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viernes, 22 de enero de 2016

No sólo con pan es Feliz el Hombre


A continuación una revisión del artículo de Mario Gensollen, el que plantea la premisa: “los griegos lo sabían: la felicidad no es para todos”.

Los argumentos entregados a favor sobre esta premisa son:

Los griegos concebían la felicidad no como un estado momentáneo de satisfacción, placer o alegría. Si la felicidad es el fin último de los seres humanos, al cual se ordenan todos los demás fines, éste debe ser perfecto. No es concebible una felicidad fugaz ni pasajera.

La ética griega, casi en su totalidad, puede ser entendida como una respuesta a cómo vivir a merced de la fortuna.

Esta premisa es apoyada por el espíritu posmoderno. La desestructuración de la vida posmoderna hace imposible la consecución jerarquizada de nuestro fin último: la felicidad.

Para los griegos el orden vital y la jerarquización son condiciones necesarias para ser felices.

En contraposición del enfoque de los griegos está asociada a la llegada del cristianismo. Los seguidores de Cristo democratizaron la felicidad: todos somos iguales a los ojos de Dios, y por ello todos podemos ser felices.

A su vez, se indican los errores de los enfoque de la felicidad a través de aspectos externos:  

Aquellos que dedican su vida a la consecución de distintos placeres se equivocan: se comportan como pequeñas bestias, haciendo su vida semejante a la de los animales. Una vida así -pensaron- es indigna para un ser humano. También hay aquellos que dedican su vida a la acumulación de dinero o fama: otra vez se equivocan. Confunden medios con fines. Buscamos dinero u honor porque éstos nos permiten algo más, son medios para la obtención de otras cosas: con el dinero compramos comida, ropa y distintos útiles; el honor nos otorga favores. Pero también hay otras formas de vida más adecuadas para la felicidad: aquellas volcadas a la vida práctica o al conocimiento. La más perfecta es la última.

Enfoque hay muchos, siendo la perspectiva integral la que genera mayor aceptación, al reconocer que el ser humano no sólo debe considerar los aspectos externos (ambiente físico en el que se vive), sino que también los aspectos internos (espíritu y el pensamiento de los seres humanos).

Referencias:
-      Citado en:  Mario Gensollen, “Felicidad, suerte y democracia / El peso de las razones”,  http://www.lja.mx/2015/12/felicidad-suerte-y-democracia-el-peso-de-las-razones/, 29 Diciembre 2015.
-      Imagen obtenida de: http://davidvergaradc.blogspot.cl/2008/03/aaa.html, 22 Enero 2015.

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