéndonos atención. Satisfacerlas solo nos dará una sensación de recompensa puntual. Y al poco, volverá el hambre, el deseo, la necesidad…

La auténtica felicidad requiere dar forma a otro tipo de satisfacción, esa en la que invertimos en metas a largo plazo y no en recompensas inmediatas. Saber aplazar las gratificaciones, y esforzarnos en alcanzar propósitos más elevados, puede conducirnos a una sensación de bienestar más perdurable.

La felicidad de Freud

Para Freud, la felicidad del ser humano se orienta únicamente a saciar sus necesidades. Esto nos aboca a experimentar un bienestar momentáneo y fugaz. Por eso, la felicidad proviene de la satisfacción de nuestras necesidades ignoradas o no atendidas.

Las personas únicamente buscan dos cosas: evitar el sufrimiento y buscar a toda costa alguna manera de obtener placer. Esto hace que la felicidad es algo que siempre intentamos alcanzar y que nunca logramos prolongar.

Es por lo anterior, que buscamos la felicidad intentando satisfacer nuestras necesidades, y esto nos hace caer en comportamientos que, lejos de darnos bienestar, traen el sufrimiento.

 

Un abrazo,



 

 

 

Referencias:

(1)  Citado en: Victor Hugo Ramón Vergara Medina, “La Felicidad en la Pirámide y en la Montaña”, https://prisma101-1.blogspot.com/2018/03/la-felicidad-en-la-piramide-y-en-la.html, 23 marzo 2018.

(2)  Citado en: “La felicidad según Sigmund Freud”, https://lamenteesmaravillosa.com/felicidad-segun-sigmund-freud/, 25 mayo 2022.

(3)  Imagen obtenida de: https://es-la.facebook.com/LiteraturaYPsicoanalisis/photos/a.421813421187044/1383309268370783/?type=3, consultado 22 junio 2022.

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