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jueves, 19 de abril de 2012

Un “recuerdo” de la vieja verdad hipocrática que rezaba: “Somos lo que comemos”.

Un interesante artículo que hace mención del funcionamiento de nuestro sistema nervioso y cómo nuestro organismo procesa ciertos alimentos no solamente para nutrirse, sino para procurarse una dosis de “felicidad”.

Carina Barré (nutricionista, especializada en Nutrición Ortomolecular en España) sostiene que si bien el cerebro representa el 2 o 3% del peso de nuestro cuerpo, requiere los nutrientes del 20% de los alimentos que ingerimos. “El correcto funcionamiento del cerebro depende del oxígeno, de la glucosa y de otros nutrientes esenciales, de allí que una alimentación desequilibrada, con carencias, determina síntomas variables, que van desde el cansancio y el nerviosismo, hasta la falta de memoria y la depresión”.

Menú feliz

¿Pero cuáles son los alimentos que estimulan buenos estados de ánimo? Todos aquellos que contribuyen a una correcta nutrición del cerebro y que favorecen la conectividad del sistema nervioso. A neuronas contentas, personas felices.

Para el cerebro es esencial ser provisto de glucosa, la cual incorpora a través de la ingesta de hidratos de carbono. Principalmente aquellos que se denominan “complejos”, que son aquellos que tardan más en ser absorbidos, por lo que producen una elevación moderada y más lenta de la glucosa en sangre, a diferencia de los “simples” (azúcar de mesa, harinas refinadas, etcétera) que producen una rápida elevación del nivel glucémico, que luego también baja a idéntica velocidad.

Los hidratos complejos se encuentran sobre todo en el pan, arroz integral, frutas, miel, verduras, etcétera.

Otro componente esencial en la nutrición humana son los triptófanos. Se trata de aminoácidos esenciales (el organismo no puede elaborarlos por sí mismo, sino que debe hacerlo a través de la alimentación) y colaboran para que el cuerpo obtenga proteínas y vitamina B6, y además participan en la producción de la serotonina, un neurotransmisor que tiene un rol esencial en el estado anímico, ya que entre sus tareas está la de regular el ciclo de sueño-vigilia, el apetito, y su déficit puede determinar depresión, angustia, nerviosismo.

Los alimentos ricos en triptófanos son: huevos, lácteos, pescados, banana, frutos secos y ananá, entre otros.

El complejo vitamínico B

Ayuda a nutrir correctamente el cerebro y el sistema nervioso, con lo cual tendría un impacto positivo en el estado anímico. Algunas de estas propiedades son:
-  B1 (tiamina): es muy importante su función para metabolizar los hidratos de carbono. Algunos alimentos que la contienen son la soja, germen de trigo, carne roja, legumbres, avena, cereales integrales.

 -  B6 (piridoxina): facilita la biosíntesis de neurotransmisores como la serotonina. Interviene en la formación de las vainas de mielina de las neuronas, que entre otras funciones envían las órdenes del cerebro a los músculos. Está en el germen de trigo, quesos, frutos secos, vísceras y levadura de cerveza.
-   B12 (cianocobalamina). Muy importante para el tratamiento de la anemia, ya que ésta no sólo se produce por déficit de hierro, sino también por la falta de formación de glóbulos rojos, y en eso contribuye la vitamina B12. Su déficit puede producir trastornos neurológicos. Está en alimentos de origen animal, como hígado, pecado, huevos y queso.



Más variedad

En una buena nutrición del sistema nervioso no pueden faltar:
-  Ácidos grasos esenciales (aquellos que el organismo no puede sintetizar y por lo tanto debe incorporar a través los alimentos). Presentes en aceites de semillas (sésamo, lino), frutos secos, cereales integrales, aceite de hígado de bacalao, germen de trigo.

-  Fosfolípidos. Son como una “mezcla” de grasas y ácidos grasos esenciales, están en el hígado, queso, corazón, yema de huevo y palta.
-  Hierro: interviene en la función y síntesis de los neurotransmisores. Su déficit provoca bajo rendimiento académico, falta de concentración, etcétera. Presente en carnes rojas, pescado, pollo, almejas, germen de trigo, cereales integrales, legumbres, frutos secos y vegetales
Todos estos alimentos y algunos más deben ingerirse en las proporciones adecuadas, porque hay algunos que son muy calóricos. Pero si se observa la mayoría de ellos, son naturales, no están manufacturados y conforman, más allá de la “felicidad” que puedan procurar, una dieta saludable.
Referencia:

“Dieta feliz: la influencia de los alimentos en el estado anímico”

16-04-2012
Marcela Furlano

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