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sábado, 22 de septiembre de 2012

A ser Feliz se aprende desde niño

A continuación recomendaciones proporcionadas por un equipo multidisciplinario de expertos y que fueron plasmadas en la «Guía práctica del buen trato al niño».
 
La autora del artículo resume en:
Dar afecto y apoyo, dedicar tiempo a los hijos, hablar con ellos, establecer normas... Son las pautas del buen trato a los niños… Son los pilares de la crianza, educación y felicidad de nuestros hijos. Los principios que los padres nunca deben olvidar para que los niños desarrollen su personalidad, en equilibrio y armonía, y tengan un futuro.
 
A su vez, indica los cimientos que la familia debe ofrecer a diario para hacer feliz a sus hijos:
 
1.   Proporcionarles afecto y apoyo.
«Nuestros hijos quieren abrazos, caricias... que empaticemos con ellos. Así les damos seguridad», comenta Jesús García Pérez, coordinador de este trabajo y jefe de la Unidad de Pediatría Social del Hospital Niño Jesús de Madrid. Mantener una actitud amable y cariñosa, a la vez que firme y consciente, ayuda a establecer una relación de confianza y amor entre padres e hijos. Y eso proporciona a los niños (futuros adultos) autoestima, alegría, les ayuda a tolerar mejor las frustraciones, afrontan mejor las situaciones difíciles... Para ello se puede empezar jugando con los niños, intentando comprender lo que quieren decir, agradeciendo su ayuda y esfuerzo, compartiendo con ellos sentimientos y opiniones...
 
2.   Dedicar tiempo para interaccionar con los hijos.
Los expertos aconsejan estar tranquilos cuando estemos con los hijos, ya sea en el coche o andando de camino al colegio, cuando les llevemos al pediatra, haciendo la compra o las tareas domésticas... Se trata de disfrutar de la compañía en cualquier circunstancia ya sea ordenando un armario, poniendo la mesa o jugando con los peluches o los videojuegos, o viendo juntos la televisión...
 
3.   Comprender las características evolutivas del comportamiento de los hijos a cada edad determinada.
Es la mejor forma de entender las reacciones que tienen los niños y adolescentes. Hay comportamientos que son propios de una edad, conocerlos nos ayudará a saber reaccionar sin necesidad de enfadarnos, reñirles o castigarles. Por ejemplo, a los tres años es típico que se nieguen a colaborar con los padres: esto indica que están empezando a construir su propia personalidad.
4. Comunicarse abiertamente con los niños, escuchar y respetar sus puntos de vista y promover su participación en la toma de decisiones y en las dinámicas familiares. Y en esto también puede ayudar mucho valorar sus capacidades y su potencial con frases como: «Veo que has avanzado mucho en esta tarea» o «Es estupendo que hayas llegado a la hora que acordamos».
5. Establecer límites y normas según la edad para orientar el adecuado comportamiento de los hijos. Y eso empieza desde la más tierna infancia. Cuando exploran o experimentan se les pueden olvidar las normas. Muchas veces no están retando ni tienen intención de molestar, y otras sí. Pero reaccionar con gritos, riñas y amenazas solo puede conllevar que los niños también reproduzcan estos comportamientos. Cuando crecen incluso conviene comentar y decidir con ellos cuáles son las normas y las consecuencias que conlleva su incumplimiento.
 
Citado en:
M. J. PÉREZ-BARCO, “Cómo hacer felices a nuestros hijos”, 13 septiembre 2012, http://www.abc.es/20120913/familia-padres-hijos/abci-guia-buen-trato-201209131315.html

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