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miércoles, 26 de septiembre de 2012

Para tener Felicidad hay que estar Alerta de la “carrera de ratas”

A continuación se reproduce el artículo de “El Aviso Magazine”, sobre el cuidado que hay que tener y la confusión que se produce en relación al querer pasar algunos momentos de bienestar,  con el de lograr la Felicidad duradera:
Durante mucho tiempo se han realizado cientos de investigaciones sobre el sentimiento que producen determinados  alimentos a nuestro estado de ánimo.
 El último estudio dio como resultado que cuando comemos una hamburguesa con mucha grasa, sabemos que a largo plazo eso no nos hará felices, pero en el momento sí. O sea, beneficio presente versus perjuicio a futuro. Esta actitud repetida durante la vida forma personas hedonistas, aquellos que sólo buscan el placer inmediato aunque sacrifiquen su beneficio futuro.
Ahora bien si en vez de comer una hamburguesa de carne llena de grasa, comiera una vegetariana sacrificaría el sabor y el placer inmediato porque está concentrado en su futuro. Podría parecer lo “más feliz que puede ser”, pero en el fondo lo pasa mal toda la vida. Este es el rat racer (*):
Es el prototipo más peligroso, porque encuentra gran aprobación social: sacrifica su vida por una gran meta. Se confunde con el éxito, los pares lo felicitan porque ha logrado su objetivo y nadie pregunta cómo lo pasó en el proceso. “La sociedad premia los resultados, no los procesos; las llegadas y no el viaje. Cuando alcanzamos el objetivo y llegamos a la meta experimentamos un alivio que confundimos con felicidad”, señala el doctor Ben Shahar, profesor del curso psicología positiva, de la Universidad de Harvard.
Y el alivio, dice, es una felicidad negativa pues proviene de la ausencia de stress, dolor o ansiedad, presupone una experiencia negativa anterior y, además, es temporal y su efecto dura poco. Al confundir alivio con felicidad, continua inventándose objetivos por los cuales luchan, creyendo que cuando los consiga podrá ser feliz de nuevo. Esto es como meter la cabeza a la tina y estar feliz porque al sacarla uno puede respirar de nuevo.
Cuando siente que no llega la felicidad que esperaba piensa que llegará en la próxima promoción, con la próxima compra, en el próximo triunfo. Y la felicidad está mucho más determinada por nuestro estado mental que por nuestra cuenta bancaria o nuestros ascensos en la oficina. Está extensivamente demostrado que una vez que las necesidades de abrigo, techo y comida están satisfechas la plata adicional no hace diferencia en los niveles de felicidad de nadie”.
La peor hamburguesa es la del escéptico, el que cree que la vida no tiene sentido, que la felicidad no existe. El escéptico se come una hamburguesa mala, se queja por la comida chatarra y más encima sabe que le hará pésimo a futuro, pero piensa que en estos tiempos no hay alternativa: perjuicio presente y futuro.
El doctor afirma que la felicidad es un estado formado por dos emociones primordiales: el placer inmediato y la noción de significado o trascendencia. Una vida feliz se compone de actividades que complementan estas cosas y otras que las combinan.
  “Es cierto, hay actividades inevitables que no nos darán ni placer ni significado, como pagar los impuestos, pero hay muchas otras como ver insatisfecho tres horas de TV que sí podemos evitar”. Por lo tanto, “Para ser más felices hay que aumentar las horas que pasamos en aquello que nos da placer o significado, y disminuir las otras”. La tarea es hacerlo.
Referencia:
 
(*)Una carrera de ratas es una búsqueda sin fin, contraproducente o inútil. Evoca la imagen de los esfuerzos inútiles de una rata de laboratorio tratando de escapar durante la ejecución de un laberinto o en una rueda.

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