Como
se dice: “todos los caminos llevan a Roma”, en el ámbito de la espiritualidad,
podemos indicar que Dios, nuestro Padre Supremo, es el único que puede darnos
la verdadera felicidad. Y el camino no es otro que el de creer.
Todos
sabemos del maravilloso relato del evangelio de San Lucas 1, 39-48, sobre la
visita de la María a su Prima Isabel:
En aquellos días,
María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá.
Entró en la casa de
Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: "¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!. ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?. Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor".
María dijo entonces:
"Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo
en Dios, mi Salvador, porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las generaciones me
llamarán feliz.
En
los comentarios del “Evangelio cotidiano 2013”, se menciona:
Isabel proclama la
primera bienaventuranza: “Dichosa tú, que has creído”. Porque el camino de la
felicidad (y eso es justamente es lo que significa bienaventuranza) comienza
con la fe, creyendo. Es un movimiento que nos saca de
nosotros mismos, de nuestra omnipotencia y autosuficiencia, y nos lleva a Dios,
que es el único que puede darnos la verdadera felicidad. Creer para ser feliz.
Bendícenos
Padre Dios con el don de la Fe, con el don de Creer. Porque así estaremos en el
camino de la felicidad verdadera.
Referencia:
-
Citado en: “Evangelio cotidiano 2013:
comentarios y oraciones”, 1ra. Edición San Pablo, Buenos Aíre, Argentina,
Septiembre 2012, Sábado 21 Diciembre 2013.
- Foto obtenida de: http://www.padredennis.com/2012/06/01/maria-e-isabel-encuentro-de-dos-mujeres-de-fe-que-celebran-la-vida/, 25 Diciembre 2013.
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